La mujer y la Brújula

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- ¿Cómo que no estoy muerta?

- No lo estas, al menos no aún.

- Dime que todo lo que paso fue un sueño y esto sigue siendo parte de el.

- No, todo ocurrió en realidad.

- Entonces dime que está pasando, me dijiste que cuando terminara de contarte mi historia me explicarías que es todo esto.

Para explicar mi enojo y desesperación debo contar lo que me paso después de caer del balcón de la recamara de Lizbeth, como si hubiera estado durmiendo por mucho tiempo fui despertando con dificultad, abriendo los ojos poco a poco, me encontraba tiraba en esta habitación extraña, toda cubierta por madera oscura, se ve antigua, como si fuera el interior de la mansión de una familia acomodada de los años veintes, me fui levantando difícilmente, volteando para todos lados, pero la habitación estaría completamente vacía si no fuera por cuatro velas, cada una puesta frente a cada pared, las velas son la única luz de este lugar, me acerco a una de las velas, para observarla, extrañamente tengo puesta la misma ropa con la que morí, pero sin la mancha de vomito, como cuando recién me arreglo Fabiola, de pronto escuche un ruido atrás de mi, con miedo volteo, apareció de puerta, de la misma madera vieja, estoy segura que no estaba hace unos segundos, de pronto se escuchó como se va abriendo, vi entrar una mujer, una mujer muy guapa, con el cabello demasiado chino, usando un vestido de los que se veían en los años ochentas, azul oscuro, con hombreras y mangas largas, usando botas negras que creo son de piel, me ayudo a levantarme y se presentó.

- Mi nombre es Vanessa, soy la actual encargada de la Brújula.

- Hola, creo, mi nombre es Julia.

- ¿Ya conociste a Margaret?

- ¿Quién?

- La mujer de la tienda de antigüedades, iba a ser la encargada de la Brújula antes de mi, pero ella dio sacrificios a la brújula.

- No entiendo nada ¿Me puedes explicar mejor?

- Mira, primero cuéntame cómo llegaste aquí y te explico todo.

Entonces acepte decirle mi historia, sobre mi amistad con Fabiola, su noviazgo con Oscar, Su nueva amistad con Lizbeth, sobre las perras tomándome fotos ebria, y la traición de Fabiola hasta causar mi muerte., eso fue lo que paso hasta esta parte, donde ella me ha dicho que no estoy muerta.

- Ya te conté todo lo que me pediste, ahora dime que está pasando.

- Que quieres saber, pregúntame duda por duda.

- ¿Dónde estamos?

- Dentro de la brújula que compraste con Margaret.

- ¿Cómo que dentro de la brújula?

- Es algo largo de explicarte, ¿Quieres saber algo antes de eso?

- Sí ¿Cómo que no estoy muerta?

- Estas en coma, la brújula te ha salvado, pero te pide algo a cambio, por eso estas aquí.

- Ahora sí explícame todo.

Estoy desesperada, cerrando y abriendo mis puños para evitar un ataque de ansiedad.

- La brújula escoge a sus encargadas, cuando entraste a la tienda de antigüedades sintió que la muerte se aproximaba a ti, al notar tu curiosidad hacia ella le agradaste.

- ¿Ella me mato?

- No, ella te salvo.

- Pero me escogió para cuidarla, ¿para que me salvo?

- A ella le gusta jugar también.

- ¿Cómo que jugar?

- Quiere sacrificios, tres menores y uno mayor.

- ¿Y eso para qué?

- Cada uno para un punto cardinal, déjame explicarte el juego.

- Esta bien.

- Dentro de esta habitación traerás los espíritus de cuatro personas, convenientemente en tu historia son cuatro personas las que te hicieron sufrir, creo que son las que traerás, estarán cada una atrás de cada vela amarrada con cadenas.

De pronto Vanessa saca de atrás de ella la brújula, no sé cómo lo hizo, y la pone en medio de la habitación.

- Como es que estamos dentro de la brújula si aquí está la brújula.

- La brújula hace lo que quiere, esta es una representación de ella misma, mira, cuando veas que la punta de la brújula empiece a temblar está a pinto de escoger un sacrificio, debes matar a quien escoja, puedes hacerlo de la forma que quieras, si necesitas algo solo debes pasar por la puerta y ahí estará, entraras a esta misma habitación, pero sin tus sacrificios y sin la brújula, solo están las velas y lo que necesites, solo debes pensarlo.

- ¿Solo así?

- Sí.

- ¿Y por qué un sacrificio mayor?

- Si logra matarla, ella será la nueva guardiana de la brújula y tu volverás a tu cuerpo a vivir una vida normal.

- No veo porque no pasaría, pero, ¿Y si no lo logro?

- Entonces tu serás la nueva guardiana, ¿Pero sabes que es lo mejor en todo esto?

- ¿Qué?

- Después de esto, Mi alma será libre, después de casi 30 años.

Me sorprende lo positiva que es, supongo que realmente quiere irse de aquí, pero prácticamente me ha dicho que debo matarlas o morir, pero me doy cuenta de algo.

- Espera, somos espíritus, ¿Cómo las voy a traer?

- Te traeré un contrato donde pondrás el nombre de tus sacrificios menores y el mayor, lo firmaras, sé lo que estás pensando, estas vendiendo tu alma, y sí, pero no tienes opción, al menos que quieras ahorrarte todo esto y ser la encargada desde ya, lo que me conviene a mí, pero le aburriría a la brújula.

- No, todo esto me parece perfecto, no pienso dejar que ellas cuatro sigan viviendo felices mientras a mí me humillaron, pero no me has dicho, y como las traeremos aquí.

- En un punto en el que las cuatro estén durmiendo, sus espíritus serán atraídos aquí por el poder de la brújula, aparecerán dormidos, así como tu, pero al despertar se encontraran encadenadas, pero bajo tus términos, ya sea desnudas, en roja interior, con brazaletes demasiado apretados para cortarles la circulación, estos son algunos de los ejemplos que encargadas anteriores han escogido, conforme las vayas matando morirán en la vida real, tu despertaras de tu coma diez segundos después de terminar el juego.

- Estoy de acuerdo, donde firmo.

Vanessa pega las palmas de las manos, y las separa apareciendo un papel enrollado, lo desenvuelve sin saber de dónde saca un bolígrafo.

- Pon el nombre de tus sacrificios.

Escribo los primeros tres nombres.

- Ahora solo falta el sacrificio norte.

Lo escribo rápidamente para que estoy empiece lo antes posible, ella mas que nadie merece estar aquí toda la eternidad, por lo menos las demás serán libres al morir, pero ella no.

"Lizbeth"

- Listo, ¿A qué hora empieza esto?

- En cuanto las cuatro estén durmiendo, gustas pasar al cuarto de a lado por un té, la brújula lo ofrece mientras se esperan los sacrificios.

- Sí, con gusto.

Pasamos a la habitación de a lado, que es exactamente igual a la anterior, pero en lugar de una brújula están dos tazas de té en medio, me lo bebo en lo que espero que me avisen que todo está listo para mi venganza. 

La brújula de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora