Muy temprano había regresado al castillo, para encontrarme a Charlotte histérica por mi ausencia.
-¡Dios mío! alteza, ¿dónde se había metido?-
-Charlotte, bien sabes dónde...-
Su mirada me hizo saber que no debía completar mi frase, había alguien más escuchando, afortunadamente capté bien su gesto y en voz baja me dijo.
-Tu padre y Daimmen están doblando el pasillo, di cualquier cosa menos eso, han estado preguntando por ti desde ayer en la noche.-
-Estaba en la torre me quedé ahí toda la noche, estaba aterrada por los sucesos y quería recobrar la calma viendo el cielo nocturno.-
Dije eso porque sabía que nadie iba a la torre y si me hubieran estado buscando jamás se les hubiera ocurrido buscarme ahí.
-Ahora todo tiene sentido, te estuvimos buscando por todos lados, pero nunca pensamos en la torre.-
-No ha de que preocuparte Charlotte, ahora si me lo permites iré a mis aposentos a cambiarme de ropa.-
Caminé para doblar el pasillo y efectivamente Daimmen y mi padre estaban ahí.
-¿Así que pasaste la noche en la torre?-Dijo mi padre.
-Sí, ¿hay algún problema? -
-El problema es que todos te buscamos por todos lados y nadie lograba encontrarte.-
-¿Y cuál es la urgencia?-
-Ninguna, solamente queríamos asegurarnos de que estabas bien, no queremos que alguno de los hombres que entró anoche siga suelto por el castillo.-
-Puedes estar seguro de que en la torre no hay nadie.-
-¡Majestad! ¡Majestad!-Gritó uno de los guardias a mi padre.
-¿Qué sucede?-
-Hemos encontrado al hombre que faltaba.-
-¿Y qué esperan? ¡Mándenlo a la horca!-
-Creo que no será necesario majestad, lo encontramos muerto en el bosque.-
Cuando el guardia dijo eso no pude evitar tensarme, estaba segura de que hablaban del hombre que me había atacado.
-¿Se lo comieron los lobos?-
-No, alguien le atravesó una flecha en el cuello.-
-Menos mal, nos han ahorrado trabajo.-
Cuando mi padre dijo eso no pude evitar sentir alivio, temía que quisieran investigar su muerte y eso los guiaría hasta Caden, no quería meterlo en problemas, desde que me conoció su vida cambió para convertirse en un riesgo constante.
-Elise.-Dijo Daimmen.
-¿Si?.-
-Por favor acompañame a los jardines, necesitamos hablar.-
No podía negarme, mi padre estaba ahí, además el trato que Daimmen y yo teníamos aún estaba vigente.
-Claro, solamente necesito ir a cambiarme de ropa.-
-Sí, te esperaré.-
Caminé hasta mi habitación, noté que Charlotte venía tras de mí, una vez que estuvimos solas Charlotte habló.
-Pensé que te delatarías, temí por unos segundos.-
-Estuve a punto de hacerlo, no sabía que estaban cerca.-
ESTÁS LEYENDO
Perdida en mi destino.
Ficção Histórica¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.