Al momento de estar frente a frente con Daryl solo nos limitamos a mirarnos fijamente, manteniendo el contacto visual sin decir palabra alguna, únicamente nos dedicamos a examinarnos mutuamente, posiblemente tratando de averiguar lo que el otro ocultaba o le afligía, aunque yo de él no pude descifrar nada .
llego el momento que me fue imposible seguir y simplemente baje la mirada rompiendo la extraña conexión que habíamos creado.
-¿Qué te paso? – pregunto el hombre de acento sureño
En realidad estaba un poco desconcertada por la actitud que ahora tenía conmigo, me refiero se había tomado la molestia de preguntar ¿qué me había pasado? Si lo sé es solo una pregunta pero ya me había acostumbrado a sus malos tratos, a ser ignorada.
-¿De que estas hablando?-cuestione haciéndome la desentendida pero en realidad sabia a que se refería.
-¿por qué estas llorando?- cuestiono nuevamente pero esta vez se veía un poco enfadado, su mal humor que lo caracterizaba hacia presencia
¿Te importa?- dije tratando de contener las lágrimas y bajando la mirada, sintiendo su mirada fija en mí.
-no, no me importa-declaro con el tono más frió que había escuchado jamás
-si eso imaginaba- dije y Pase de su lado dejándolo por detrás
Me detuve en seco y gire viendo cómo se alejaba cada vez más, una opresión en mi pecho se hizo presente, trayéndome a la mente lo que había pasado hace algunas horas, tenía que contárselo a alguien si no lo hacía caería en depresión como cuando tenía 20 que sucedió la misma situación pero si se lo contaba a este hombre, sabía o al menos creía que no me juzgaría y lo más importante no haría preguntas al respecto y eso era bueno porque estoy segura de que no sería capaz de responderlas.
-¿sabes qué?- pregunte haciendo que se detuviera y se diera la vuelta para encontrarse conmigo -creo que tenías razón al decir que yo era incapaz de cuidarme por mi misma, estabas en lo correcto-declare
-¿De qué diablos estás hablando? – esta vez cuestiono Daryl claramente confundido
-Ayer casi me convertía en un maldito caminante y hoy por evitar toparme contigo, por poco ese idiota abusaba de mí- confesé sintiendo como las lágrimas amenazaban por salir.
-¿Qué estás diciendo?- en realidad creía que no haría pregunta alguna pero me equivoque
- yo, yo caminaba hacia el sur y vi una cabaña, entre para asegurarme de que Sophia no estuviera ahí, me di cuenta que estaba habitada pero no era ella y al darme la vuelta para irme, me topé con un hombre y luego... - rompí en llanto hasta llegar al punto de no poder seguir hablando.
-¿te hizo daño?- cuestiono acercándose a mí, negué con la cabeza tratando de dejar de llorar para poder hablar.
-no, no lo permití-dije callando mientras él, solo me miraba con atención- Tengo miedo Daryl- confesé- ese hombre-dije con desprecio –me amenazo con encontrarme y si lo hacía me dijo que lo lamentaría-
-No te hará nada, no se lo permitiré, no lo permitiremos ¿entendido?- prometió mientras empezaba a caminar en dirección a su tienda
-¿Daryl?- grite él se dio la vuelta con un poco de cansancio y camine hacia el hasta quedar nuevamente frente a frente- ¡Gracias! Por todo, me refiero por lo que paso ayer y por escucharme, él solo bufo mientras, llevaba su pulgar a la boca y mordía su uña como un gesto de incomodidad, deduje y sin pensarlo me abalance hacia él, abrazándolo, provocando que se pusiera tenso y rígido.
Se sentía bien su cercanía, pero como todo tiene que llegar a su fin me separe, terminando con el reconfortante abrazo y le dedique una tímida sonrisa para después caminar hacia la casa.
Narra tercera persona
Los primeros rayos del sol hicieron aparición, prometía ser un típico día caluroso en Georgia, en el transcurso de la mañana, se podían apreciar a los sobrevivientes levantarse y empezar sus actividades diarias. Lori con la ayuda de Carol preparaban lo que presumía ser un rico menú: huevos revueltos.
En casa de los Greene todos se encontraban desayunando. Beth, Maggie, Camille y Jimmy mantenían una animada charla , mientras Hershel leía lo que parecía un viejo periódico y patricia servía un poco de café .
-te lo juro es verdad , no te miento nunca en mi vida he montado un caballo- confeso Camille mientras tomaba un sorbo de su taza de café .
-Nunca – cuestiono Beth al no creer lo que la muchacha decía
- ni una, a menos que cuenta la vez que subí a un carrusel cuando tenía 6 años- confesaba la chica provocando las risas de sus acompañantes mientras Hershel negaba con la cabeza dejando escapar una pequeña risa.
- ¿porque nunca montaste un caballo?- cuestiono Jimmy muy interesado en la plática.
-la primera razón: tengo mucho pavor de caer y bueno la segunda es por que toda mi niñez y parte de mi juventud viví en el centro de Londres, era una chica de ciudad, además mi padre era doctor y mi madre nunca estaba en casa, así que eran muy limitados los momentos familiares y cuando se presentaba la ocasión solíamos visitar a los abuelos o la mayoría de las veces íbamos a casa de los amigos de mis padres a tomar el té, agregándole el hecho de que a mi padre odiaba la granja y a mi madre nunca le gustaba pasar tiempo con nosotros .- declaro Camille recordando su pasado
- De lo que te has perdido, cuando montas sientes felicidad, alegría, cariño, serenidad, adrenalina, una sensación que es imposible de describir con simples palabras- dijo Maggie dejando a Camille con ganas de intentarlo.
Al terminar el desayuno, Hershel salió de la casa y Jimmy lo siguió, quedando solo las hermanas y Camille en el comedor recogiendo la mesa.
Habían pasado 3 días desde que había pospuesto la búsqueda de la pequeña Sophia y este día no sería la excepción, pues nuevamente se negó a salir por el miedo de encontrarse con el hombre que quiso abusar de ella, así como los días anteriores ayudaría con los deberes de la granja.
-Hershel- articulo la chica llamando la atención del mayor- ¿quieres que alimente a las gallinas?- pregunto la chica
- No es necesario, Patricia ya se encargó de ello- contesto Hershel – ves el árbol de allá-dijo señalando el manzano que se encontraba detrás del granero-porque no tomas la canasta, cortas algunas manzanas y se las ofreces a ellos-ordeno el hombre señalando con la cabeza al grupo de Rick que estaba reunido alrededor de la camioneta azul. La chica asintió y fue tras el árbol a cortar los frutos.
Camille caminaba hacia donde se encontraban los hombres reunidos
-Hola chicos- saludo, llamando la atención de los presentes con una gran sonrisa adornando su delicado rostro y empezó a ofrecer la fruta.
- Gustan una manzana están recién cortadas-bromeo mientras le daba la fruta a Glenn
-Gracias Cam- agradeció el chico asiático
Ofreció a todos los hombres hasta llegar a estar frente a frente a Daryl, esto ya se había convertido en una extraña costumbre.
-¿gustas?- dijo Cam ofreciéndole una manzana
Daryl la tomo y pronuncio un casi inaudible "gracias"
