Arraigo (parte 2/Desire)

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Caminamos un poco hacía un parque local, muy cerca de la universidad, cuando nos sentamos, se estaba poniendo un poco oscuro y ya comenzaba a hacer frío, yo no sabía que decir ya que por lo general ella comenzaba con alguna conversación que ameritara sacar todo de su interior, cosa que yo tomaba con total atención.

-Nunca he tenido que expresar mis sentimientos frente a un desconocido, pero vos me llenás de confianza, nunca abracé a nadie como te abracé a vos y déjame decirte que he sido indiferente cuando se trata demostrar cuanto siento- miraba hacia el cielo mientras me lo decía -No he conocido en tantos años a alguien que a pesar de mis arrebatos emocionales y mi odio hacia el afecto se haya interesado tanto en mí, todos huían y me dejaban con el corazón en las manos, cuando te vi por primera vez en el autobús no entendí lo que ibas a significar para mí, al igual que yo estas en un lugar nuevo e igual que yo arrastro mi pasado en los hombros-.

-Wow- mi expresión lo decía todo -Tengo que confesarte que jamás nadie me hizo sentir en tan poco tiempo tantas cosas y de verdad quería conocerte eso me dio el impulso para seguir escuchándote hablar, no quiero que sigás teniendo miedo de que alguien te ame-. Fui lo mas sincero que podría ser, porque sabía que si este no era el momento jamás lo sería.

-Ese besó- me dijo -Significo un comienzo en mí, y para ser sincera quiero que seas parte de ese comienzo-.

-¿Quieres de verdad que sea parte?-

-Si, pero quiero advertirte que si un día no estoy es porque no quiero hacerte daño-.

Ya a ese punto estábamos muy cerca uno del otro.

-No quiero pensar en que te vas a ir, quiero pensar esto va a ser la mejor experiencia de nuestras vidas-.

Una vez más, un beso fue como el trato cerrado, un vinculo que comenzó con ceder el espacio en el autobús, nunca había vivido un momento tan poético ni había sido tan emocional en mi vida, creo que eso marcó mi existencia.

Esa noche la dejé en la puerta de su apartamento intentado no irme de ahí, me sentía como un niño enamorado, deseando seguirla viendo y haciendo cualquier jugarreta para que se quedará, creo que pasaron las horas muy largas hasta que a las doce media noche decidí irme, otra vez esa mirada de tristeza invadía su rostro, pero esta vez era porque yo me marchaba.

¡Un mes! Un mes fue suficiente para que pasara lo que jamás iba a pensar que ocurriría, así de golpe la vida cambió no sabía si para bien o para mal.

-Me parece que si estas acá, no es por culpa de Helena, ella ya estaba desatando la guerra en tu interior, ella te advirtió todo lo que podía pasar, la culpa la tiene tu nublada visión, el amor que sentías-. Dijo el doctor Corrales mientras cerraba las ventanas del consultorio.

-Claro que me advirtió, pero no sé qué decir que tendría en la cabeza en ese momento-.

-Fue tu momento para esconder el dolor, ya no darle cabida a los malos pensamientos, todo eso se acumuló o al menos ella te lo transmitió, eso se ve en tus ojos-.

Epifanía(Encuentro, arraigo, confusión y dolor)Where stories live. Discover now