Reina II

294 28 3
                                    


Toda una semana realizando chequeos para su esposa. El medico real era el único que aparte de él había tocado ese vientre, aunque igualmente le celaba que este tuviera tanto contacto con su mujer, si Changmin no se encontraba él debía tomar los celos, ¿No?

Los métodos eran extraños, pero era la única forma de saber cómo se encontraba su mujer. Lo primero que hicieron fue verificar que su hijo estaba bien, por otra parte el medico verifico que estuviera realmente embarazada, lo cual le causo gracia y molestia. Gracia porque era bastante obvio que con ese vientre no podía fingir nada, mucho menos brujería y molestia, porque había hecho a su mujer pasar la peor noche de por sus malditos métodos. Hacer ingerir una pócima constituida por una parte de miel y diez de agua antes de ir a dormir. En las embarazadas les produciría cólicos mientras que en las no gestantes les proporcionaría un agradable descanso. Aun así no dejo a Sunghee sola la acompaño durante toda la noche. Otro método fue el sentir los latidos del bebe en el vientre de esta, aunque para esas alturas había pedido la ayuda de una criada, estaba harto del dolor que podía sentir su mujer.

En efecto, su hijo se encontraba perfectamente bien. El medico al igual que su esposa realizo cálculos según las palabras que hablaba Sunghee, no dio fecha exacta pero si estaba en lo correcto el mes el que Sunghee se embarazo era el mismo en el cual ocurrió el matrimonio.

La noticia comenzó a esparcirse por el reino, los reyes esperaban un hijo "del amor" tal y como todos esperaban, finalmente tendrían un heredero asegurando el linaje de los Kim. Las fiestas comenzaban, las apuestas también, ¿Seria hombre o mujer? Y las brujas se hacían más presentes que nunca, en protección como amenaza, deseando tanta fortuna como maldiciones a su futuro hijo. Entre las creencias solo quedaba proteger a Sunghee como las brujas blancas lo ordenaban, con objetos ojos y uno que otro amuleto creado para ella.

—¿Te sientes mejor? —Pregunto JaeJoong acercándose a su mujer quien se encontraba recostada en la cama.

—Si, solo quería comer unas fresas. — Dijo su mujer mientras se acomodaba de nueva cuenta en la cama. — Es incomodo sin tener el corset... —Se quejó.

—Cada día será peor . —Dijo en una leve risa. — Deberías acostumbrarte un poco, aún falta que crezca ese vientre

—Hm.. Lo se . —Apretó sus labios. — Changmin no lograra verme así...—Soltó un suspiro. — Seguro vuelven cuando él bebe nazca.

—¿Quieres verlo?

Ella asintió.

—¿Vamos?

Sunghee inmediatamente rio creyendo que se trataba de una broma, de hecho en un principio si lo era, nada más una broma, un mal chiste, pero si lo pensaba mejor, no era tan mala idea. Arriesgada, pero no imposible.

—No, hablo en serio. —Dijo acercándose a su mujer. —Puedo salir de aquí siendo Hero. Te pondremos una capucha y saldrás conmigo, podemos verlos y venir antes del anochecer.

—¿Estás loco? ¿Qué tal si están en plena batalla?

—Si es así, daríamos media vuelta y volveríamos. Además, puedo protegerte.

—Eish.. ¿Por qué tienes ideas como estas? Quiero ir, pero es peligroso. —Dejo a su lado la fuente con las fresas. — Estamos esperando un hijo, no podemos correr riesgos...

—No estamos corriendo un gran riesgo. ¿No confías en mí?

—Confió en ti, pero, ¿No es una locura?

—¿No quieres contarle la noticia a Changmin?

—JaeJoong, es tu hijo. —Volvió a recalcar.

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora