Disfruten la función

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Esto está llegando a su fin, sé que ese televisor significa algo, no es solo para ellas, también para mí, sé que ella sabe lo que pienso, así que intento pensar lo menos posible, me concentro en los movimientos de Vanessa y siento que algo le pasa, está jugando con sus dedos alrededor de la taza, está nerviosa, por lo que decido preguntarle la razón.

- Vanessa, estas nerviosa ¿Por qué?

- Julia debo confesarte algo.

- ¿Qué?

- No pensé que fueras a llegar hasta este punto.

- Lo notaba, pero eso te tiene así.

- No, por eso no te había dicho.

- ¿De qué hablas?

- La historia que te conté, mentí en una parte.

- ¿En qué?

- Mis dos primeros sacrificios, solo al primero lo mate de un tiro, después de torturarla por varios minutos.

- ¿Y al segundo?

- Una serpiente, una boa para ser exacta, a mí no me ataco, pero la puse sobre su cuerpo, y observé, junto con Héctor y Celia como se enredaba en su cuello y lo apretaba, hasta romperle los huesos de este y muriera.

- Es... una forma de morir muy cruel.

- Sí, como te dije hace un momento, a la brújula no le gustan las muertes simples, quiere que la siguiente sea peor que la muerte previa, no te permitirá no hacerlo así.

- ¿Por qué me lo cuentas hasta ahorita?

- Al ver eso no pude creer que yo lo provocara, no Celia ni Héctor, fui yo.

- Pero ellos te fallaron.

- Te preguntare, ¿esto te está haciendo sentir mejor?

- Sí, bueno, al principio.

- ¿Y ahora?

No sé qué contestar, yo pensaba que sí, que me hacía sentir bien, pero Vanessa me dijo lo mismo que pensé al ver a Lizbeth llorando por Alexa, no fue alegría, fue compasión, compasión por la persona que provoco mi caída por el balcón, necesito urgentemente cambiar el tema, si no la brújula empezara a leer mis pensamientos, volteo a ver el televisor.

- ¿Para que crees que me lo envió?

- ¿No tienes idea?

- No, ni siquiera pensé en algo parecido.

- Es algo para ti, supongo.

Me levanto de donde estoy sentada y camino hacia el televisor, tomo el control remoto que tiene a un lado, presiono el botón para encender pero no funciona, lo presiono varias veces pero nada pasa, dejo el control donde estaba y empiezo a buscar si atrás tiene un botón para encenderlo o algo por el estilo, no tiene enchufe, no tiene como prenderse, pero al estarse buscando siento estática, como las televisiones viejas, voy para enfrente de ella para ver la pantalla y solo están unas letras, que dicen exactamente lo que debo hacer.

"Préndeme en la otra habitación, cuando llegue el momento"

La brújula quiere que la prenda cuando le toque morir a Fabiola, pero, ¿Por qué?volteo para ver a Vanessa, pero tiene cara de confusión al igual que yo, ambas no sabemos cómo reaccionar, de pronto el televisor se apaga, y camino hacia atrás para volver a mi lugar en el suelo, junto a mi té.

- ¿A ti te paso algo similar?

- No, nunca la brújula hablo tan directamente conmigo.

- ¿Si me quiere decir algo a mi porque no puede ser aquí?

- Creo que no solo es para ti.

Luego de un largo silencio algo pasa, el té se está moviendo, el momento ha llegado, las dos nos levantamos y hago lo mismo que hice con mi mamá en mi alucinación, abrace a Vanessa fuertemente.

- Gracias por tranquilizarme cuando lo necesite.

- ¿Julia?

- Pásame la pistola.

Me la coloca en la mano, y luego va hacia la puerta, mientras yo empujo el carrito con el televisor ella mantiene la puerta abierta, no es pesada como lo pensaba, de hecho, es muy liviana, avanzo con ella, paso a un lado de Fabiola la dejo enfrente del cadáver de Alexa, yo camino unos pasos hasta llegar en medio de la habitación, Lizbeth y Fabiola me ven con mucha duda, no entienden que esta pasando, entre yo, con la pistola en la mano, empujando un carrito con un televisor, yo solo quiero mantener mi dramatismo pero tengo hasta más dudas que ellas, pero sigo con mi actuación.

- Les tengo una sorpresa muy especial.

Ambas voltean a verme y puedo notar algo, el ratón que metí hace unos minutos aquí está muerto a un lado de Fabiola, tiene el cuello roto.

- ¿Qué le hiciste al ratón Fabiola?

- Se vino sobre mí, mi olor a chocolate la atrajo, y en mi desesperación pude tomarlo y romperle el cuello.

- Pero tú no eras capaz de hacer algo tan cruel.

- Odio a los roedores, siempre lo has sabido, y me lo arrojaste.

- Eres una perra sin sentimientos.

- ¿Yo? tu provocaste la muerte de Alesa y Alexa, ¿y te conmueve un roedor?

Aunque sé que ella antes no hubiera podido hacerle daño a ningún ser vivo, yo tampoco, y aunque tiene razón no soporto que me lo diga, nos vemos con rabia, odio mutuo, y sin titubear camino donde está el cadáver de Alesa y volteo a ver el Televisor.

- Espero disfruten la función.

Estiro el brazo para apuntar con el control, la pantalla se prende, al principio solo se ve estática, pasan varios segundos, Fabiola ve la pantalla sin entender nada, Lizbeth también, pero ella solo tiene la mirada perdida, aunque ve la pantalla sé que solo se recuerda matando a Alexa, trato de entender esto, pero la estática se va perdiendo, se están formando imágenes, hasta que logro distinguir algo, en la pantalla están dos personas sentadas, pero no se ve quienes, Fabiola cambia de expresión, de duda a miedo, pero por qué?, pero conforma la imagen del video se forma me doy cuenta, Son Fabiola y Oscar, pero aun no entiendo el sentido de este video, los vi besándose varias veces, pero Lizbeth interrumpe mi concentración.

- ¡Por favor quita eso Julia!

- ¿Por qué lo quitaría?

- ¡Tú sabes por qué!

Ahora la imagen está clara y noto la desesperación de Lizbeth para que quite el video, no solo están besándose, empiezan a besarse con desesperación, están en una cama, y el empieza a manosearla, a meter sus manos debajo de su blusa hasta quitársela, ella también lo desnuda a él, ahora sé de qué es el video, es de cuando Fabiola perdió la virginidad. 


La brújula de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora