Hasta que la brújula diga

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¿Por qué estoy viendo esto? Fabiola está llorando fuertemente, en todo esto no había sacado tantas lágrimas, no puedo seguir fingiendo que esto es obra mia, mi duda es tan grande que volteo para verlas a ambas, Lizbeth me ruega que quite el video, ¿Por qué esa necesidad?

- Por favor Julia quítalo, por favor.

- Lizbeth explícame que es esto?

- ¿Cómo que qué es? tú lo pusiste.

- Sí, pero, yo no quería...

Las tres estamos desesperadas, trato de quitar el video, pero no se puede, se escuchan los gemidos de Fabiola y Oscar, entre llanto Fabiola exige explicaciones, pero yo no se las puedo dar, Lizbeth empieza a pedir perdón, la situación es muy confusa.

- Fabiola perdóname, perdóname por favor.

- Liz, ¿Tú qué sabes de esto?

- Por favor perdóname.

No quiere darnos respuestas, ella sabe de dónde salió este video, solo escucho llantos, suplicas, reclamos, pero no respuestas, Fabiola me pide que lo quite, Lizbeth suplica por perdón, yo no sé qué hacer, quería verme intimidante, pero en su lugar estoy llena de dudas viendo un video sexual de la que era mi mejor amiga, y en mi desesperación hago lo único que se me ocurre hacer, apunto a Lizbeth con la pistola.

- Ahora mismo perra me dirás que significa esto.

- No por favor, perdónenme.

- Vuelves a pedir disculpas una vez más y te mueres, ahora explícanos esto.

Todas nos quedamos calladas, queremos respuestas, ya saben que esto se me salió de las manos, y en ese momento, como si el tiempo se detuviera, solo estamos nosotras, ya no se trata de la brújula, de venganza, ahora más ha pasado, y entre sollozos, Liz empieza a hablar.

- Yo... yo... lo planeé.

- ¿Qué estás diciendo?

- Lo que Óscar le hizo a Fabiola fue idea mía.

- A que te refieres maldita! - Grita Fabiola con furia.

- Óscar y Alexa ya se entendían desde antes, pero nosotras buscábamos algo con que divertirnos.

- ¿Qué demonios hiciste Lizbeth? - Grito yo, ahora también exaltada.

- A.... a nosotras se nos ocurrió que Oscar conquistara a Fabiola y así poder...

- Eres una maldita infeliz. - Vuelve a gritar Fabiola.

- Óscar haría todo lo que Alexa le dijera, hasta acostarse contigo, para grabarlo y divulgarlo.

Y entonces con furia se levanta, pero lo único que le impide llegar hasta Lizbeth y matarla a golpes son las cadenas en sus manos, me suplica que la suelte, pero, aunque las ganas no me faltan ya no tengo las llaves, así que lo único que hago es caminar, con el sonido de los gemidos de fondo, hasta llegar a Lizbeth y ponerle la pistola en la cabeza.

- No mereces vivir.

- Te amo Óscar. - Se escucha en el televisor, el coito ha terminado.

- Di tus últimas palabras.

Estoy a punto de disparar, solo los nervios me detienen a hacerlo, no sé qué me detiene, ya maté a dos, también puedo con otra, pero entonces grita Fabiola aún llena de furia.

- Mátala Julia, Mátala, ella ocasiono todo, ella tiene toda la culpa.

- Por favor, perdónenme. - Sigue suplicando Lizbeth.

La brújula de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora