Capítulo 6.

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Abrí mis ojos con dificultar y poco a poco pude visualizar a Ivy que se encontraba a mi lado, ella levando la mirada y ahogo un grito mientras que tomaba mi mano, me encontraba en una especie de enfermeria, conectada a diferentes máquinas, las paredes eran color beige con pequeñas lámparas en el techo.

—Eiren, me as dado un susto de muerte —dice ella con sus ojos cristalizados.
—¿que pasó? —preguntó apenas.

Lo último que recuerdo fue a Ryder correr a mi lado, el sujetaba mi rostro con cuidado mientras me suplicaba con la mirada que no cerrara mis ojos.
Recuerdo sentir sus labios sobre los míos, ¿paso en realidad? Ryder el chico más apartado de todo el campo de entrenamiento me beso.

—estábamos en una prueba y tu —ella negó con la cabeza mientras me miraba confundida.
—la ilusión del ataque fue demasiada que caíste inconsciente, las dos tuvimos ilusiones diferentes... Hay algo que no me agrada Eiren. Tenemos que irnos —murmuró Ivy mirando a todos lados, temiendo que alguien nos escuchara.
—tienes razón algo no anda bien aquí y lo voy a descubrir —dije segura.

¿Porque explotar de tal manera mis poderes? Algo no andaba bien.

—necesito hablar con Ryder —dije tratando de levantarme de la cama.
—donde crees que vas, tu te quedas aquí —Ivy me miraba como si estuviera loca y me sujeto ala cama.
—el sabe algo que nosotras no, necesito hablar con el —dije suplicante.

Ryder era la respuesta a muchas preguntas formuladas en mi cabeza, ¿que es en realidad este lugar? ¿Cuál es su secreto?

—el vendrá pronto, a estado viniendo para ver tu recuperación —dicen ella con una sonrisa.

Muerdo mis labios nerviosa y siento un hormigueo al escuchar las palabras de Ivy, ¿se preocupa por mi? El beso no pudo haber sido una ilusión, lo sentí tan real... Sus húmedos labios chocaron con los míos causando estragos en mi interior.

—Eiren nos tenemos que ir —dijo ella tomando mi mano, fije mi vista en ella y vi un rasguño en su cuello.
—¿que carajos es eso? —pregunté preocupada.
—te lo dije tuvimos ilusiones diferentes, tu me atacaste y desde ese instante supe que no eras tu —contesta ella tapando su herida.

¿Entonces en realidad no había ayudado a Ivy? Le di un abrazo a Ivy mientras enterraba mi cara en su cuello, me sentía desorientada y asustada, sentía que estaba en el lugar equivocado.

—tienes razón tenemos que irnos, solo hablaré con Ryder y nos largamos de aquí —susurre en su oído.
—esa es mi hermana —sonrió.

Y como si Ryder hubiera leído mis pensamientos entro ala habitación, haciéndome estremecer por dentro, vestía jodidamente bien, chaqueta de cuero negra, pantalones de color café y una camiseta color vino, su cabello estaba revuelto dándole un toque aun más sexy y candente.

—vendré pronto —dijo Ivy saliendo de la habitación.

Ryder camino al rededor de la habitación poniéndome más nerviosa, ¿no iba a decir nada?

—¿como te sientes? —pregunto finalmente.

Dio unos pasos hacia mi y quedamos frente a frente.

—bien —respondo no tan convencida.

La verdad es que me duele la cabeza y siento como si un auto me hubiera pasado encima. Ryder sonrió con malicia y se sentó a mi lado.

—mientes —dijo el cambiando su semblante.

Su sonrisa desapareció y sus labios se convirtieron en una fina línea.

—lo que paso no volverá a ocurrir tenlo por seguro —dijo el con voz dura.
—Ryder... —las palabras se quedaron atoradas en mi garganta y yo negué con la cabeza sin poder sacar las palabras de mi boca.
—que me as hecho Eiren Russell —murmura Ryder acercándose a mi rostro.

Sus ojos marrones me estudiaban con detenimiento y sus labios cada ves se acercaban más a los míos, podía sentir el deseo que emanaba desde lo más profundo de mi interior quemandome completamente.

Finalmente Ryder corto la distancia entre nosotros y nos fundimos en un profundo beso, sus labios húmedos se movían al sobre los míos, hambriento por más, puse mis manos en su cabello y profundizamos aún más nuestro beso, su lengua experta se movía con rudeza haciéndome estallar por dentro.

Nos separamos por la falta de aire y Ryder me observaba con una oscuridad que denotaba lujuria y deseo.

—¿que paso realmente en mi prueba?—pregunto con mi respiración agitada.
—Eiren eres una de las pocas personas que tienen un poder sin límites, puedes hacer más cosas de las que crees y eso atrae a personas peligrosas, este lugar no es lo que parece —Ryder acomoda un mechón suelto de mi cabeza y toma mi barbilla haciéndome mirarlo fijamente.
—¿corro peligro aquí verdad? —pregunte sin titubear.
—si —contestó.

Eso era lo que necesitaba saber, este lugar no era para ayudarme a mi, era para ayudar a ciertas personas que sacarían ventaja de mi.

  —dime la verdad Ryder —pedí con voz ahogada.

Ryder desvío su mirada y observe como el miraba al suelo con decepción.

—este lugar es más que un campo de entretenimiento, no puedes salir y entra como te de la gana, si eres sumiso alas órdenes tu estadía aquí no será tan mala, a todos los han traído aquí con engaños. Pocas personas saben realmente el secreto de este lugar, como sabrás yo soy un experimento de este lugar —levanta su vista y llevo mis manos a mi boca reprimiendo un grito ahogado.

Entonces es cierto, Ryder es un experimento de este lugar.

—querían crear al inmune más poderoso, que pudiera tener más de un poder así que me tomaron a mi como rata de laboratorio, lo curioso es que no lo recuerdo. No puedo recordar quién era —dice el con la mirada perdida.

Sin importar mi estado de salud me abalanzó sobre el y lo abrazo fuertemente, siento un nudo en la garganta y Ryder solo acaricia mi espalda mientras me acomoda nuevamente a la cama.

—eso quedó en el pasado, ya no han experimentado con más inmunes pues yo mate a todos los que estuvieron involucrados en lo que me hicieron —dice el con amargura.

Trago saliva nerviosa al ver como Ryder convertía sus manos en puño y tensaba su mandíbula sin mirarme.

—desde el instante en que te vi entrar al campo de entrenamiento, supe que eras única —suavizo su gesto al verme y yo solo pude sonreír como una tonta.
—supe que serias mía —susurro en mi odio para después darme un beso nuevamente en los labios.

InmunesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora