Inmunes

Capítulo 22.

—¡mamá, papá! —grite con todas mis fuerzas mientras veían como agentes del gobierno les disparaban con sus armas.

—ustedes son un virus para nuestra sociedad, los mataremos y eliminaremos —murmuró uno de ellos con voz autoritaria.

Mis padres luchaban para resistir al ataque y protegerme pero eran demasiadas personas y cada ves habían más y más personas armadas.

Mi madre manipulaba el metal, mientras que mi padre los atacaba con electricidad.

—Mary, tienes que acabar con todos ellos —murmuró mi madre con rabia.

Su cabello era rubio y sus facciones eran parecidas alas mías.

—son ellos o somos nosotros cariño, eliminalos —demando mi padre mientras acababa con todos los humanos armados pero no fue suficiente.

Una bala atravesó su cabeza y después a mi madre, haciéndolos caer en el suelo, mi cuerpo parecía ser de algodón... No podía hacer nada.

No... Esos no son mis recuerdos.

—resiste, no dejes que manipulen tu mente —escuche una voz en mi cabeza.

Estaba en un gran pasillo y habían puertas en cada lado, abría cada una y ahí estaban mis verdaderos recuerdos... Pero podía ver como del suelo y las paredes salía una sustancia negra y viscosa empañando mis verdaderos recuerdos.

—¡no! —grite horrorizada.

Fije mi vista en la sustancia viscosa y la sacaba de las habitaciones pero entre más sacaba, más salía del interior.

¿Quien soy? ¿Eiren o Mary? Espera... ¿Eiren? Ese no es mi nombre...

—no olvides quien eres, Carol es tu enemiga y busca a Ryder —murmuró una voz por el pasillo.

Jamás me había sentido así... Perdida, confundida y sin salida. Sabía que mi final estaba cerca podía sentirlo, ni siquiera podía llorar pues eran tantas emociones mezcladas que me aturdian totalmente.

Aprecie como cada recuerdo se empañaba con la sustancia negra y vizcosa y lo reemplazaban con recuerdos oscuros y sangrientos.

Carol quería que yo eliminará a todos los obstáculos del camino y lograría su objetivo pues ya no quedaba nada en mis recuerdos.

El pasillo se inundó de la sustancia vizcosa y mi cuerpo se absorbía a él, matandome lenta y torturosamente, ya no tenía fuerzas para luchar así que solo me deje llevar por la dulce muerte.

—adiós Ryder —susurre por última ves.

Y después solo fue oscuridad y paz...