La brújula de la muerte

Mi nombre es Lizbeth (Capítulo Final)

Me vengo a presentar, y contar que paso conmigo después de lo ocurrido en esa habitación, al menos lo que yo creo que paso, mi nombre es Lizbeth, tengo veintisiete años y llevo diez años encerrada en un hospital psiquiátrico, fui sospechosa de la muerte de una compañera llamada Julia, pero la evidencia indica que fue un suicidio y yo solo fui testigo, pero no es lo que recuerdo.

- Lo último que recuerdo es que Julia se acercó a mí y me disparo dos veces en cada pierna, todo alrededor empezó a derrumbarse y me dijo que cuidara la brújula, una mujer de cabello chino se despedía a través de las paredes, en ese momento desperté.

- Ya te queda claro que eso fue un sueño ¿Verdad Lizbeth? - Me dice la psiquiatra.

- Sí, provocado por el shock de ver a Julia suicidarse.

- ¿También sabes que tu no provocaste la muerte de Julia?

- Sí, yo entre a la habitación cuando ella ya estaba en el balcón.

- Tu no asfixiaste a tu amiga Alexa en esa habitación, ella tuvo un paro respiratorio mientras dormía.

- Eso lo tengo muy claro.

- Bien, esta tarde tu familia pasara por ti, ya estas sana de tu demencia, pero deberás venir una vez a la semana para consulta.

- Sí, quiero agradecerle por todo.

- No tienes porque, es mi deber, lo mejor es que vayas a terminar de alistar tus cosas.

Me retiro del consultorio en mi silla de ruedas, después de ese extraño sueño mis padres tocaron desesperadamente a la puerta, mis amigas y julia despertaron muertas, Alesa murió por un coágulo cerebral, Alexa por un paro respiratorio, Fabiola por un paro cardiaco y Julia simplemente dejo de vivir durante su estado de coma ocasionado por su intento de suicidio en mi casa, al momento de querer levantarme de la cama no podía, mis piernas no se movían, nunca supimos porque perdí la movilidad pero quede en esta silla para siempre.

Luego de eso fuimos a atestiguar y dijimos que las cuatro vimos a Julia en el balcón, tirándose para morir, y como había presentado una actitud depresiva desde que Fabiola dejo de hablarle nos creyeron, aunque yo recuerdo que empezamos a pelear y Alexa por defenderme la empujo haciendo que cayera del balcón, después de la muerte de mis amigas trate de decir la verdad y contar lo ocurrido del sueño, pero todos me trataron como loca y tras varios estudios psicológicos me diagnosticaron Demencia, al decirme mis padres lo que ocurrió con mis amigas y al no sentir mis piernas mi cerebro desarrollo instantáneamente una historia organizando todo.

Lo que nunca se ha podido saber es porque las cuatro no despertaron esa noche, aunque fue demasiada coincidencia, un sueño producido por una demente no es una prueba para condenarme, aunque sigo recordando todo lucidamente, ahora sé que nada de eso paso, hoy saldré de aquí, me he curado, volveré a ver a mi familia la cual nunca me abandono, a mi mamá, a mi papá y a mi hermano, me siento mal por él, durante este tiempo su esposa lo abandono y lo dejo solo con mi sobrina, que ahora debe tener la edad que yo tenía cuando ingrese aquí.

acomodo mis cosas y volteo a ver a la mesita, ahí está, esa brújula, la misma de mi sueño, siempre ha estado ahí, no sé ni como la conseguí, pero cada vez que intentaban quitármela volvía a aparecer aquí, me decían que yo me la robaba durante las noches pero no lo recordaba por mi enfermedad, yo les creo, pude creerme una asesina, cuando mostré mejoría decidieron dejármela porque al parecer me importaba mucho, talvez porque Julia me la encargo en el sueño, la tomo y la guardo, me llevan a la entrada a ver a mi familia, ahí están, felices de verme, me abrazan uno a uno hasta que la último es mi sobrina, que ha estado viviendo con mis papas junto con mi hermano desde el divorcio.