Daimmen cumplió con su palabra y toda la noche estuvo conmigo, platicando, bailando o incluso sólo sentado a mi lado mirándome. Era muy gentil y cada comentario suyo me hacía ruborizar.
Toda la noche al mirar a mi padre hacía lo que nunca en toda su vida, me sonreía y se veía especialmente alegre aunque claro estaba que no era por mi, sino porque su plan estaba saliendo a la perfección, pero ver que trataba a mi madre con tanto cariño hacía que valiera la pena y a decir verdad yo estaba más que feliz por la compañía y atención de Daimmen. Dentro de mí estaba esa esperanza de que mi ilusión de tener un matrimonio por haberme enamorado de alguien y que ese alguien se enamorara de mí se hiciera realidad, aunque sabía que no solo por una noche en una fiesta significaba que Daimmen se casaría conmigo o se enamoraría de mí, pero en lo personal no me parecía imposible enamorarme de él, no sólo era un hombre muy apuesto sino que también su personalidad me había cautivado.
Eran cerca de las cinco de la mañana y nosotros caminábamos por los jardines, la mayoría ya había abandonado la celebración y a pesar de que Daimmen y yo ya estábamos muy cansados aún no queríamos despedirnos.
-¿Cuándo tienes que volver?.- me preguntó tomándome de las manos y tratando de calentarlas.
-Mi padre dijo que regresaremos el lunes al amanecer.- Dije mirando nuestras manos entrelazadas.
-¿Es posible que el Rey Albert acceda a permanecer hasta el jueves?.-
-No se, mi padre suele ser muy estricto y si ese ha sido su plan, lo más probable es que no acceda a cambiarlo.-
-Tengo que convencerlo, no puedo permitir que te vayas tan pronto, cuando a penas comienzo a conocerte.-
-Yo tampoco quisiera irme tan pronto, me agrada mucho estar en tu compañía.-
-Lo mismo digo Elise, me alegra saber que desde el instante en que me conociste no me rechazaste.-Bromeó y yo sonreí al recordar la situación de la noche anterior.
Recargue mi cabeza instintivamente sobre su hombro y él me rodeó con su brazo mientras poco a poco me quedaba dormida.
-Elise...-
-Lo siento, estoy un poco cansada.- dije incorporandome con rapidéz.
-Yo también lo estoy, creo que es hora de que vayamos a dormir un poco y más tarde volvernos a ver.- dijo mientras acariciaba mi mejilla.
-Me parece bien Daimmen.-
Me acompañó hasta la puerta de mi habitación y antes de que entrara me dijo:
-Descansa Elise.-
-Tu también descansa Daimmen.-
Entonces tomó mi cabeza entre sus manos, me acercó a él y me dio un tierno beso en la frente, entré a mi habitación y cerré mientras él se iba caminando por el pasillo.
-Buen día alteza, ya escuché que el príncipe no la dejó ni un instante sola, su padre no deja de hablar de eso, ¿cómo le fue en la celebración? bueno, aunque creo que esa pregunta está de sobra.- Charlotte sonreía pícaramente y mi rostro no podía mentir, así que respondí con una gran sonrisa en mi rostro.
-Maravilloso, simplemente maravilloso.-
-Si me lo permite alteza, le recordaré que hace unos días me dijo que estaba feliz de venir a este viaje por usted no por conocer al príncipe, ¿tan rápido cambió de opinión?.-
-¡Charlotte!.- fingí un enojo pero ella me conocía como nadie, así que comencé a reír.-Está bien, se lo que dije, pero nunca me imaginé que el príncipe fuera tan...-
-¿Guapo?.- Empezó a reír y yo la seguí.
-Sí, es muy guapo pero además de eso es muy atento conmigo y cada comentario suyo me hace sonreír.-
-Me hace feliz saber que usted está tan feliz, le hacían falta días como este.-
-Gracias Charlotte.-
-No agradezca alteza.-
-¿Puedo pedirte un favor Charlotte?.-
-Claro, lo que sea alteza.-
-Mientras no estemos en presencia de alguien más, llamame Elise, llevamos tantos años conociendonos que más que ser mi doncella eres mi amiga y entre nosotras no necesitamos esos formalismos.-
Se quedó atónita por un momento pero luego sonrió tiernamente y sin esperarmelo se apresuró a abrazarme, también la abrace; cuando nos soltamos pude ver que escurrían unas lágrimas por sus mejillas.
-¿Qué sucede Charlotte?.-
-Nunca nadie me había tratado con tanta consideración como usted lo hace.-
-¿En qué quedamos Charlotte?.-
-Sí, lo siento, es la costumbre.- Rió aún con lágrimas.
-Charlotte, voy a descansar un poco.-
-Estaré a tu lado Elise.-
-Gracias.-
Me acosté en la cama y cuando menos lo esperé me quedé dormida.
Hola, espero que les guste este capítulo.
El próximo lo subiré el sábado.
Saludos :D
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Perdida en mi destino.
Ficção Histórica¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.