Capítulo XXXVII

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Muy temprano había regresado al castillo, para encontrarme a Charlotte histérica por mi ausencia.

-¡Dios mío! alteza, ¿dónde se había metido?-

-Charlotte, bien sabes dónde...-

Su mirada me hizo saber que no debía completar mi frase, había alguien más escuchando, afortunadamente capté bien su gesto y en voz baja me dijo.

-Tu padre y Daimmen están doblando el pasillo, di cualquier cosa menos eso, han estado preguntando por ti desde ayer en la noche.-

-Estaba en la torre me quedé ahí toda la noche, estaba aterrada por los sucesos y quería recobrar la calma viendo el cielo nocturno.-

Dije eso porque sabía que nadie iba a la torre y si me hubieran estado buscando jamás se les hubiera ocurrido buscarme ahí.

-Ahora todo tiene sentido, te estuvimos buscando por todos lados, pero nunca pensamos en la torre.-

-No ha de que preocuparte Charlotte, ahora si me lo permites iré a mis aposentos a cambiarme de ropa.-

Caminé para doblar el pasillo y efectivamente Daimmen y mi padre estaban ahí.

-¿Así que pasaste la noche en la torre?-Dijo mi padre.

-Sí, ¿hay algún problema? -

-El problema es que todos te buscamos por todos lados y nadie lograba encontrarte.-

-¿Y cuál es la urgencia?-

-Ninguna, solamente queríamos asegurarnos de que estabas bien, no queremos que alguno de los hombres que entró anoche siga suelto por el castillo.-

-Puedes estar seguro de que en la torre no hay nadie.-

-¡Majestad! ¡Majestad!-Gritó uno de los guardias a mi padre.

-¿Qué sucede?-

-Hemos encontrado al hombre que faltaba.-

-¿Y qué esperan? ¡Mándenlo a la horca!-

-Creo que no será necesario majestad, lo encontramos muerto en el bosque.-

Cuando el guardia dijo eso no pude evitar tensarme, estaba segura de que hablaban del hombre que me había atacado.

-¿Se lo comieron los lobos?-

-No, alguien le atravesó una flecha en el cuello.-

-Menos mal, nos han ahorrado trabajo.-

Cuando mi padre dijo eso no pude evitar sentir alivio, temía que quisieran investigar su muerte y eso los guiaría hasta Caden, no quería meterlo en problemas, desde que me conoció su vida cambió para convertirse en un riesgo constante.

-Elise.-Dijo Daimmen.

-¿Si?.-

-Por favor acompañame a los jardines, necesitamos hablar.-

No podía negarme, mi padre estaba ahí, además el trato que Daimmen y yo teníamos aún estaba vigente.

-Claro, solamente necesito ir a cambiarme de ropa.-

-Sí, te esperaré.-

Caminé hasta mi habitación, noté que Charlotte venía tras de mí, una vez que estuvimos solas Charlotte habló.

-Pensé que te delatarías, temí por unos segundos.-

-Estuve a punto de hacerlo, no sabía que estaban cerca.-

Perdida en mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora