La reunión fue agotadora y los constantes antojitos hicieron que mi ansiedad invadiera mi sistema nervioso pero a pesar de todos fue todo salió perfecto y un simple gracias de parte de el señor Anderson hizo que mas de uno de los presentes relajaran sus músculos. Tal parece que el trabajo de todos le ha gustado, sin embargo me algo me dice que no es del todo cierto y ese algo es quizás que aun las cuentas no encajan muy bien. La jornada laboral termino y aunque mas de uno esta feliz yo estoy muy lejos de estar cerca de este sentimiento.
Ahora conduzco las calles de California mientras que el sol poco a poco se oculta mostrando un amanecer hermoso y un contrastes en los colores, quizás si no estuviera conduciendo me detendría a mirar un poco la puesta de sol. Pero estoy cansada y aun tengo un compromiso con mi jefe, aun me pregunto si fue buena idea encontrarme con el en mi casa.
Ahora me siento confundida pero sobre todo muy cansada.
Poco a poco las casas se me hacen conocidas hasta que un auto negro que parece nuevo se encuentra estacionado y no es necesario ser adivino para saber que mi jefe es el dueño. Estaciono mi auto detrás de el hermoso modelo chevrolet y en ese momento todo de el sale un elegante y atractivo hombre de negocios conocido como el todopoderoso señor Anderson, se acomoda un poco su saco mirando a mi dirección; yo aun con las manos en el volante apretando mis puños en este intento calmar mis nervios pero sobre todo mis pensamiento.
Me bajo del vehículo luego de tomar mi bolso del asiento de al lado cerrando un poco fuerte la puerta mas de las que pensé.
- traje la cena - dice mientras se acerca a su auto y de el saca una bolsa blanca y lo que parece una coca-cola. Asiento sin quitar la mirada de esa bolsa que ahora me parece interesante
El frío invierno empieza a calar mis huesos a pesar de mi abrigo, empiezo soplar aire caliente a mis manos y que un sin poder evitarlo camino hasta mi casa dando pasos rápidos mientras mis manos revisan dentro de mi bolso las llaves, torpemente las tomo en mis manos teniendo en cuenta quien me sigue detrás de mi. Me detengo en seco frente a la puerta marrón decorada con un aro frondoso de navidad el cual en su centro tiene a un santa sonriente.
Giro a encararlo cuando un pensamiento fugaz pasa por mi cabeza, su rostro como mayormente pasa está completamente serio y tengo que ignorar el perfume que emana a pesar de la distancia que tenemos ahora.
- solo una regla - dije mostrando mi dedo índice en el espacio entre los dos el por su parte se mantiene callado esperando mis palabras - esta noche no quiero sexo, quiero entablar un negocio y quisiera que lo respetarlas.
Sin hacer ningún gesto o algún tipo de mueca solo asintió callado.
- no te voy a obligar a nada pero espero no tener ningún tipo de tentación.
Asiento satisfecha por sus palabras grabando en mi cerebro su ultima frase, vuelo hacia la puerta y escucho ladridos al otro lado de la puerta pero es hasta ahora que pienso en bóxer y en que quizás pueda tener hambre.
- no sabia que tenia un perro - dijo con un tono despectivo que no paso desapercibido, solo asenti olvidando sus palabras -¿que te parece si primero cenamos y luego hablamos de aquel negocio?
"Aquel negocio" no eran las palabras adecuadas para hacerme sentir mejor o desvanecer mis nervios, aun asi mi estomago lo pide a gritos. Una vez adentro bóxer me saluda con lamidas para luego empezar a olfatear a mi acompañante. Enciendo la luz de la sala y la cocina disfrutando aun su ahora a perfume costoso.
- acogedor pero moderno - dice dando pasos en el espacio mirando todo con detenimiento - el color no es mi favorito pero se puede decir que es agradable para la vista humana.

ESTÁS LEYENDO
SECRETOS EN TACONES
RomantizmCharlotte Humbolt una mujer responsable que ha salido sola adelante decide salir con sus amigas luego que encuentra a su prometido en su cama y con su hermanastra, sin pensar las consecuencia decide salirse de control. Lo que era una noche de chicas...