Después de curar con algodón, alcohol y desinfectante todas las heridas y poner crema desinflamante a los moretones de Joel, Nora se sentó en el sillón, apenas llegaron a casa. Joel se quedó parado, apoyándose en el respaldar del mueble.
- Siéntate, conmigo.
Le obedeció. Había dicho que conversarían, pero sinceramente él seguía sin ganas de discutir. Estaba cansado, muy adolorido y la cabeza le daba vueltas.
- Nora...
- Te pudieron haber matado.
- Nora...
- Joel, es enserio. – dijo ella, con los ojos algo llorosos - ¿Es que no puedes pararte a pensarlo? ¿Es que no puedes parar de dejarte llevar por tus impulsos?
- Nora...
- ¿Cómo, cómo crees que me sentiría yo si al llegar con la policía encontrara tu cuerpo muerto en el suelo?
- Pero no pasó...
- ¡Porque llamé a Raúl! ¿Qué tal si no se me pasaba esa idea por la cabeza? ¿O si él se demoraba? ¿O si había tráfico, o, o...? tantas posibilidades, ¿Qué si el tal... el tal... el tal Jordan ese, te disparaba primero en vez de hacerlo al aire? gracias al cielo que estás acá conmigo.
- Pero ya me ves acá...
- ¡Que ese no es el punto! – dijo ella, alzando cada vez más la voz. - ¡¿Por qué no lo entiendes?! ¡No hablo de la suerte que tuviste, hablo que de aún no tienes la madurez suficiente para tener la cabeza fría y pensar las cosas, sin tener que ir a los golpes! ¡Aún eres inmaduro!
Escuchar todo eso le dolía a Joel. Pero no podía decir nada. Porque sabía que su novia estaba teniendo la razón. En todo lo que le soltaba.
- ¡Yo no lo soportaría! Perdí a los únicos amigos que tuve en la universidad, y no quiero perderte a ti también – Una solitaria lágrima cayó desde su ojo derecho. El joven estiró su mano por instinto para limpiarla, pero ella apartó el rostro, confirmándole que estaba enojada. - ¿No vas a decir nada?
- Yo... sabes cómo soy. Acababa de visitarlos en el cementerio recordando todo aquello que pasamos, y justo esa misma noche aparece aquel que provocó todo. No podía tener la cabeza fría. Tienes que entender, que...
- ¿Qué? ¿Que hiciste que casi te maten?
- ¡Que a mí también me duele todo esto! – alzó la voz él también, sintiendo sus ojos humedeciéndose como los de ella – Sí Noraya, lo que hice fue muy imprudente y estúpido. Tienes razón en todo lo que me has dicho, ¿vale? Pero tal vez, aún no lo supero. Tal vez aún no me lo saco de la cabeza, tal vez lo de hoy era lo único que mi yo interior me reclamaba hacer. Por algo aún tengo esas pesadillas, por algo mi cuerpo tiembla incontrolablemente en esos momentos. Tal vez por eso solo tu abrazo puede pararlo, porque mi subconsciente sabe que fuiste tú la única que estuvo conmigo, o algo así. Tal vez puedo olvidarlo, pero no superarlo.
Ella se quedó atenta, mirando a su novio, escuchándolo. Lo conocía, sabía lo sensible que se ponía a veces.
- Yo no soy tú, o Raúl. Tú pudiste volver a estudiar, te costó, lo sé, pero lo hiciste. Yo no pude. Raúl pudo superarlo todo, mayormente solo, y sin perder su trabajo. En su lugar, fácilmente yo me habría suicidado. No tengo la fortaleza de ustedes, de vez en cuando las emociones aún me atacan. Hoy fue uno de esos días, me moría de rabia al recordar lo que ese señor les hizo a mis amigos. Y también fue el peor día para que se le ocurra pasar por acá.
- Hey, Jo...
- ¡Espera, espera! Ya sé lo que me dirás. Que te da asco y te enoja que, a pesar de saber que hice mal las cosas, intente justificar mis acciones con mi pobre fortaleza emocional. Horrible, ¿no? Es seguro la peor faceta que tengo. Yo no suelo ser así, pero en cuanto a ellos...
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Noraya & Joel
Teen Fiction¿Qué sucede después de perder lo más preciado para tí? ¿Sigues el camino que ya tenías trazado? ¿O te estancas en un pozo de tristeza sin fondo? Joel perdió su tesoro más preciado de una manera trágica. Ira, depresión, confusión y deseos de venganz...