Capítulo 5

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-¿Preparada para tu primera clase?

-No. Estoy aterrada.

-La clave es confiar en ti misma. Sé que puedes con esto. Eres Ashley, nuestra perfeccionista e histérica ayudante del consejo.

La chica me da un codazo, el cual resulta ser bastante doloroso debido al aumento de su fuerza. Aún así no me quejo. Todo esto debe ser duro para ella y no quiero que se sienta culpable por hacer daño sin querer.

-¡Eh! No te metas conmigo. Recuerda que soy muy fuerte ahora.

-No te tengo miedo. Me he enfrentado a tantas amenazas que ya nada logra asustarme.

-¿Cuánto hace que sabes que eres una cazadora?

-En septiembre hará un año. Lo descubrí una noche, cuando unos hombres asaltaron mi casa, asesinando a mi madre y quemando el hogar en el que crecí. Conseguí huir. Así fue como conocí a Jonathan Waymoore, un cazador que me ayudó a conocer y adaptarme a este mundo.

El dolor que creí que había desaparecido vuelve a presentarse, perforando nuevamente mi pecho.

Noto una presión entre los pulmones que me impide respirar con normalidad, aún así intento mantener la compostura, evitar sucumbir a la tristeza. Inevitablemente aparecen unas lágrimas en mis mejillas y Ashley se da cuenta de ello, a pesar de que las hago desaparecer rápidamente con la manga de mi sudadera.

-Así se llamaba el chico nuevo de clase.

-Era él.

-Oh- guarda silencio durante uno segundos-. Le querías ¿verdad?- asiento-. ¿Qué ocurrió para que os separáseis?

-Viví en una bella mentira demasiado tiempo. Jonathan me dejó argumentando que no me quería, que yo solo fui una distracción para él y se marchó de la ciudad con el fin de aliarse con Anabelle, su madre biológica.

-¡Qué fuerte!- exclama-. Pero no logro entender porqué se alió con Anabelle si es una mujer sin escrúpulos, alguien que ha hecho cosas terribles.

-Porque a pesar de ser una mala persona, le quiere.

-Siento mucho que vuestra historia haya tenido ese final. No te conozco mucho pero pareces ser una buena persona, Ariana. Solo hay que ver todo lo que has sacrificado con tal de salvarme la vida esta noche.

-Tengo que garantizar la seguridad de las personas. Además, estoy cansada de que se produzcan constantes muertes a mi alrededor. Hace poco mi tía Sarah dio su vida con tal salvar la mía y le estoy agradecida por el detalle pero no quiero eso. No deseo que las personas que me importan den sus vidas por mí, no es justo.

Ashley se detiene en seco junto a un riachuelo, gira sobre sus talones y se enfrenta a mi mirada. Coloca sus manos en mis hombros, ejerciendo un poco de presión en ellos.

-La vida es muy corta para lamentaciones, Ariana. Tan solo preocúpate de hacer aquello que te haga feliz y olvida el resto.

Le dedico una sonrisa y ella me devuelve el gesto.

-Bueno, ¿por dónde empiezo?

-Al ser principiante creo que deberías comenzar por alimentarte de ardillas.

-Muy bien. ¿Cómo las localizo?

-Eres un vampiro, tienes los sentidos más desarrollados, válete de esa ventaja.

La chica rubia me mira extrañada y a continuación asiente, no muy convencida. Cierra los ojos y frunce los labios.
Transcurren varios segundos y ella continúa inmóvil, concentrándose únicamente en su respiración. Si no fuese porque en alguna ocasión frunce el ceño daría por hecho que está en estado de shock.
Su tardanza empieza a empacientarme, así que tras un par de minutos decido ir hacia ella y zarandearle los hombros con tal de devolverle a la realidad. Estoy a punto de llevar a cabo mi propósito cuando abre los ojos de par en par y ladea la cabeza hacia la izquierda.
Me percato de que sus afilados colmillos asoman entre sus labios y sus pupilas se han dilatado.
Sin previo aviso sale corriendo a tal velocidad que le pierdo la pista a los dos segundos. Doy un par de pasos al frente y giro sobre mis talones con tal de tener una mejor paranorámica del área.
No la encuentro por ningún lado. Así que opto por seguir el camino por el que se marchó con el fin de localizarla por los alrededores. Pero cuando tan solo llevo unos diez pasos, soy consciente de como una bandada de pájaros abandona la copa de un árbol, emprendiendo el vuelo y perdiéndose en el despejado cielo azul. Es entonces cuando siento una corriente de aire impactar contra mi nuca, provocando que los pelos de esta se ericen.

Cazadores Nocturnos 2; La PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora