Capítulo 38. En mi contra.
Cuando Meredith llegó a la recepción del edificio no estaba preparada para lo que se encontraba allí; no solo su madre había ido a buscarla, sino también los Malfoy. Luego de examinarlos a lo lejos, pudo divisar que la piel de Narcissa se encontraba enrojecida, muy posiblemente se había quemado con el sol al ser tan pálida. Debía admitirlo, esperaba que aquello le provocara mucho escozor.
¿Era realmente Mar quien le estaba deseando el mal a otra persona? No sonaba tan propio de ella.
Le restó importancia y avanzó hacia ellos, sintiéndose cada vez más cansada ante cada paso que daba. Entonces sus ojos verde mar se encontraron con los verde hoja de su madre, y un calor inundó su pecho. No pudo controlar la sonrisa que se apoderó de sus labios unos segundos después.
—¡Mamá! —gritó alzando los brazos.
La mujer no tardó en llegar junto a ella, aprisionándola contra su pecho. Se fundieron en un ansiado abrazo que afectó más de lo normal a la más joven. Andrómeda, en el interior de la mente de su hermana, también era capaz de percibir la calidez del cuerpo de su madre. Al fin pudo regocijarse con una muestra de su amor después de tanto tiempo.
-Mi niña —murmuró Astoria mientras acariciaba su cabello.
Poco le importaba lo mucho que apestaba su hija en esos momentos, solo quería llorar por lo aliviada que estaba al verla completa.
La mujer se quedó perpleja al sentir pequeños movimientos en los hombros de Meredith, y que las manos de la morena se estaban aferrando cada vez más a ella. Su hija lloraba como una pequeña niña, con el rostro escondido en su cuello. Eso le provocó un revoltijo en el estómago, y se sintió asustada con lo que pudo haberle sucedido.
—Mi amor, ¿qué pasó? No asustes así a tu madre. Dime, ¿alguien te hizo algo?
Meredith negó con la cabeza, mientras un nudo en su garganta se negaba a dejarla hablar. Ella y Andy en ese momento solo querían tenerla a su lado, solo querían escuchar su voz para grabarla en sus memorias. Ahora que estaba consciente de todo lo que había sucedido, le provocaba una angustia terrible que Astoria viva sin saber sobre su otra hija.
—Nada —balbucea apartándose y limpiando sus mejillas mojadas—. Solo te extrañé demasiado.
Una suave sonrisa enternecida se instaló en el rostro de Astoria, quien luego solo pudo besar cariñosamente la frente de su hija menor.
—Me alegra que hayas vuelto.
Volvió a abrazarla, y la de cabellos negros soltó un suspiro tembloroso, cerrando los ojos.
<Intenta no llorar tanto, ¿sí?>
No puedo evitarlo. Me duele que no te recuerde.
<A mí también me duele, Mar, pero debo soportarlo mientras no tenga una forma de arreglarlo>
El tono tristón que su gemela dejaba resonar en su cabeza era como un cuchillo instalándose en su corazón. Pero no volvió a replicar, porque entonces los Malfoy se acercaron a ellas.
Narcissa le dedicaba una mirada aburrida, y Scorpius daba vueltas sobre sus pies con los ojos brillando de curiosidad. Fue la primera vez en su vida que Mar vio a ese rubio comportándose como un niño.
— ¿De verdad este es el Olimpo? —le susurra acercándose a ella.
La de cabello negro se remueve incómoda por la proximidad, recordando aquella vez en que el chico la besó en contra de su voluntad. Ni siquiera había pasado tanto tiempo, pero él actuaba como si nada hubiera sucedido. Sin mirarlo le respondió con un pequeño sí.
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Semidiosa y Bruja (S&B1)
Fanfiction-Existe toda una vida de mentiras- Meredith Greengrass siempre ha creído que lo más raro que hay en ella es su obsesión por la arena de playa, su odio hacia los gatos y patos, oh, y el hecho de ser una bruja. Pero a eso se le debe sumar que su p...