Capítulo V

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Este de South Park.
8:34 AM.
17 de Septiembre.

Esa mañana era mucho más fría para Leopold Butters Stotch, quién mientras caminaba a su destino intentaba acomodarse la bufanda de lana color morada que su madre le había regalado años atrás. Suspiró frustrado al darse cuenta que aún faltaba mucho para recorrer parar poder llegar. Más le valía a ese estúpido pelirrojo que sea importante lo que le debía decir. Porque si no, la pagará caro.

Él odiaba madrugar. Solo lo hizo porque según su súbdito, Dougie, tenía algo extremadamente esencial para confesarle; algo respecto a McCormick.
  Este lo había citado en una de las cafeterías más grandes y famosas de la ciudad: Tweek Bros. Coffe. Un extraño pero cómodo lugar donde podías sentirte como en tu propia casa.

Al llegar a dicho lugar, la campanilla de la puerta de vidrio que avisaba que un nuevo cliente ingresaba al local, sonó. Sacándolo de sus pensamientos. 

一Oh, Butters.

Un olor conocido llegó a su cuerpo. Ahogó un pequeño bufido al reconocer el aroma y alzó la mirada para después dibujar una pequeña sonrisa forzada.

一Hola, Stan. 一saludó al ver al nombrado acercarse con una sonrisa soñadora.

El gesto simpático de Marsh despareció para intercambiarse por una mueca de disgusto. El rubio desvió los ojos, incómodo por la expresión desagradable del azabache. Aunque no entendía el por qué de tal gesto. ¿Era porque tenía olor a otro Alfa? Lo único que esperaba era que no malinterpretase nada y que no pensara que era un cualquiera.

一Ven, pasa por aquí.

Marsh enseguida lo llevó a la mesa en la que Butters siempre se sentaba cuando iba al sitio (aunque muy pocas veces iba a esa cafetería, pues los gerentes y los empleados eran un tanto extraños y... aterradores). Miró como el más alto sacaba una pequeña libreta junto a un bolígrafo y esbozaba una sonrisa nuevamente. Cosa que lo alivió.

一Solo quiero un café... Por favor. 一dijo Leopold, conectando sus orbes azules con los ojos contrarios del mayor.

El azabache asintió y se retiró, no sin antes guiñarle el ojo al rubio. Este se ruborizó de la vergüenza, creando en Stan una sensación de satisfacción. Stotch suspiró, no se sentía totalmente cómodo con los coqueteos que le proporcionaba ese chico. Pues no sabía como reaccionar exactamente, era la primera vez que se tenía que preocupar por no ponerse extremadamente nervioso con los comentarios de otra persona.

一Aquí tienes. 一la voz del muchacho Marsh lo sacó de su trance.

Estaba a punto de agradecer hasta que lo siguientes movimientos del otro se lo impidieron: este se había sentado en frente suyo con una sonrisa amistosa, observándolo con interés.

一¿P-pasa algo, Stan? 一cuestionó, tragando saliva a causa de los nervios.

Él negó con la cabeza con una sonrisa algo socarrona一: No. En lo absoluto.

Tomó un sorbo de su café caliente y desvió la mirada por segunda vez en la mañana. ¿Más incómodo no podía ser la situación? En esos instantes, Butters estaba rogando para que alguien venga a su rescate o que, al menos, Stan se digne a hablar de algo que no sean sus intentos de coqueteos.

一No sabía que conocías a Kenny. 一soltó de repente, alarmando a Stotch.

Esa pregunta le había sorprendido de sobremanera. Pues se esperaba cualquier tipo de comentario, pero no que le reclamara aquello. ¿Cómo supo que era el olor de Kenny? Se relamió los labios antes de contestar.

Got me » Bunny (South Park)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora