El Encuentro (parte 4/Colors)

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Al siguiente día no podía olvidar las palabras de Gonzalo, hablarle no sería una pérdida de tiempo más bien un acontecimiento más en la vida para bien o para mal.

De una maldita casualidad esa mañana me levante con una fiebre y una congestión nasal de los mil carajos, pero que podría salir mal(todo o un 99.9%) Tome el autobús y me senté esta vez en los últimos asientos, no estaba tan lleno, lo cual era malo porque con mucha más razón ella se iba a sentar en cualquier lugar menos a mi lado; cuando se subió busqué la forma de que me prestara la suficiente atención como para que se sentara a mi lado.

Llegó el momento, con miedo de estornudar y estropear todo, la miré fijamente, ella me miro, le sonreí (estoy seguro que parecía un idiota con parálisis facial) y ella, SI, me sonrió, se acercó y me preguntó:

- ¿Puedo sentarme acá?- Con curiosidad.

-Claro que sí- dije como si fuera la mejor frase que me podría haber salido de la boca(torpe)

-Como estás- preguntó -Hace unos días que te veo a esta hora, estamos en la misma universidad-.

"OH POR MI MADRE" Grité por dentro, me di cuenta en ese momento que su mirada nunca estuvo perdida, sino más bien observando y alerta.

-Si, yo te he visto algunas veces, por cierto, mucho gusto mi nombre es Federico- Este era el momento que estaba esperando durante estos meses.

Mucho gusto Federico, mi nombre es Helena (silencio incómodo) lo sé es el peor nombre que hayás escuchado- Les juro que a pesar de que ya había escuchado ese nombre mi cara lo decía todo, pero decidí disimular.

-No para nada me parece muy bonito, ¿tiene algún significado? - pregunté porque en realidad quería escucharla hablar aún más.

-Si, mi padre escogió mi nombre, que en realidad es de una mujer de la mitología griega que era muy hermosa- dijo un poco orgullosa – Aunque la parte desagradable es que con su belleza desató una guerra, creo que solo a mi papá le pareció adecuado el nombre- riéndose con vergüenza.

Quedé en silencio un momento mientras me miraba preparada para lo peor.

-Creo que es una historia bastante curiosa- dije por amabilidad -Espero que no hayas desatado una guerra aun- fui lo más sarcástico que podía ser.

No era una mentira eso que dicen, que te amarrás a lo que confesas, aunque tengás la posibilidad de cambiar tu destino, es probable que todo vaya hacia otro rumbo, ella no era un espejismo de su nombre, ya sentía de por si en sus ojos, esos cuchillos que perforan la piel y los huesos.

Aunque pasé todo eso por alto, y le permití ser parte de mi circulo tan pequeño de personas, el resto de días nos vimos y hablábamos, resultó ser que ella estudiaba Arte Visual, pintura y esas cosas abstractas que llaman "Joyas del Arte" algunos días me mostraba dibujos y pinturas que ella misma había hecho, me pareció que calzaba entre lo dramático y lo hermoso de la vida con un poco de dolor impregnado.

Entre las cosas que me contaba, me pareció escuchar que nunca ha vivido por más de 3 o 4 años en un mismo lugar y que al final decidió venir con su hermana a la ciudad para poder estudiar, no hablaba mucho de su pasado, solo sabía, en palabras de ella que "no había amado a nadie como debía hacerlo porque sabía que en algún momento se iba a marchar".

- ¿Eso causo inseguridad en vos? Digo, por el hecho de que no tenías muchos amigos y ella apenas llegaba y se podía ir una mañana- Dijo el doctor Corrales.

-Si, pero de alguna manera no me importaba, porque debido a eso ella fue una aguja en un pajar en mi vida, la vida se encargó en ponerla acá y por primera vez quería que alguien me escuchara hablar-.

Epifanía(Encuentro, arraigo, confusión y dolor)Where stories live. Discover now