Capítulo 14. Guerra de hermanas.

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Capítulo 14. Guerra de hermanas.

James no tuvo razón con respecto a que Albus volvería a ignorar a Narcissa Malfoy, las cosas no volvieron a ser como antes. Meredith ardía en sus celos, si bien el chico seguía hablándole y sonriéndole como tanto le gustaba, hacía lo mismo con Narcissa. Nunca antes había sentido tanta rabia por ver a Albus con otra chica. Antes se enfada y entristecía, pero ahora la cosa cambiaba, la chica era Narcissa Malfoy; y Narcissa Malfoy era una maldita con ella.

Podría decirse que volvió a su vida normal salvo por eso (y el trío de semidioses tras Mar cada maldito segundo) Rose y ella iban a la biblioteca en los tiempos libres para ponerse al día, Lily se les unía diciendo que dormiría en una silla pero al final terminaba estudiando junto a su amiga. Seguían intentando meter comida al lugar, y de la misma forma la bibliotecaria seguía descubriéndolas y arrebatándoles sus mini panqueques.

Percy, Annabeth y Troy habían sido el furor del chisme en Hogwarts los primeros tiempos. Luego dejaron de inventar historias sobre ellos y de acosar a Meredith dado que Lily les gritó y amenazó para que "dejaran de joder". Hacían su trabajo con tranquilidad, luego de que una arpía casi dejara hecha papilla a Meredith mientras jugaba fuera, dejó que la acompañaran casi siempre. Solía ponerse detrás de Troy cuando estaban afuera, él era el más grande y con cierto egoísmo pensaba en usarlo como muro de protección, aunque luego se sentía mal por ello y le invitaba su comida.

Todos notaban eso, el hecho de que en el almuerzo o la cena Meredith deposite algún postre, o alguna fruta, en el plato del mayor. Con las mejillas rojas le murmuraba un "lamento usarte como escudo" y él simplemente reía aceptando toda la comida. Al menos podían hablar sobre eso luego, del hecho que ambos amaban la comida deliciosa de Hogwarts.

Esas imágenes del par riendo y charlando no era muy del agrado de algunos. James refunfuñaba diciendo que lo olvidaron, Fred lanzaba miradas enojadas intentando que Troy lo note, Percy hacía lo posible para mostrar su disconformidad sin que Annabeth lo reprenda. Albus... Albus no era feliz desde la mesa de las serpientes, tal vez por eso seguía cenando con Narcissa, tal vez por eso ignoraba que ella sepa todo en pociones y aún así le daba clases extra. Tal vez por eso ignoraba las verdaderas intenciones de la Malfoy.

Meredith podía estar en su mejor momento con los exámenes y el hecho de no haber reprobado algo aún, también estar ardiendo en sus celos, pero Meredith Greengrass no podía dejar de ser ella misma. No podía dejar su ingenuidad y estupidez al creerle a Peeves y tomar una olla hirviendo con deseos de comer sopa.

Si bien Madame Pomfrey había extrañado las visitas de la pequeña hiperactiva, no esperaba que apareciera dramatizando en brazos de Percy con las manos quemadas. Debía ser sincera, esperaba que la niña en algún momento hiciera uso de su sentido común.

— ¿Por qué vas y le crees a ese diablillo, pequeña? —se queja mientras termina de vendarle las manos, Meredith le observa con sus enormes ojos de cachorrito—. Oh, él siempre tiene malas intenciones.

—Creí que comencé a agradarle —dice con cierto bochorno—. No noté que la olla había estado en el fuego...

— ¿No escuchaste a todos los pequeños cocineros que gritaban para que te alejes? —susurra Percy, Annabeth le da un codazo.

—Son elfos, sesos de alga —corrige a su novio.

La enfermera acaba al fin y Meredith suelta un suspiro de alivio, no le había dado medicina asquerosa. Y aunque sentía que el ungüento comenzaba a hacer efecto en sus manos, no era algo que no pudiera soportar.

—Iré a preparar tu poción, estate quieta, jovencita —advierte antes de irse.

—Oh Merlín, no —dice sin aliento y patalea molesta porque no era capaz de bajar de la camilla, estaba muy al medio y no podía apoyarse en sus manos—. Debo escapar

Semidiosa y Bruja (S&B1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora