Just a tiny bit

2.2K 49 0
                                    

—¡Llamaré al 911! —gritó, su voz cargada de desesperación. Pero esas palabras se desvanecieron rápidamente en el torbellino de ruido que invadía mi cabeza. El sonido aumentaba, retumbando cada vez más fuerte, y todo a mi alrededor se distorsionaba, como si el mundo entero estuviera desmoronándose.

Y justo antes de que pudiera asimilar lo que sucedía, la oscuridad me envolvió por completo. Todo desapareció, llevándome lejos de ese lugar, de su rostro preocupado, de las voces que se desvanecían. Ya no había nada. Solo el vacío.

..

—¿Qué está haciendo aquí? —se escuchó la voz de mi padre desde afuera de la habitación, cargada de tensión.

¿Qué diablos está pasando? pensé, mi mente aún confusa y nublada. Intenté levantarme, pero al intentar incorporarme, mi cuerpo me falló de nuevo. Me desplomé de regreso sobre la cama, y el dolor en mi cabeza me hizo arrugar el rostro. Afortunadamente, el sonido que me había estado atormentando había desaparecido.

—Jason, te advertimos de no volver a hablar con ______ —la voz de mi madre resonaba preocupada, pero también un tanto tímida, como si estuviera caminando sobre cáscaras de huevo al dirigirse a él.

¿Qué está pasando? Era la única pregunta que rondaba en mi mente, una y otra vez.

—Sí, señor y señora Vegas, no fue intencional. Además, ya me voy. —La voz de Jason se oía frustrada, pero con una calma tensa, como si no tuviera otra opción que marcharse. A pesar de todo, se podía percibir la rabia contenida en su tono.

Me imaginé a mi padre observándolo, notando sus tatuajes, exactamente como la primera vez que lo conoció. La mirada de desaprobación de siempre, la que siempre me había hecho sentir incómoda al estar cerca de él. Era como si Jason no tuviera permitido estar cerca de mí, y ahora parecía que las cosas estaban más complicadas que nunca.

—J... —intenté decir, mi voz sonando débil y rasposa, como si cada palabra costara más que la anterior. No podía moverme mucho, porque temía que, si lo hacía, el sonido insoportable regresaría, apoderándose de mi mente una vez más.

En un parpadeo, Jason estaba en la habitación, avanzando hacia mí rápidamente, como si hubiera sentido mi llamada sin pensarlo dos veces. Sin dudarlo, extendí mi mano, deseando que la tomara, que estuviera cerca, que pudiera aliviar, aunque fuera por un momento, la pesadez que me oprimía el pecho.

-—______ —su rostro parecía cambiar de un segundo a otro. Era como si verme allí, vulnerable, hiciera que sus emociones fluctuarán, como si mi presencia fuera la causa de su agitación interna. Se acercó a mi cama, extendiendo su mano hacia la mía, pero antes de que pudiera tocarme, mi padre lo detuvo con un firme "No".

—Es hora de que te vayas, Jason —dijo mi padre con un tono que cortaba el aire, frío y definitivo. Era el mismo tono que siempre usaba cuando quería que alguien se marchara sin objeciones, el tono que hacía que incluso los más valientes se sintieran pequeños.

Miré a mi madre con una súplica en los ojos, esperando que pudiera intervenir, que al menos me dejara estar cerca de Jason un poco más, pero ella no hizo nada. Su mirada estaba fija en el suelo, evitando completamente mi mirada. Estaba claramente aterrada de lo que podría pasar si no hacía caso a las órdenes de mi padre. El miedo a su reacción la paralizaba, y eso me destrozaba por dentro.

-—No la dejaré sola esta vez, señor Vegas —dijo Jason, su voz llena de determinación. Sin vacilar, comenzó a caminar hacia mi cama, pero mi padre se interpuso en su camino, bloqueando su paso con una firmeza que dejaba claro que no estaba dispuesto a ceder.

—Te dije que te largaras, Jason —dijo mi padre con tono severo, señalando la puerta con una mano, como si el gesto pudiera expulsarlo de la habitación. —Es la última vez que hablo contigo. Si no te vas ahora, llamaré a la policía. Ya bastante le has hecho a mi hija como para venir a pedir perdón.

Find meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora