Capítulo 26

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CAPÍTULO 26

Harry observaba el vaso de leche como si éste contuviera las respuestas a todos sus dilemas, en la superficie se encontraban pequeñas migajas de galletas que había dejado Teddy cuando las hundía antes de comerlas. Despertó de su trance cuando la luz de la cocina se encendió, se giró a ver a su padre que lo observaba fijamente desde la puerta.

Supongo que la película no fue de tu agrado, llegaste temprano.

Era aburrida.

¿Llevaste a Mariane a su casa? — le preguntó su padre acompañándole.

Sí, y creo que se siente demasiado decepcionada de mí.

¿Le faltaste al respeto? — Harry negó con la cabeza inmediatamente —. ¿Entonces cuál es el problema?

Supongo que ese precisamente, ella desea algo que no puedo darle.

Y ese era tu problema antes ¿no? Querías meterte con ella.

No es cierto — intentó defenderse frente a las acusaciones de su padre.

¿Y porque te metiste a su alcoba desde la azotea? Cada vez que sale su madre me lo recuerda con la mirada — el joven cerró los ojos avergonzado con su comportamiento.

...

Harry había aguantado todo ese juego de seducción que había tenido la vecina con él, con la ventana abierta había comenzado a trotar en la caminadora, con ropa muy escasa y delgada, sus pechos moviéndose cada vez que ella corría, y el top que estaba usando se bajaba un poco más conforme pasaban los minutos, observó su espalda desnuda una vez que decidió meterse a bañar, en ese momento Harry creyó que todo había terminado, pero al salirse de bañar ella lo vio fijamente con una coquetería inusual.

En ese instante todo rastro de coherencia, y raciocinio murió, salió por la ventana y se subió al árbol que separaba ambas casas, se tomó de la ventana de Mariana y sonrió idiotizado al verla recién bañada, con las gotas de agua escurriendo por sus piernas.

—¿Debo tomar eso cómo una invitación? — le preguntó él aun dudando.

—Y debo decir que me hiciste esperar demasiado.

—Temía no comportarme si... venía — le dijo él dudando de sí mismo, sabiendo que si ponía los pies en su alcoba actuaría de inmediato, dejándose llevar por el placer.

—Espero que no lo hagas — susurró ella bajando la vista.

Harry se impulsó para entrar, pero la puerta de su habitación de abrió de pronto, Mariane volteó con su bata media puesta y la sonrisa se le borró del rostro.

—¡Mamá!

—¡Pero Mariane! — exclamó incrédula su madre, ante la mirada avergonzada de su hija.

Harry deseaba y rogaba porque Mariane no se quitara y siguiera ocultando su cuerpo a medio entrar, pero la joven volteó y susurró un "vete", algo que no fue ignorado por su madre, y la quitó de ahí de un tirón, la sorpresa que se llevó la señora al ver a Harry entrar de esa forma a la alcoba de su hija, el rostro de ésta cambió radicalmente y un tonó enrojecido se notaba en su cara, creyendo que en cualquier momento explotaría.

—Todo tiene una explicación... técnicamente ni siquiera he entrado — se defendió Harry con antelación.

—¿Y debería agradecer eso Harry? Debería... defender tus buenas intenciones supongo, ya que mi hija está escasamente vestida y estás entrando a su alcoba como un ladrón.

Oculto (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora