Capítulo 30. Todo... ¿una mentira?

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N/a: Aquí tenemos el inicio de algo importante, y seguro si eres de las viejas lectoras te emocionarás. Pero te pido por favor evitar los spoilers en los comentarios, ¿recuerdas lo que sentiste aquella vez que descubriste la verdad a la par de Meredith? Deja que ellas vivan eso también. Gracias.

Capítulo 30. Todo... ¿una mentira?

Escuchó los gritos, pero no eran gritos de terror, eran gritos de júbilo. Incluso ella gritaba y reía a la vez. Meredith no estaba segura de la razón, pero había cerrado los ojos para dormir y segundos después esos gritos comenzaron. Ahora se le sumaba el viento en su rostro.

Y la imagen al fin se hizo presente, sólo podía ver el azul envolverla. Sus brazos extendidos a los costados mientras caía, nada la sujetaba, el impacto contra lo que parecía el mar era inminente. Pero Meredith no sentía miedo, estaba muy confiada e incluso divertida.

— ¡Niños! —alguien más se sumó a los gritos, pero parecía molesto.

Giró para mirar hacia atrás, el cielo  apenas un tono más claro que el mar. Un cuerpo caía en picada hacia ellos, Meredith apenas entonces notó que no estaba sola. Ahora sentía que le tomaban las manos, desde ambos lados.

Primero volteó a la izquierda, encontrándose con un chico de ojos azul eléctrico le sonreía.

— ¡Tranquila! —le dijo—. ¡No nos atrapará!

— ¡Aún! —exclamó la otra persona, una niña.

Estaba girándose para mirarla cuando todo se tornó oscuro. Ellos soltaron sus manos, Meredith siguió cayendo y ahora sentía pánico. Su garganta se desgarraba con los alaridos que soltaba, rogaba ayuda y nadie aparecía. Estaba sola, asustada y al parecer a merced de algo que no era enteramente bueno.

Impactó contra el suelo, la dejó mareada y con la sensación de que su cráneo se había partido en dos. Escuchó un leve crujido.

Una presión en su pecho, como si se le subiesen encima. Con la boca abierta intentando buscar aire Meredith volvió a mirar hacia arriba, a un par de ojos rojos que la observaban. Algo le goteó en la cara, tembló por completo, el ambiente olía como a sangre.

Y aquella cosa se le acercó al oído para susurrarle algo.

—Pronto voy a salir... Ni ella ni tú podrán detenerlo —un susurro lleno de malicia que le puso los pelos de punta—. Dulces sueños.

Una garra afilada le recorrió el cuello, los globos oculares de Meredith estaban por explotar. Necesitaba aire a toda costa, no podía moverse y el sentimiento de ahogamiento sólo empeoraba la situación.

Escuchó un golpe, algo cayó a su lado y luego pudo respirar al fin. Apenas comenzaba a recomponerse cuando le tiraron del brazo para levantarla. La obligaron a correr, siguió a la persona que la llevaba a tropezones. Quería decirle que se detuviera, pero ya no podía hablar.

Justo antes de que la empujaran esa persona habló.

—Despierta —le dijo, jadeando—. Y no vuelvas aquí.

Cayó en el agua, era helada, eso causó que despertara de golpe. Apenas podía respirar, era la mitad de la noche.

Eso era lo que sucedía cada vez que Meredith se dormía, apenas lograba descansar un par de horas antes de que la pesadilla iniciara. Al principio parecían recuerdos de ella y otro par de niños, luego se tornaba oscuro y la misma voz tenebrosa le decía "Ya viene, ya llega. No vas a detenerme" y luego la persona que la salvaba para después despertarla.

Por ello Meredith ya no dormía, últimamente se dedicaba a ser la Edward Cullen de Leo y Piper. Se sentaba para mirarlos fijo. Su mente la mayor parte del tiempo estaba en blanco, o dándole vueltas a sus pesadillas. Comenzó a creer que tal vez en esa parte de su vida que "borraron" ella tenía una especie de monstruo que la odiaba, o algo así, y ahora se aparecía en sus sueños.

Semidiosa y Bruja (S&B1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora