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Agosto

Un mes

—¿Un mes ya? —Al parecer lo único que sus ojos observaban, absortos, era aquel papel desgastado pegado sobre la pared de su habitación.

La derecha sostenía una taza de café humeante, mientras su compañera lidiaba con la presencia de un solitario cigarrillo balanceándose lentamente a través de sus finas falanges.

Aunque en realidad todo se balanceaba a su alrededor, de alguna manera, ella y su mirada parecían paralizadas por un truco de magia. Un hipnotismo sucio, barato y descarado del que aceptó ser parte tiempo atrás y dejarle de luchar en vano a la corriente, o al destino.

Dejarse llevar.

Porque lo cierto era que prefería sentirse así, idiotizada en cierta forma. Carente de dolor, y emociones. Pasmada.

Y habría jurado que era incapaz de sentir nada, pero los reflejos físicos del contacto de su cuerpo con lo que le rodeaba eran innegables, innegables y ausentes de pasión, de emoción, de calor.

De vida.

Ah, la vida.

Eso que les faltaba a algunos, y le era arrebatado a otros de maneras ridículamente burdas.

—Eh ¿Qué haces ahí, tonto? —La cola de Roco paseaba de un lado a otro con gracia y adoración, rogando cariño a un alma ausente.

—Venga. —Se encorvó con pericia para acicalar a la bola de pelos andante, activando con el contacto un engranaje en su cerebro.

Ese que ponía en marcha la cajita de los recuerdos.

Cerró los ojos con fuerza, evitando a toda costa desmoronarse en el suelo de su cuarto.

Ya sabía por qué razón no acariciaba a Roco como antes.

Flashback

Hizo como el policía le había dicho.

Como Chaeyoung le había dicho.

Como su consciencia le había dicho.

Simplemente corrió.

Sin miramientos, sin una razón verdadera para detenerse y echar un vistazo a las espaldas.

Casi tropieza al enredar aparatosamente una contra otra sus propias extremidades, aunque la poca valentía de la que era dueña en ese único momento le evitó un dolor adicional e innecesario.

Pero cuando su columna vertebral estrelló de lleno contra la puerta de su departamento y las plantas de los pies ardían como si hubiera participado en un jodido maratón, el chip hizo conexión, y la realidad la noqueó de forma estrepitosa.

Se deslizó lentamente hasta llegar al suelo, abrazando acto seguido sus piernas contra el pecho, contra el suéter lleno de sangre, sin importarle ya si se encontraba aún en el estúpido callejón o en la calidez sofocante de su hogar.

En buen momento a su mente llegaban los recuerdos de la menor en el apogeo de la destrucción.

-o-

Comenzó por las vitrinas de aquellas oficinas, lanzado piedras y entrando tiempo después a desmantelar todo. Desbaratando cosas por aquí y por allá, su ira descomunal ni siquiera le daba oportunidad alguna a la decoración de las paredes de salvarse.

El primer impacto le tomó por sorpresa, agachándose por reflejo para cubrirse de los restos del vidrio quebrado. Y claro que las alarmas de seguridad se habían disparado con aquel evento, pero eso no parecía importarle ni un poco a Chaeyoung.

¿Vienes Conmigo? (MiChaeng + Momo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora