VII

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Nervios, esa era la palabra. La semana pasada habia sido la ultima vez que vi a Katherine, cuando llegó mi turno en el espectáculo la busqué con la mirada por todo el lugar, sin embargo ni ella ni Michael estaban ahí; los dias siguientes me martirice preguntandome donde desaparecieron esos dos.
Ahora una semana despues me encontraba en el centro del pueblo debatiendome si debia o no llamar a la casa de Katherine, soltando un largo suspiro tomé el valor necesario y tome de una vez por todas el teléfono local que estaba sobre la banqueta.
Un tono, dos tonos y luego otro me indicaron que finalmente mi llamada habia sido contestada. Pero del otro lado de la línea no era la voz de Katherine, sin embargo no colgué porque la voz se me hacia conocida.

—Buenas tardes, habla Jimmy ¿se encontrara Katherine?— pronuncie muy, pero muy rápido lo cual agradecí que se me entendiera todo lo que dije.

—¡Oh Jimmy! Que bueno saber de ti, soy Theodora. Que agradable que llames ¿cómo estas querido?

—Mmmh...

—¡Oh cierto querias hablar con Katherine!, en un momento te la paso, espera.

18 segundos después la voz de Katherine sonó atraves del auricular.

—Hola Jimmy— saludó.

—Hola— murmure tontamente —¿cómo estas?— le pregunte después de aclararme la garganta.

—Estoy bien, gracias— respondió —la verdad no me esperaba a que llamaras— murmuró suavemente. Su comentario provoco que algo dentro de mi se apretara.

—¿Acaso te molesta?— susurré suavemente mientras apretaba los ojos a la espera de su respuesta, la cual no tardó mucho en llegar.

—¡Claro que no!— dijo tan rápido y fuerte que me sobresalto un poco —lamento mucho si te hice sentir de esa manera, pero no me molesta, en absoluto.

Un silencio se hizo entre las líneas, no sabia que decir, el alivio me inundaba por completo al conocer que mi llamada no le molestaba.

—Oye Jimmy...— rompió el silencio —me gustaria conocerte mejor, y queria decirte si te agradaba la idea de que un día fuera a verte.

—No lo creo— contesté tosco y rápido.

—¿Qué?, pero ¿por qué?— preguntó extrañada.

—El lugar donde vivo y trabajo no es un lugar para ti— contesté bajo, apesar de que segundos atrás habia tenido una lucha interna rapida sobre mi argumento del porque no deberia ir a buscarme

—¿Qué diablos?— dijo aun confundida.

—Katherine, soy un freak. No soy normal, así que no le veo el caso a que quieras convivir conmigo. Tú eres normal, yo no lo soy.

—Eres un idiota— respondió con enojo —ese argumento ha sido lo más estúpido que he escuchado en mi vida. ¡¿Y sabes que?!, ahora no te voy a preguntar si puedo ir a buscarte o no; voy a ir un día, el cual no sabras porque no te diré...— y sin más colgó dejandome desconcertado.

No Te Engañes |Jimmy Darling|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora