Sesión 10.

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— Me gustaría saber que tanto piensas.

— ¿Mhm? No es eso, solo no dormí bien, es todo.— se estiró dejando ver un poco de su abdomen lo cual aprovecho la joven.

Marcas, muchas. Todas en línea recta desde el pecho hasta la cintura y poco más debajo, parecieran malditos arañasos provocados por dedos grandes, pero no eran rajaduras en la piel, sino marcas, rojas, visibles.

— No me mires tanto.— soltó la chica asustando a la mayor de manera sorpresiva.

Emily volvió su mirada al rostro de la chica, la cual permanecía seria. De pronto llevo su dedo índice derecho hasta su boca y susurro un "Shhh".

— Nadie me ve, por ahora.— le habló nerviosa, sabía que si hablaba las consecuencias serían peores.

— ¿De qué hablas, Emma?

— No debo.

— ¿A qué te refieres?

Comenzó a buscar algo con la mirada, al no encontrarlo, o eso creía la joven, la miró y le hizo señas de que siguiera hablando.

— ¿De qué quieres hablar, Emma? — frunció el ceño al no saber que hacía la menor.

— No lo sé, dime tú.— su cara se iluminó al encontrar lo que buscaba.

Se levantó de su asiento y tomó lo que quería, un papel. Miró un poco más y agarro el bolígrafo de Emily. Volvió a sentarse, le señalo que siguiera hablando y comenzó a escribir.

— ¿Qué tal si hablamos de tu vida un poco? ¿Cómo has estado? — la menor sabía a que se refería.

— Bien, normal.— dejo el bolígrafo lo más despacio posible y le dio la hoja a la mayor.

Volvió a llevarse el dedo a la boca en señal de silencio mientras que con la otra mano extendía el papel. Una vez que Emily tomó la hoja llevo dos dedos a sus ojos indicándole que lea pero en silencio, así lo interpreto la mujer.

— Aunque, no sé, últimamente he estado muy cansada, creo que no duermo bien.

— Deberías arreglar eso, Emma.— le siguió el juego y miró el papel.

"No preguntes sobre lo que viste, mucho menos a mis padres. No lo hagas si me quieres ver aquí mañana."

Emily levantó la mirada y la dirigió a la menor, ¿A qué se refiere con "Si me quieres ver aquí mañana"? ¿Verdaderamente los padres están detrás de todo? Incrédula asintió afirmando que entendía el mensaje.

La alarma sonó y la mayor la miró con miedo, sabía que Emma debía irse y no lo quería, no quería que se fuera de allí a donde sea que se la llevaban.

— Me siento segura aquí, tranquila. Hasta mañana, Emily.— ladeo levemente la cabeza e hizo una pequeña mueca al pararse.

— Hasta mañana.— habló apenas audible una vez que la menor se había retirado de la sala, dejándola, otra vez, con una incertidumbre muy grande.

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