Noraya & Joel

4. Recuerdos II

- ... se comió una completa goleada. Nunca me gana.

Joel le contaba a Noraya y Erika cómo había humillado a Marcos en un partido de futbol de PS4, unos días antes. Estaban buscando a Luana y Antonio, par que había desaparecido ya hacía un buen rato.

Habían salido los cinco al centro comercial, unos meses después de que Noraya se haya incorporado a ellos en el bar. Se volvió a mostrar tímida y cerrada los días siguientes, pero los demás se reunían con ella siempre que podían , hablándole, haciéndola reír, sobre todo Joel. Poco a poco los fue aceptando, bromeando con ellos, soportando y hasta deseando su presencia, sí, hasta la del idiota de Marcos. Tímida al principio, muy leal a sus amigos, cuando llegaba a hacer algunos.

Nora le contaría a Joel, tiempo después, que ellos cinco eran sus primeros amigos verdaderos de la universidad.

Tal día, Marcos no los acompañaba. Dijo que tenía asuntos en el gimnasio, que después los alcanzaría.

Mientras tanto, los otros dos les empezaban a preocupar. Antonio no desaparecía así por así y menos Luana.

Al doblar una esquina, en un lugar de la parte trasera muy poco transitada, los encontraron a ambos besándose. Joel reaccionó rápido, cubriendo la boca de Erika quien estaba a punto de gritar para malograr el momento. Agarró a Nora con la otra mano y las jaló a ambas de vuelta a esconderse tras la esquina, de modo que la pareja no los llegó a ver.

- Déjalos tener su momento, ¿no?

- Aguafiestas.

- ¡Quién lo dice! Aparte, no te gustaría que te hagan lo mismo. A mí tampoco me gustaría – dijo, pensando en lo que se venía – ahora, miren y aprendan.

Dejando a sus dos amigas atrás, caminó graciosamente doblando la esquina y luego de esperar unos cuantos segundos, se apoyó en la pared.

- Ejemmm – se aclaró la garganta.

La parejita melosa se separó de repente, sorprendidos de que los descubrieran.

- Sin compartirse baba, por favor – dijo mientras aguantaba la risa.

Acto seguido salió de ahí, descubriendo a Noraya y Erika riéndose.

- Ya, vámonos. – dijo mientras las jalaba.

A los pocos pasos volteó, viendo a los tórtolos seguirlos a paso lento y vergonzoso.

No pudo evitarlo. Se unió a las risas de sus amigas. Es que, eso no se lo esperaba para nada.

°°°°°

Salió el grupo, las chicas llevando algunas compras de último minuto. Estaban a finales del segundo mes del octavo ciclo, Noraya en el noveno. Los estudios, trabajos y prácticas ocupaban la mayoría de su tiempo, pero de vez en cuando encontraban espacios para salir los seis juntos; o al cine, al parque, discotecas o en la casa de uno de ellos para tomar alcohol (y estudiar) hasta morir y ver a Antonio gritar cada uno de los goles de su equipo como si fueran suyos.

- Me compras el helado.

- ¿Me ves con cara de billetera o qué?

- He dicho que el helado, ¡ahora!

- De caprichosa nadie te gana, Nora.

- Si no lo haces le diré al profesor Romero que haga el examen como en el ciclo pasado.

- No, todos te odiaríamos.

- Aparte que reprobarían, pero es para que sepan lo que pasé yo.