"No vales la pena." Las palabras seguían retumbando en mi cabeza, como un eco doloroso. ¿En serio? ¿Quién se creía ese tipo?
Dos semanas habían pasado desde aquel incidente, pero la marca de sus palabras aún me quemaba. Harry, como descubrí que se llamaba, parecía evitarme a toda costa. Sin embargo, las miradas que me lanzaba, frías y llenas de confusión, no desaparecieron. ¿Qué demonios quería este chico de mí?
<<¿Por qué piensas en ese idiota?>> La voz en mi cabeza se burló, como si me estuviera regañando por darle más importancia de la que merecía.
A pesar de todo, no podía dejar de pensar en él. ¿Por qué había dicho eso? ¿Por qué me miraba con esos ojos cargados de preguntas, como si me viera como un rompecabezas que no podía resolver?
Me encontraba caminando por el parque, como siempre, sola. Es bueno no tener amigos y estar siempre sola, ¿verdad? Nótese mi sarcasmo.
Decidí sentarme en uno de los bancos, esos que están al fondo, detrás de los juegos infantiles. Este parque me trae recuerdos, recuerdos de cuando mis padres me traían aquí a jugar, a reír, a disfrutar juntos... antes de que todo se fuera al carajo.
Y ahí estaba, en el mismo banco donde solía pasar horas, pensando en lo que solía ser mi vida. De repente, una sombra cruzó mi mente. Tae. Mi mejor amigo. O como solía llamarlo, V.
¿Qué digo? Mi ex mejor amigo. Buenos tiempos, ¿verdad?
Seguro que se están preguntando qué pasó con V...
<<Y aquí vamos de nuevo con el mismo cuento de este idiota>> —la voz en mi cabeza interrumpió, como siempre, con su tono implacable.
Mis padres y los de V siempre fueron tan cercanos, como lo éramos nosotros dos. Crecimos juntos, jugando, riendo, compartiendo secretos. Incluso fue él quien me introdujo a mi primera bebida alcohólica, con su sonrisa traviesa y su mirada cómplice.
Era alto, guapo, y le encantaba que le tiñera el pelo de diferentes colores. Siempre había algo en él que destacaba, una chispa que atraía a todos. Era sincero, directo, y lo mejor de todo: era mi mejor amigo.
Las chicas del colegio solían enojarse cada vez que nos veían juntos, y mucho más cuando notaban que él me defendía de todo el mundo, sin pensarlo dos veces. Era como si él pudiera ver a través de mi fachada, entenderme de una forma que nadie más podía. Me ayudaba con mis problemas, con la sensación de soledad que me devoraba, con la desesperación de querer sentir la navaja acercarse a mi piel.
Podría decirse que él sabía cómo hacerme sentir que las cosas iban a estar bien, aunque en el fondo sabía que nada realmente lo estaba.
Pero, como todo en la vida, los amigos llegan a un final, ¿no?
Los padres de V empezaron a tener problemas financieros, lo que los obligó a regresar a Corea por un tiempo indefinido. Él me prometió que seguiría escribiéndome, que me llamaría, incluso me aseguró que regresaría. Me dijo que nunca me olvidaría, que siempre estaría conmigo, a pesar de la distancia que los separaba.
No es que dejáramos de hablar, al principio, pero con el tiempo, a medida que él seguía con su vida, algo cambió. Se olvidó de su mejor amiga.
Consiguió una novia. Y, aunque no quería admitirlo, estuve celosa por un tiempo. Las llamadas dejaron de llegar, los mensajes se volvieron más distantes. Ya no hablábamos como antes, ni compartíamos esos pequeños momentos que solían significar tanto. Ella se volvió su prioridad, y yo me convertí en una sombra de su pasado.
Se olvidó de todo lo que compartimos, de la amistad que una vez fue tan fuerte que nada ni nadie podría quebrantar. Yo traté de mantenernos en contacto, pero eventualmente me rendí. Dejé de escribirle, dejé de esperar su llamada. Y, al final, nunca más volví a comunicarme con él.
Y hoy, a la luz de todo lo que pasó, V es un completo desconocido para mí.
A medida que los recuerdos de V se apoderaban de mi mente, una lágrima se deslizaba por mi mejilla. Pero rápidamente la sequé, como si estuviera tratando de borrar todo lo que sentía. No podía permitirme ser vulnerable aquí, no ahora. Fue entonces cuando una presencia se acercó, sentándose cerca de mí.
Miré hacia mi izquierda, pero no pude ver su rostro claramente. Vi un cuaderno de dibujo en sus manos y un solo audífono colgando de su oreja.
—¿No te das cuenta de que hay más asientos? —dije, con un tono de molestia que trataba de ocultar, pero él no giró la cabeza. Su expresión seguía igual, imperturbable, como si ni siquiera le importara lo que yo dijera.
—¡Oye! Estoy hablando contigo! —mi voz se rompió, pero antes de que pudiera seguir, me congelé. Vi quién estaba a mi lado, y de alguna extraña manera, sentí como si lo conociera, como si su presencia me resultara de alguna forma familiar.
—¿No ves que me quiero sentar aquí? —reprochó, sus ojos directos a los míos, con una intensidad que hizo que mi corazón latiera más rápido.
En ese momento, un sonido empezó a invadir mi cabeza, un zumbido molesto que me hizo sentir como si me fuera a explotar el cerebro. Me tapé los oídos, tratando de calmarlo, pero fue en vano. El sonido solo aumentaba, y en un parpadeo, noté que mi nariz comenzaba a sangrar.
FLASHBACK
—¿Por qué nunca me haces caso, ______? —dijo con una cara tan tierna que, por un momento, casi me hace dudar. Pero ya tenía la mirada fija en el motor de mi motocicleta favorita, lista para arrancar.
—Lo siento, J, pero esta es mi pasión —le respondí, despeinando su cabello en un intento de quitarle la seriedad del rostro.
—______, tus padres te van a matar —dijo, con una expresión decidida y preocupación en sus ojos. —Detente, no hagas esto, es por tu bien.
Negué con la cabeza, claramente decidida, sin mostrar ninguna duda. Él solo bajó la mirada, frustrado, como si no pudiera entender por qué me aferraba tanto a algo que sabía que iba a preocuparlo.
—No me odies. Solo hago esto porque soy tu amigo —dijo Jason, con una mirada decidida. Y antes de que pudiera reaccionar, me tiró de la moto, se subió y arrancó con ella a toda velocidad.
—¡MALDITO! ¿Qué crees que estás haciendo? —grité, viendo cómo se alejaba rápidamente de mi vista, el sonido de la moto retumbando en mis oídos.
—La guardaré en un sitio seguro, ______, no te preocupes. ¡Es por tu bien! Y deja de juntarte con... —no pude escuchar el resto de su frase. La moto de Jason ya había doblado la esquina, llevándose sus palabras y mi paciencia con ella.
A pesar de todo, sabía que J solo quería protegerme. Era sobreprotector, sí, pero también era el mejor en lo que hacía. Montar motocicletas. Él era mi inspiración, mi ejemplo, el único que entendía esa pasión que me quemaba por dentro. Aunque a veces, eso solo hacía las cosas más complicadas.
FIN DE FLASHBACK
—J... Jason —murmuré, mirando su rostro. Estaba lleno de preocupación, pero sus palabras no llegaban a mis oídos. El sonido que retumbaba en mi cabeza me desorientaba, borrando todo lo demás.
—______, —dijo, y su expresión cambió de inmediato al ver que mis piernas no respondían. Estaba a punto de caer.
—¡Llamaré al 911! —su voz sonó urgente, desesperada, pero no pude asimilar nada más. El sonido en mi cabeza aumentaba, y sentí como si todo a mi alrededor se desvaneciera.
Y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, la oscuridad me envolvió por completo, llevándome lejos de todo.
~ Mis amores se que está corto pero es solo para mostrarles que si volveré con esta historia!! ~ las quiero un montón!! Espero les guste! Dejen su opinión en los comentarios❤️❤️❤️ ( y si, van a entrar muchos personajes nuevos🙄❤️)
![](https://img.wattpad.com/cover/22293666-288-k952186.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Find me
FanfictionNarra _____ -Un auto que se dirigía por rutas 157 en la ciudad de Florida, según fuentes policiales, cuando quiso ingresar a una estación de servicio y choco dos Motocicletas. Producto del choque, los 2 ocupantes de las motos sufrieron heridas, dos...