Inmunes

Capítulo 25.

—¡llegamos! —grito Roger entrando a la habitación.

Ivy soltó un grito ahogado al ver a Eiren en mis brazos con una bala en su pecho, abrace el cuerpo de Eiren con más fuerza y llore con más fuerza al darme cuenta que ya no sentía su respiración.

—¿esta muerta? —pregunto Lev con voz rota.

Yo solo pude asentir con la cabeza mientras maldecía ala maldita de Carol, ¡me había quitado lo único que me importaba! Un agujero se abrió en mi pecho dejándome sin aliento y con mi interior destrozado.

—no, ¡no puede morir! —grito Ivy con dolor mientras caía de rodillas al suelo.

Eiren tenía los ojos cerrados y sus labios estaban abiertos ligeramente, su piel estaba demasiado pálida y comenzaba a sentirla más fría.

—te amo tanto Eiren, perdóname —susurre en su oído mientras besaba su cienes —la estruje en mis brazos mientras sentía como mi corazón se retorcía del dolor en mi interior.
—no no... Tiene que haber una forma —dijo Wilson con la vista perdida.

No podía vivir sin Eiren, mi vida ya no tendría sentido ¿¡que haría sin ella!?

—creo que hay una forma —comentó Roger no tan convencido.
—¿a que te refieres? —respondí en voz baja.
—dijiste que querían experimentar con Eiren y hacerla inmune a cualquier arma —dijo Roger pensativo.
—si, ¿y? —no entendía a donde quería llegar Roger.
—podemos hacer el experimento y Eiren pues... Despertaría —me quede helado ante sus palabras.

No quería que experimentarán con Eiren pero ahora era mi única alternativa, ¡no podía dejarla! No podría imaginarme un futuro sin Eiren y su sonrisa radiante.

—muy bien, hazlo —respondí levantando el cuerpo de Eiren.

Todos caminamos hacia la sala de experimento y deposite con cuidado el cuerpo de Eiren en la fría mesa de metal, su corazón ya no latía y su piel estaba totalmente helada.

—todo estará bien —susurre con nostalgia.

Eiren había hecho el mayor de los sacrificios al dar su vida para protegerme, jamás imagine que Eiren haría tal cosa, ¡en que diablos estaba pensando Eiren!

—aquí esta todo —dijo Roger sacando todos los frascos.
—solo hazlo rápido —dije apartandome del cuerpo de Eiren, pues no era seguro estar cerca de ella.

Roger sabía como funcionaban todas estas cosas, a esto se dedicaba antes de conocernos.

—aquí están sus recuerdos —dije dándole el frasco a Roger.

El parpadeo desconcertado y los tomo minutos después.

—espero que esto funcione —murmuro el nervioso.

Roger respiro profundamente y después comenzó con el experimento, inyecto e inserto todos los antibióticos y vacunas necesarias y yo solo podía mirar con nerviosismo.

El cuerpo de Eiren convulsiono levemente y yo solo tense mis músculos en respuesta, Roger siguió con el proceso mientras que yo me paseaba por toda la habitación junto con Ivy, Wilson y Lev.

—estará bien, es una chica fuerte —dijo Wilson posando su mano en mi hombro.
—Wilson tiene razón, todo saldrá bien —me alentó Lev.

Ivy solo pudo dedicarme una sonrisa pues ella también esperaba que todo saliera bien, metí mis manos a mi bolsillo y toque el frasco gris que Carol había escondido por mucho tiempo.

Mis recuerdos.

Sacudí mi cabeza y me centre en Eiren, era lo que más importaba en aquel momento.

—terminé —anunció Roger captando nuestra atención.
—¿y ahora? —dije nervioso.
—la tenemos que meter en la capsula y esperar —contestó el esperanzado.
—bien —dije impaciente.

No podía esperar más, necesitaba tener a Eiren en mis brazos y poder besar sus suaves labios, decirle que la amaba y que no volviera a dejarme solo jamás, ¡que era una tonta! Por haberse sacrificado por mi, pero que agradecía aquel acto tan noble y valiente.

—cuando la capsula sienta el pulso de Eiren, automáticamente se descongelara y bueno... Ya sabes —todos estábamos nerviosos y ansiosos por saber si el experimento funcionaba.
—¿y si no...? —no podía preguntar aquello, pues tenia miedo de la respuesta.
—la capsula nos dirá si fue un fracaso —contestó Roger sin mirarme.
—entiendo —murmure con voz apagada.

Solo me quedaba esperar y suplicar internamente que Eiren resistiera una mutación agresiva.