Capítulo XI

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"Del amor al odio hay solo un paso"

El amor... Oh, el amargo amor. Aquél que te hace sentir como una pluma viajando a través del viento: suave y ligero, creando en tu podrida mente crueles sueños y falsas ilusiones, el que te hace sentir el arte más bello de todos o la flor más colorida del jardín. Pero que también es el que te rompe en miles de pedazos irreparables con tan solo un golpe, como si tú fueras una caja de cristal que apenas puede ser tocada. Y en parte, era verdad. Los humanos eran seres increíbles, fuertes, inteligentes, pero que no podían vivir sin algún cariño ajeno. Necesitaban ser dependientes de alguien, dependientes de algún amor. Y, a veces, ese único sentimiento de calidez que una determinada persona te regala, es lo único a lo que te puedes aferrar para no caer en un oscuro e interminable abismo.

No obstante, Kenneth también sabía que entre el amor y la obsesión había una muy delgada línea.

La calidez que Butters le daba no se asemejaba a la de ninguna otra persona con la que haya estado a lo largo de la vida. Las personas podían desnudarse sin mostrar su piel, pero era extremadamente difícil encontrar a una persona con la cual poder mostrar la otra parte de tu piel. Tu verdadero yo. McCormick jamás había llegado a tal punto, le daba miedo, porque pensaba que si mostraba su verdadero ser las personas terminarían por huir. Pero con Stotch fue diferente, él seguía a su lado a pesar de todo.
        Kenny debía ser sincero con él mismo; todavía no sabía lo que sentía por el pequeño Omega. Pero fuese lo que fuese, comenzaba a afectarlo de una manera que estaba atormentándolo. Porque lo único que hacía cada vez que se levantaba a la mañana, o cada vez que almorzaba a la tarde o cada vez que se iba a dormir a la noche luego de haber cenado, era pensar en él y en todas las posibilidades de estar junto a él.

Quería protegerlo de toda maldad que se arrimase, quería que nadie lo tocase, que solamente él pudiera ver esa sonrisa tan cariñosa y dulce que Stotch poseía.

Quería que Butters sea suyo. De nadie más.

Simplemente el pensar que Leopold podría estar viéndose con alguien más, que aquellas miradas llenas de amor y pasión mezcladas en esas joyas azules eran para alguien más, una ira incontrolable y pura dañaba a su roto corazón. Le enfermaba, lo destruía. Era una sensación que lo atacaba constantemente; a tal punto de querer estar presente en la vida del Omega a cada rato, a cada segundo, a cada minuto y a cada hora, asegurándose de que ningún otro Alfa lo mire o lo toque.

Eran pensamientos extraños que a Kenny le generaba cierto miedo. Porque Butters logró ocupar tanto su mente que ya casi había dejado olvidado, en algún lugar de su mente, el fallecimiento de sus hermanos y el encarcelamiento de sus padres.

Pero en esos momentos, lo menos que debía concentrarse era en aquél Omega, sino, en su trabajo. Como investigar el extraño caso de la desaparición de Tammy Warner, por ejemplo.

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??? de South Park.
3:45 AM.
4 de Noviembre.

Leopold fijó su vista en las pequeñas letras de las hojas pertenecientes al archivo que Token Black le había entregado para que las leyera con cuidado. Resopló, sin entender lo que el otro trataba de decirle. Alzó su vista hacia él, buscando alguna respuesta en la mirada ajena.

一No entiendo, ¿qué rayos quieres que haga con él, Black? 一recriminó, alzando una ceja junto a una expresión cansada一. No es a quién necesito.

Token sonrió con malicia y se acercó al villano con lentitud. Una vez a su lado, miró divertido la fotografía archivada a las hojas.

一Tú no. Pero yo sí. 一dijo, sin quitar su sonrisa y logrando captar la curiosidad del Omega一. Mi ayuda tiene un precio, lamento no habértelo dicho antes.

Got me » Bunny (South Park)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora