Bala que nunca llegó. En vez de eso, se escuchó el sonido de un golpe seco, como el metal golpeando hueso. Abrió los ojos, viendo a Jordan caer al suelo, noqueado.
- ¡Raúl! – Joel fue al encuentro de su amigo, quien tenía unas grandes manoplas en su mano izquierda. Manoplas con las que había golpeado desprevenido a Jordan, noqueándolo. Estiró la mirada un poco, viendo el auto de Raúl estacionado en la esquina y con la puerta abierta.
- Hiciste un buen trabajo con este imbécil – respondió Raúl, pateando duramente al señor, que aún se arrastraba y lamentaba de dolor, agarrando su cadera ensangrentada. – Vaya lío te has metido, eh. Si me demoraba un poco más en encontrarte, me hubiera topado con tu cadáver.
- Gracias, hermano.
- Más bien agradécele a Noraya. Ella me dio una llamada poniéndome al corriente.
- ¿Nor...?
El sonido de las sirenas policiales detuvo su frase. Y a los pocos segundos, varios patrulleros volteaban la esquina, estacionándose al costado del auto de Raúl. Varios oficiales salieron de los autos, y de uno de ellos también salió...
- ¡Nora! – dijo Joel, corriendo hacia su novia.
Ella se acercó rápidamente hacia él.
- Am... agh – la potente bofetada que recibió, lo descuadró completamente.
- ¡Eres un imbécil! – dijo ella, agarrándolo por la camisa al instante siguiente. - ¿Cómo te atreves? Dejarme de esa manera...
- Auch... - dijo él, pues ella lo sujetaba demasiado fuerte.
- ¿Ah? – dijo al fijarse bien en el rostro de Joel, mirándolo con detenimiento por primera vez. - ¡Mira tu cara! ¡Estás sangrando!... ¿Qué...? ...quítate la camisa.
- ¿Qué?
- ¡Que te la quites! – dijo ella fieramente.
Joel, que no tenía ganas de discutir, se quitó la camisa húmeda allí mismo, descubriendo todos los feos moretones provocados por las patadas del señor que ahora estaba siendo levantado por los oficiales.
- Ya hablaremos en casa – dijo Noraya, mirándolo furiosa.
- Pareces mi madre.
Apenas dijo eso supo que fue un error. Ella lo miró como queriéndolo matar.
- ¡Y encima que me preocupo por ti!
- Ya deja al pobre. Ya ha tenido bastante con la pelea. – una voz nueva se unió a la conversación. Era Raúl. - ¿le cuento o no? – dijo, mirando a Joel.
- ¿Contarle qué?
- Del pequeño favor que te hice.
- Eh... - dijo Joel, mirando a Noraya, quien se había cruzado de brazos, esperando la respuesta de su novio. Por algún motivo estaba enojada, y al parecer contarle eso sólo la pondría de peor humor.
- Al final le terminarás contando, ¿verdad? Es mejor ahora.
- Sí... eh... bueno. Adelante, cuéntale.
Raúl pasó un brazo por los hombros del chico, empezando a contarle la pequeña historia a Noraya. La cara de ella cambió radicalmente. Contra toda predicción de Joel, ella no se enojó más. Antes estaba furiosa, ahora más bien parecía angustiada y aliviada a la vez.
- ... y como ves, un segundo más tarde y estarías regañando cadáver. Creo que en vez de molestarte por la estupidez que hizo, deberías agradecer que aún sigue aquí, con nosotros.
Joel abrió los brazos ligeramente, como diciendo "supongo que tiene razón". Y Noraya estaba confundida.
- No vi todo, pero estoy seguro de que no fue una simple pelea de colegiales. – continuo Raúl, apartándose a un costado para dejar a Noraya ver a los asesinos. Su expresión volvió a cambiar a una de sorpresa, cuando vio el arma en la mano de Jordan, el cual tenía la cabeza llena de sangre, y la cadera profundamente ensangrentada del señor. – Es un milagro que no haya pasado a mayores.
- Pude haber terminado así – dijo Joel, más para sí mismo que para los otros dos.
Noraya se quedó quieta, procesando todo en su mente, teniendo una ola de emociones. Iba a decir algo, pero un policía se acercó.
- Vengan con nosotros a la comisaría. Serán interrogados. No tienen ninguna objeción, ¿verdad?
- No, jefe.
- No.
Raúl en su auto, Joel y Noraya en la moto; siendo escoltados por atrás y por delante por los policías, todo el trayecto a la comisaría local. Joel notó que ella se aferraba a él con más fuerza, y ya podía imaginarse el por qué.
Estuvieron en la comisaría un buen rato. Contó toda la historia, desde que empezó a perseguir al camión, y de la pelea que tuvieron. De cómo Raúl llegó en el momento exacto para salvarlo.
Los oficiales reconocieron al señor como Tomás Alvarado y a su hermano menor, aún noqueado, como Jordan Alvarado. Delincuentes buscados desde hace años, que se movían por todo el país para no ser encontrados. El mayor, como el asesino de cuatro jóvenes estudiantes.
- Muchas gracias por colaborar. Se hará justicia con ellos.
Los policías dejaron irse a los tres, quienes salieron en silencio.
- Raúl, gracias por salvar a Joel – soltó despacio Noraya.
- No te preocupes. Más bien gracias a ti por llamarme. También pude tener mi "pequeña" venganza. – dijo, sonriendo lastimosamente. – Vamos, Joe. Te veo el domingo para el partido, ¿okey? – dijo, mirándolo con afecto – Cuídense.
Entonces, subió a su auto, lo puso en marcha y desapareció doblando una esquina. Noraya caminó lentamente hacia la moto, como esperando a que Joel diga algo.
- Ya hablaremos en casa, ¿sí? – le dijo suavemente.
Ella sólo asintió.
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Noraya & Joel
Teen Fiction¿Qué sucede después de perder lo más preciado para tí? ¿Sigues el camino que ya tenías trazado? ¿O te estancas en un pozo de tristeza sin fondo? Joel perdió su tesoro más preciado de una manera trágica. Ira, depresión, confusión y deseos de venganz...