Como lo habíamos acordado, al atardecer Daimmen me dejó sola y tuve oportunidad de escapar otra tarde más, había caminado apenas unos metros en el bosque cuando alguien me tomó por sorpresa.
-¿A dónde va con tanta prisa señorita?.-
Voltee asustada pero recobré la calma al instante al ver que era Caden quien me hablaba.
-Caden, me asustaste, pensé que era alguien más.-
-¿Quién más podría ser?.-Dijo divertido.
-No lo se tal vez un ladrón.-
Caden comenzó a reír ante mi comentario pero su sonrisa se desvaneció al instante en que fijó su mirada en mi mejilla.
-¿Qué le pasó a tu mejilla?-Dijo con preocupación.
-No es nada.-Dije al tiempo que llevaba mi mano a mi mejilla.
-Elise, ese golpe no puede no ser nada.-
-Fue mi padre.-Dije finalmente mientras miraba al suelo.
-¿Qué le ocurre? ¿Por qué lo hizo?- La molestia era evidente en su tono.
-Ha sido culpa de Daimmen, le dijo a mi padre que yo era muy descortés con él, mi padre me reprendió, yo estaba molesta y le conteste cosas que le molestaron y eso me he ganado.-
-Ahora tengo una razón más para odiar al Rey, vamos debo curar ese golpe.-
Caminamos entre el bosque y por momentos Caden se detenía a cortar algunas plantas, llegamos a la cabaña y lo primero que hizo fue poner a calentar agua.
-¿Qué haces?-Pregunté.
-Un remedio para que tu mejilla sane.-
-Caden, no es necesario, sanará sola.-
-Debo hacerlo, no puedo concebir que alguien dañe a la persona que menos se lo merece en este mundo.-
-Caden, así es mi padre, nadie puede contradecirlo o sus impulsos lo controlan.-
-Que el sea así no significa que sea correcto lo que hace.-
-Lo se pero debo soportarlo, solo así no me molestará cuando quiera venir.-
-Elise, no mereces eso, no mereces ese comportamiento por parte de nadie, me molesta tanto no poder defenderte.-Dijo frustrado.
-Pero todo se compensa cuando vengo y te preocupas tanto por mí.- Tome sus manos y le sonreí para reconfortarlo.
-Diariamente me pregunto qué estarás haciendo cuando no estas conmigo y me molesta tanto saber que cuando no estás aquí, sufres.-
-No deberías mortificarte por eso, ni siquiera deberías pensarlo, lo único que importa es cuando estamos tu y yo juntos.-
-Si tan solo pudiera hacer algo.-
-Ya lo haces, cuidas de mí cuando vengo, te preocupas por mí y me haces feliz. Ven hagamos algo, recuéstate conmigo y toma mi mano.- Quería que olvidara todo y tuviera un momento de paz.
Caminamos juntos hasta su cama y nos recostamos, el sostenía mi mano con fuerza.
-Cierra los ojos e imagina que somos sólo nosotros, no existe un rey, ni un reino ni una princesa, solo somos Caden y Elise.- Estuve en silencio un instante para después continuar.-Ahora dime ¿cómo son nuestras vidas?-
-Estamos tranquilos, caminando por la aldea, sin preocupaciones de ningún tipo.-
-Muy bien, ahora dime ¿cómo sería nuestra vida?-También yo cerraba los ojos imaginando lo que Caden decía.
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Perdida en mi destino.
Historical Fiction¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.