¿Vienes Conmigo? (MiChaeng + Momo)

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— ¿Y cómo te llamas?

—Mina, Myoui Mina, pero puedes decirme sólo Mina.

—Minaring~—Canturreó alegre, haciéndola reír.

—¿Me dirás tu nombre?

—Quizás.

— ¿Quizás?

—Si aceptas salir conmigo en una cita quizás no sólo te diga mi nombre...

Terminó aceptando, excusando la extrema curiosidad que la desconocida le causó con simple "cortesía".

Bueno, su cortesía indicaba que realmente quería averiguar más sobre aquella chica.

¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿Alguna manía en especial? ¿Ella también tendrá momentos en los que se siente completamente sola?

Cuando se dio cuenta, una cita fue convirtiéndose en dos, o talvez más de tres.

Si, la dejó entrar por completo en su vida.

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—Apuesto a que aún no sabes con exactitud porque te he llamado simple.—Un murmullo cayendo en su oreja con toda la intención de provocar.

Cuatro meses el tiempo exacto que llevaban saliendo juntas y lo que le había tomado a la menor descubrir y explotar sus debilidades.

Sí, era menor, pero ¿Qué más daba? En ocasiones terminaba haciéndole pensar que la niña era ella y no la persona con la que tenía el placer de compartir las sábanas de su cama.

—Mhh...la verdad es que nunca podré comprenderte...—suavemente y con los ojos aún cerrados, había contestado a su pregunta.

—Eso es porque a diferencia de tú, soy horrendamente complicada. —Ni siquiera notó cuando su acompañante se había sentado a horcajadas sobre su cadera.

—Sigo sin entender el porqué, Young...—Al escuchar el sobrenombre alzó una ceja, y con media sonrisa dibujada en su rostro paró todo lo que estaba haciendo, en señal de estar buscando una explicación.

— ¿Cómo me has dicho?

—Young—soltó, admirando parte de sus facciones.—Joven, en inglés. Va bien contigo.

—Es que nadie nunca me ha llamado así antes. —A ella parecía entretenerle la situación.

—Lo sé, y me alegra.—Sus dedos jugaban con los mechones de cabello sueltos de la menor cayendo por su rostro. Sentía ser observada fijamente.

— ¿Te alegra? —Acercó con lentitud su rostro al cuello de la chica bajo su cuerpo, respirando el dulce aroma, causándole con ello espasmos involuntarios y deliciosos.

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—Me hace sentir especial.

............

— ¿Sabes por qué eres simple, Myoui? —Una pregunta, previo a desatar el caos.

—Dime tú, Young...— En apariencia esperaba su respuesta pacientemente, desbaratando su propia seguridad apenas y la punta de su lengua hizo aparición y camino a través de sus labios.

Delató su nerviosismo, y Young ahora estaba más entretenida que antes.

—Porque haces tan simple quererte. Porque es tan simple caer ante ti, enloquecer...Porque tú no estás vacía. Me siento como se supone debería sentirse estar en un hogar.

Tú eres mi hogar, Mina.

..........

Segundos pasaron después de eso...

¿O quizá fueron minutos?

Era fácil perder la noción del tiempo cuando se envolvían de esa manera.

Cuando hacían el amor como si su mundo fuera a derrumbarse inmediatamente después de alcanzar el éxtasis.

Como si la felicidad fuera efímera.

Y la vida desearía después de ello, escupirle en la cara.

Más bien como si fuera Young quien deseara arruinarle la poca felicidad que, irónicamente, ella misma le había brindado.