Duerme >Japón< ~Hetalia~.

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Soltando un suspiro, _______ (T/N) cerró el libro que se encontraba leyendo y lo puso sobre la mesa. Deseaba enormemente seguir leyendo, pero eran las 12:06 y en la mañana debía trabajar, así que decidió que continuar con su lectura no era la mejor idea.

Estaba a punto de entrar a su habitación en su pequeño departamento cuando se escuchó un golpe en su puerta.

-Por Gaia, ¿quién viene a esta hora? -susurró mientras hacía su camino hacia la puerta de la entrada-. ¿Prusia? -preguntó una vez abrió la puerta.

-Hey, frau -dijo él, acomodando algo, o mejor dicho a alguien, en sus brazos.

-¿Qué haces aquí? ¿Y qué es eso? -la chica dirigió su mirada hacia el bulto que cargaba.

-Ah, ¿esto? Pues, eh, es Japón.

-¡¿Qué?! -exclamó. Prusia lo sostenía por debajo de sus brazos, y Japón, con la cabeza agachada, respiraba como si estuviese dormido-. ¿Qué le pasó?

-Verás -rio Prusia nerviosamente-, estábamos Alemania, Italia, España, Francia, Japón y el increíble yo en el bar, y entonces pensé que sería divertido ver ebrio a Japón, así que puse alcohol en su bebida y... pues... esto pasó.

-Oh, demonios -suspiró _______ (T/N) mientras hacía presión en sus sienes-. Prusia, te mataré después, cuando esté menos cansada. Por ahora, te dejaré vivo. ¿Y a qué viniste?

-Después que Japón se emborrachó, nos dimos cuenta que era de esos ebrios que sólo molestan por un rato y luego se duermen, así que, como fui yo quien le puso el alcohol, Alemania dijo que yo tendría que cuidarlo.

Se creó un breve silencio entre ambos.

-¿Y bien?

-Y estaba manejando hacia su casa para llevarlo cuando se despertó y dijo que quería venir aquí.

-¡¿Y?! ¡Está ebrio, Prusia! ¡Debiste llevarlo a su casa!

-Es que me insistió mucho, frau. Si no hubiese molestado tanto, lo hubiese hecho.

-Pues no pienso cuidarlo, tengo trabajo mañana.

-¡¡Por favoooor!! -rogó, abrazando a Japón como si fuese un oso de felpa y abriendo grandes sus ojos en un intento de carita de perro.

-No.

Prusia suspiró en derrota y frunció el ceño, agachando la cabeza y pensando en algo. Pronto, una idea retumbó en su cerebro.

-Oye, frau, ¿qué es eso? -preguntó señalando algo detrás de _______ (T/N). Ella giró hacia lo que Prusia señalaba y, al no ver nada, volvió su mirada al desesperante albino, quien se había echado a correr, dejando a Japón recargado en el marco de la puerta.

-¡¡Espera!! ¡¡Vuelve, idiota!! -gritó, pero Prusia ya estaba fuera de su vista-. Definitivamente voy a matarlo -murmuró entre dientes.

_______ (T/N) fijó sus ojos en Japón. "Pobre chico", pensó mientras se acercaba a él y acariciaba su oscuro cabello, apartándolo de su rostro. De repente, sus ojos se abrieron y alzó la mirada.

-Kon'nichiwa, _______ (T/N) -sonrió y sus ojos se mostraban nublados por el alcohol-. ¿Qué haces aquí?

-Vivo aquí -respondió la chica.

-Oh... Me gusta -dijo, cerrando sus ojos en un largo parpadeo.

-¿Cómo te sientes? -preguntó ella mientras le ayudaba a entrar, cerrando la puerta tras ambos y sosteniéndolo para que no cayera.

-Como una graaaaaaaan bola de arroz.

_______ (T/N) hizo su mayor esfuerzo para no reír a su comentario, colocando una mano en su boca y mirando al ebrio país.

Unter Tausend Welten.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora