capitulo 2

523 29 0
                                        

  Capítulo 2

El constante ladrido de Bóxer mi perro labrador llegaron a mis oídos ocasionando un dolor de cabeza, mis ojos aun me arden y es difícil abrirlo cuando el cansancio no desaparece, siento mi garganta seca y un pequeño dolor en mis cuerdas vocales. Un día más de trabajo me ayudara a tener mi cabeza en orden y sin problemas, es mi ultimo día de trabajo de la semana y unas cuantas semanas mas y estaré de vacaciones junto a una playa lejos de todos los problemas.

Mi rutina empieza como todos los días, luego de alimentar a mi Boxer y desayunar me arreglo para una jornada de trabajo lo más rápido posible. Empiezo con una ducha fría pero antes de entrar a la bañera no puedo evitar ver mi reflejo en el espejo al entrar al baño, mis ojos hinchados se ven horrible y quizás necesite una buena cantidad de maquillaje para tapar todas las imperfecciones; mi rostro se ve más pálido de lo normal, una maraña castaña y larga s el resultado de una mala noche y el color de mis ojos normalmente es gris pero ahora parecen más opaco. Sin perder más tiempo entro a la tina con agua tibia dejando caer agua de la regadera, una vez adentro el contacto de mi piel con la refrescante agua relaja cada músculo de mi cuerpo y mientras cae agua desde la regadera aprovecho para pasar la esponja llena de jabón por mi cuerpo relajándolo mejor.

Sin poder evitarlo las imágenes de la noche anterior se instalan en mi cabeza ocasionando que un nudo en mi garganta se forme en mi garganta, no puedo dejar de sentirme tan miserable y humillada me parece tan irreal que aquella persona que le entregue todo de mi me traicionara con alguien como mi hermana, el dolor es lo suficiente grande como para sentir mis ojos irritarse y cristalizarse; como puedo me armo de valor para no seguir llorando, es algo que no puedo solucionar y ya el daño está hecho. Salgo de mi baño relajante al escuchar a mi perro ladrar sin parar y me dirigo hacia mi habitación luego de secar cada parte de mi cuerpo, una vez en el armario me dispongo a buscar un atuendo para empezar el día.

Aún estoy a tiempo para alistarme sin problema y para ir a la empresa solo hace falta un traje formal y profesional, solo así mantendrás al jefe contento – en algunos casos – y de buen humor.

- El rojo definitivamente es tu color – escuche decir a mis espaldas una familiar voz, gire sorprendida encontrando a Connor en una esquina de mi habitación frente al espejo. Su sonrisa se borró al instante que me miro y su preocupación se reflejaba poco a poco en su mirada – Charly por dios pareces un monstruo

Aún estoy sorprendida de verlo aquí ya listo y perfumado para ir al trabajo, ahora entiendo el constante ladrido de bóxer y puedo imaginar que las llamadas en mi celular son de él. Su preocupación no desaparece pero se mantiene en su lugar, tarde me percato que estoy en ropa interior y con una toalla en mi cabeza y es ahí cuando la vergüenza se apodera de mi.

- ¿Cómo demonios entraste? – mi voz se escucha sorprendida y algo ronca y gruesa por el constante llanto - ¿Qué haces aquí?

Su mirada muestra preocupada pero en ningún momento veo en el algo de culpa por estar en mi habitación al contrario de eso solo me mira de manera diferente, como si en cualquier momento de caería.

- Tengo tu coche, así que pensé en venirte a buscar para ir al trabajo – explico caminando por el lugar – también estaba preocupado por haberte dejado tan mal anoche y como no respondes mis llamadas imagine que te quedaste dormida y decidí utilizar la llave que escondes en los juguetes de tu perro.

Responde con naturalidad pero nunca veo culpa en su voz o en su mirada, busco con la mirada al perro pero no lo encuentro lo cual me parece raro ya que nunca sale de esta habitación sin mí.

- Tuve que amarrar a tu perro en el patio trasero, está insoportable – responde mirando un retrato en sus manos

- Eres insoportable a veces – me acerco a el cruzando mis brazos por debajo de mi pecho. No me acordaba que el tiene mi auto pero lejos de estar molesta estoy aliviada de tenerlo aquí – en fin, tengo que cambiarme.

SECRETOS EN TACONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora