Vanessa toma tranquilamente unos sorbos de su té, espero para que me cuente su historia, como llego aqui, como llego a ser la encargada de la brújula y como no pudo ganar el juego, tiene los ojos cerrados, saborea sus labios, creo que realmente le gusta el té, no quiero interrumpir su degustación, pero estoy empezando a creer que se está tardando apropósito.
- ¿Vanessa?
- ¿Qué?
- ¿Me vas a contar como llegaste aquí?
- Ah cierto
- ¿Lo olvidaste o solo no la quieres contar?
- La verdad, una mezcla de ambos.
- Ya me la puedes contar.
- Esta bien, empecemos. - Toma un respiro mientras mira su té y levanta su mirada para verme. - Todo empezó en el año 1985, True Blue de Madonna estaba de moda, todas queríamos ser como ella, su ropa, peinado, estilo, aunque varias preferían a Cindy Lauper, aunque no me desagradaba el estilo de Madonna me quedaba mejor.
- Acabo de matar a una persona y tu quieres hablar de Madonna, dime como llegaste aquí.
- Bueno, como te decía antes de que me interrumpieras, El año de 1985 fue hermoso, y yo esperaba algo que siempre había esperado, mi boda, estaba felizmente comprometida con el que yo creía era el hombre más maravilloso de todos, su nombre era Hector, era un hombre a la moda, estudiante de medicina en la misma universidad que yo, yo estudiaba Veterinaria, éramos la pareja modelo, la envidia de la universidad, el año anterior me propuso matrimonio, todos los planes iban perfectos, pero una de las cosas que más me emocionaba era que mis tres mejores amigas desde la preparatoria serian mis damas de honor, no tiene caso decirte el nombre de las tres, solo el de una, Celia.
- Espera, ¿Eran cuatro amigas populares sintiéndose intocables?
- Sí, por eso tu historia me intereso tanto.
- ¿Lastimaron a alguien como a mí?
- Necesito proseguir para contarte.
- Ok, sigue.
- Quería que mis amigas, sobre todo Celia quien sería mi madrina, se llevaran bien con Héctor, así que empecé a llevarlo con ellas, almuerzos matutinos, escoger los adornos de la boda, que serían pequeños tarros de cristal en forma de cisnes.
- ¿Cisnes?
- Sí, me encantan, bueno antes, entonces todo iba perfecto, pero un día, una semana antes de la boda, me hablo la costurera, que hubo un problema con mi vestido y necesitaba volver a tomarme medidas, ese mismo día necesitaba hacer la lista para la mesa de regalos, así que les pero a Celia ir, Héctor se ofreció ir con ella, me sentí estúpidamente agradecida con el gesto, después de eso no vi a Hector casi por una semana, me dijo que estaba preparando lo de la luna de miel, y Celia tampoco aparecía casi, me decía que estaba ocupada con los detalles finales, te repito, sentía que eran las mejores personas que podía tener en mi vida.
- Creo saber a dónde va esto.
- Sí, para no hacer más largo el cuento, me dejaron botada en el altar, y tampoco Celia se presentó, habían huido juntos, yo me sentía destrozada, en plena iglesia llego corriendo una de mis damas y me dijo que ellos se habían marchado juntos, que lo sentía mucho, frente a todos en la iglesia me tire al suelo, desde ese me la pase en cama, lo raro es que ninguna de mis amigas estuvo ahí apoyándome, solo mi familia, ellas habían desaparecido, luego de dos meses mi mamá me dijo que fuéramos al centro comercial, que yo necesitaba salir, accedí, pensé que me haría bien, pero iba en mal estado, con ojeras, ropa fea, muy diferente a como me ves ahora.
- Supongo que así te vestías antes de que eso ocurriera.
- Sí, la brújula escoge una vestimenta que nuestra mente recuerde como espectacular, bueno, entonces caminando vi un local que no había visto, una tienda de antigüedades, entre, todo se veía muy lindo, y la que atendía es a quien ya conoces, Margaret, pero mucho mas joven, de pronto vi algo que me pareció hermoso, así como a ti, la Brújula, y la tuve que comprar, como si ella hubiera encontrado la manera de impregnarse en mi mente y que no me pudiera ir sin ella.
- Te escogió, ¿Así es como lo hace siempre?
- Sí, así trabaja ella, pasaron unos meses y me empecé a sentir mejor, ya era otoño y las hojas de los arboles estaban cayendo, y una mañana como siempre mi papá leía el periódico en la mesa, cuando lo cierra bruscamente y dice que ya se había aburrido de leerlo, algo estaba mal, el no dejaba un periódico sin leerlo totalmente, espere a que lo dejara y se fuera, empece a hojearlo y vi lo peor que pude ver.
- ¿Qué?
- Su boda en sociales, Héctor y Celia se habían casado, luego de cuatro meses de novios, a mí me conocido desde hacía cuatro años y tardo eso en pedirme matrimonio, y con ella solo cuatro meses, pero lo que me dolió más, mis otras dos mejores amigas, hasta la que me dio la noticia de su escape, fueron sus damas, no pude más con el dolor y me tire del puente de la avenida principal, pero no me morí, la brújula me había salvado, estaba desconcertada, me había recibido la que fue el sacrificio mayor de Margaret, y al igual que yo a ti, me explico todo.
- ¿Ellos fueron tus sacrificios?
Sí, mis tres amigas y Héctor, aunque yo quería poner a Héctor como sacrificio mayor no pude, el mayor solo puede ser una mujer, así que fue Celia, yo no los torture, solo los quería muertos, así que la brújula había decidido a quienes mataría primero, fueron mis dos amigas, las que no huyeron, las que no se enamoraron de Hector, ya estaba listo para llegar a ellos dos, lo tenía planeado, con las primeras dos fueron tiros directos, pero a el le dispararía en los testículos para dejarla desangrar un rato hasta morir y a ella la mataría con un cuchillo, primero partes blandas como los pechas y los glúteos, para seguir con los dedos y las orejas, así sería hasta que igual que el, muriera desangrada, me sentía tan lista, ahí estaba yo, le exigí a Héctor que se levantara, lo hizo, yo estaba apuntándole con la pistola en sus malditos huevos, pero...
- ¿Pero?
Me di cuenta que aún lo amaba, que no podía, no a el, había estado con el cuatro años, y a diferencia de él, yo no pude olvidarlo, al verlo los ojos y empezar a temblar tuve que soltar la pistola, casi al caer esta al suelo yo levante las manos y dije las palabras "Me rindo", todo empezó a temblar, Celia y Héctor fueron libres, fueron desvaneciéndose, Luego la encargada de la brújula, las velas se apagaron, y ese fue el principio de mi vida aquí, hasta que...
- ¿Hasta que llegue yo?
- Sí.
- ¿Enserio no te arrepientes?
- No.
- ¿Por qué no?
- No sé que exista luego de ser liberada por la brújula, pero no es ningún paraíso, luego de matar, aunque sea a una sola supe que yo ya estaba condenada, puedes despertar del coma y vivir tu vida, pero tarde o temprano morirás y después de eso te espera lo peor, aquí vendes tu alma para poder tener venganza.
- Sabes, Aunque me digas eso y yo ya lo sospechaba, yo no podría no terminar esto.
- Yo decía lo mismo. - Vuelve a darle un sorbo a su té y me vuelve a hablar.
- No vas a torturarlas o iras directo a matarlas, si piensas poner tortura debe ser antes de que la brújula te diga a quien matar.
- Primero hablare un poco con ellas.
Me levanto para dirigirme a la perilla, pero antes volteo a ver a Vanessa.
- Siento lo de tu boda.
- Esta bien, lo superé, y mira, estuve viviendo en este acogedor hogar gracias a eso.
Abro la puerta y entro al cuarto donde están mis sacrificios, ahora me ven con miedo, Alexa esta tirada en el suelo con un asqueroso olor a orines, las veo y pienso que definitivamente yo no puedo detenerme con esto.
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La brújula de la muerte
HorrorEl espíritu de Julia desea vengarse de las personas que ocasionaron esta situación, entre ellas su ex mejor amiga Fabiola, y Liz, la persona más vanidosa y malvada de la escuela, con ayuda de una antigua brújula hará que se arrepientan de lo que hic...