Capitulo XVII: Rika no volverá

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Los controladores en Hypnos volvían a la normalidad, Yamaki respiraba aliviado, mientras veía como los datos y las mediciones se normalizaban. Mientras llamaba a Tao, tomó un comunicador de la mesa, decidido a hacerlo funcionar. Si había un momento perfecto para que funcionase, era este, cuando la tormenta estaba terminando. Tao llegó y cerró la puerta del cuarto tras él.

- Tao, al fin parece que el digimundo está asimilando toda la información, está en un proceso de reorganización.

- Eso me alegra, pero, ¿Has tenido noticias de los chicos?

- En realidad, no, pero estoy recuperando la señal.. – Dijo Yamaki distraídamente, mientras le prestaba atención a su comunicador, el cual comenzaba a pitar más a menudo, hasta que produjo un pitido suave y persistente - ¡Ahora! Nos podemos comunicar con ellos

Ambos hombres accionaron los comunicadores, esperanzados de que todo haya salido bien.

- Ryo, tu bolsillo está sonando – Le dijo Takato, señalando los pantalones de Ryo

Ryo tomó el comunicador que sonaba y sonaba, mirando a Takato. No sabían bien que dirían, pero con una mirada, se dijeron que debían contestar.

- Aquí estamos, Yamaki

- Ryo, ¿Cómo están? ¿Acabaron completamente con el digimon?

- Sí, ya no hay rastro de Shogakumon

- Solo veo a Takato, ¿Donde están los demás? – Le dijo Tao, algo asustado

Ryo hizo una pausa y miró a su amigo. Takato tragó saliva y habló

- Henry fue transportado por un haz de luz que lo llevó a otra parte del digimundo – Les dijo - pero podremos encontrarlo, se lo aseguro, él está bien – Añadió luego, al imaginar la reacción de Tao

Tao se puso algo nervioso, pero aún contaban con el transmisor de Henry y gracias a él podrían rastrearlo fácilmente dentro del digimundo. Yamaki suspiró aliviado y continuó hablando.

- ¿Y Rika? ¿Dónde está?

Los rostros de los chicos se volvieron sombríos, y eso le dijo todo a Yamaki, casi no hizo falta que le confirmaran luego su sospecha, diciéndoles que la información de Rika se había esparcido, en otras palabras, que Rika había muerto.

Tao y Yamaki no hicieron ningún comentario al respecto. No querían sonar tristes, sorprendidos o decepcionados frente a los chicos, ya bastante dolor y culpa habían sentido. Luego de darles una ubicación aproximada de Henry y desearles buena suerte, cortaron la comunicación.

Ryo y Takato se miraron tristes. Parecía que no habían caído en la cuenta de que Rika ya no volvería. Cuando cruzaran el portal hacía su mundo, ya no sería cuatro. Sólo iniciaron su viaje hacia el lugar donde se encontraba Henry, sin hablar y casi sin mirarse..

Henry seguía caminando con Nyaramon. El digimon le había contado que en el desastre causado por Shogakumon había perdido a toda su familia y ya no sabía si sus integrantes estaban aún con vida. Henry se conmovió por esto y se decidió a seguir adelante, tanto para ayudar a ese digimon como para ayudarse a sí mismo. Caminaron un largo trecho, hasta que se hizo repentinamente la noche, como de costumbre, trayendo con ella las partículas de información suelta y el viento.

- Henry, ¿Y si entramos a esa cueva para descansar? Ya es hora de dormir – Le dijo Nyaramon, ahogando un bostezo, mientras dos pequeñas lagrimitas de sueño afloraban de sus ojos.

- Me parece bien.. Podemos quedarnos ahí, pero mañana al amanecer seguiremos caminando. Debemos encontrar a mis amigos, antes de que regresen sin mí.

- ¿Tus amigos regresarían sin tí? – Le preguntó extrañada Nyaramon

- Bueno.. Digamos que cometí un error terrible

- ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Tiene algo que ver con la Rika que murmurabas en sueños?

Henry se ruborizó. No pensaba haber soñado con ella, pero era evidente.

- Sí, tiene que ver con eso.. Pero prefiero contártelo luego, sí no te molesta..

- Está bien, esperaré – Le contestó Nyaramon, con una sonrisa

Los dos entraron en la cueva. Nyaramon buscó de inmediato un lugar cómodo y cálido donde acostarse y se durmió casi al instante. Henry creyó que no podría dormir, pero casi sin pensarlo, cerró sus ojos y se sumió en un sueño profundo.

- Dígame, ¿Cómo están Takato, Rika, Ryo y Henry? – Insistía Juri, ahora acompañada por Hirokazu y Kenta, los tres muy preocupados. Los pequeños Ai, Makoto y Suzie miraban detrás, acompañados por Lopmon e Impmon, que lucían muy nerviosos. Yamaki pensó que debía decírselos, pero no creyó ser capaz. Shibumi se encargó de informarlos, y los tres se alegraron porque los chicos estuvieran bien, pero sus rostros se ensombrecieron al saber que Rika no volvería. Juri dejó que varias lágrimas surcaran sus mejillas; no estaba preparada para afrontar una pérdida, siempre creyó que los cuatro volverían sanos y salvos. Kenta se quedó callado, mientras Hirokazu abrazaba a Juri, repitiéndole una y otra vez que ya había pasado y que de nada valía llorar.

Ver ese cuadro destrozó el corazón de Yamaki, quién seguía preguntándose si no habría alguna forma de hacerla volver..

- No podemos hacer que ella vuelva.. Pero podríamos acompañarlos a ellos en su regreso.

- ¿A qué te refieres Kazu? – Le preguntó Kenta, extrañado

- Bueno, es que puede ser que con la inestabilidad que hubo en el digimundo..-

- ¡..Los portales! – Gritó Juri de repente – Podríamos ir a la vieja casa de Guilmon, allí debe de haber uno para entrar al Digimundo.

- Ni se les ocurra, chicos

Shibumi había salido de la nada. Aunque siempre tenía aspecto amigable, su semblante serio hizo que nadie refutara.

- Dense cuenta de que si ahora fueran al digimundo, solo serían una carga para quienes están aquí. Además, se buscarían muchos problemas innecesarios. Sus amigos volverán de cualquier modo

- Todos, excepto Rika – Le dijo Juri, con tristeza

Los chicos y Shibumi se quedaron callados. Nadie podía decir nada ante ese comentario, porque sabía que ella tenía razón, aunque nadie quería que la tuviera..

Digimon Tamers: Una nueva amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora