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Algo iba mal cuando, por primera vez en su vida y sin dificultad alguna, probó un cigarrillo por voluntad propia.

Más aun cuando detestaba que Young se fumara dos cada día, acompañada de una taza de café o una cerveza.

Algo iba mal cuando su reloj marcaba las 8:30 de la noche, y no había señales de la menor por ningún lado.

Mas aun cuando no recibía ni un mensaje, ni una llamada suya, notando que la chica había tenido la maravillosa idea de apagar el móvil por quien sabe qué razón, motivo o circunstancia.

Algo iba mal desde esa mañana, cuando sintió como se le apretaba el corazón cuando su chica, su "joven" le daba una de esas medias sonrisas tan características en su persona.

Más aun cuando sintió por alguna extraña razón "diferente" a ocasiones anteriores en las que había observado dicho gesto.

Algo iba mal cuando tuvo que dormir sola en aquella cama lo suficientemente grande para que Young y Roco (el pequeño Jack Russel que habían rescatado juntas) se acomodaran en los días de lluvia buscando el calor de la dueña de casa.

Más aún cuando Young rara vez dormía en casa de sus amigas.

Algo iba mal cuando Mina cuestionó a la menor sobre sus familiares, recibiendo una mirada sepulcral y un silencio como respuesta.

Más aun cuando Young pocas veces se irritaba.

Algo iba mal cuando escuchó el sonido sordo de un objeto caer, destrozándose apenas en su contacto con el piso de la sala.

Más aun cuando salió alarmada de su habitación y encontró una sombra arrastrando sus pasos sosteniendo una botella de alcohol en su mano derecha.

Esa sombra se parecía a Young, porque Mina a duras penas podía reconocerla en ese estado, dudando de si la chica en su sala era la misma chica que le hacía cariño para dormir ciertas noches, mientras otras, dormir era lo que menos les importaba.

— ¿Y....Young? —La mencionada no contestó a su llamado. En su lugar, se dejó caer sin cuidado sobre el sofá más grande de la estancia.

— ¿Po-Por qué, Minari? —La mayor había dado dos pasos al escuchar su nombre siendo evocado con dificultad por esos labios que tanto le gustaban.

—¿Por qué que, Young? —En ese estado, la chica le provocaba cierto recelo. No sólo era una borrachera cualquiera. Era una para encubrir la tristeza que se le estaba escapando por los poros y en forma de lágrimas.

—E-Eres tan...—La menor aspiraba grandes bocanadas de aire, debido al llanto que se hacía poco a poco, más profundo.

Más desesperante.

—Calma, Young...ven conmigo —hizo el intento por tomar a la menor de los brazos para ponerla de pie y llevarla hasta la habitación, encontrando únicamente férrea resistencia.

—Mi-Minari—Los sollozos y su estado de ebriedad le impedían hablar correctamente. Abrazó con fuerza a la mayor y la tumbó junto a ella.  Requería cercanía.

— ¿Por qué estas así, Young? —cuestionó Mina.

— ¿Me amas, Mina? —La menor cambió el tema radicalmente con esa pregunta.

—Si Chaeyoung, te amo. —acarició con cuidado los pómulos de la chica que se hallaba recostada debajo suyo, intentando limpiar los rastros de su dolor con calma.

¿Vienes Conmigo? (MiChaeng + Momo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora