Aquél día transcurrió cómo de costumbre para él, sólo quería salir del trabajo y llegar a casa para dormir un poco, necesitaba olvidar todo lo que había suscitado momentos atrás, así que sin esperar a nadie y sin despedirse, Bodoque emprendió rumbo a su hogar, anhelaba la soledad de sus cuatro paredes para poder mantener en calma su corazón, aunque sea por un momento.
En cuánto sus pies cruzaron la puerta principal de su departamento y pudo apoyar su espalda contra ella, el pelirrojo pudo desahogarse cómo tanto quería. ¿Qué rayos estaba pasando con él? ¿por qué se sentía tan afectado por la nueva relación de su mejor amigo? eso no debía ser así, se supone que debería alegrarse por saber que Tulio estaba felíz junto a alguien, que por fin había dejado de ser un narcisista que sólo pensaba en si mismo, pero no era de esa manera, no se sentía alegrado, ni felíz, lo único que sentía era tristeza, pero ¿por qué? le gustaría poder detenerse solo un par de segundos para poder analizar sus sentimientos, para poder hacer una pequeña introspección de si mismo y así poder llegar a la conclusión de todo aquello que hasta ahora ha hecho mal como para estar siendo castigado de esta forma.
Él no sentía nada por Tulio.
¿Verdad? entonces ¿por qué siempre que pensaba en él su corazón palpitaba tan rápido? Inclusive sus nervios albergaban su cuerpo con solo pensar en su nombre, y esas incómodas mariposas en su estómago se hacían tan presente con sólo saber de él. Se maldecía internamente por tener esos sentimientos tan incorrectos y desagradables, toda la vida amó y gustó de mujeres como para ahora caer en las manos de su mejor amigo, entonces no comprendía porqué estaba pasando todo ésto ¿cuándo sucedió? ¿cuándo a su corazón le pareció buena idea despertar sentimientos por ese hombre?
Bodoque acalló su menté, le pedía a esa voz en su conciencia que le estaba torturando que le dejara en paz, y después de unos segundos por fin su mente quedó quieta, sentía como el aire le faltaba producto de la ansiedad generada por todos esos pensamientos intrusivos, por lo que se dejó caer en el sofá de su departamento, aquella palabra resonaba en su cabeza una y otra vez. «Desagradables» Cómo pudo siquiera haber llegado a pensar que su mejor amigo sentiría algo por él, que correspondería sus sentimientos siendo que ambos eran hombres y sabía a la perfección la clase de persona que era.
—Bodoque, eres un completo estúpido.
Dijo con voz apagada antes de quedarse dormido, estaba exhausto y a estás alturas no sabía si mental, física o emocionalmente, desde un tiempo atrás había estado presentando conductas autodestructivas que atentaban contra su integridad en todas las formas posibles, sólo porque quería desaparecer de una buena vez y así terminar con su agoniosa existencia.
Las horas corrieron su curso hasta que un fino rayo de luz atravesó la cortina de su ventana y golpeó su rostro con cierta delicadeza, el sol apenas estaba comenzando a salir y con el traía un día nuevo, uno que Bodoque esperaba fuese más ameno que el anterior, ni siquiera se había dado cuenta de cuánto había dormido, sólo pudo abrir un poco sus parpados y extendió su mano hasta su celular para ver la hora, en el pudo percatarse de un mensaje nuevo y entre sueños leyó aquél nombre, era un mensaje de Juanin que le avisaba sobre la cita que tenía con cierta directora para su nota y sección de ese día.
Por alguna razón sus secciones eran más tediosas y largas, ocupaba bastante tiempo para crearlas y para lo devastado que estaba era casi necesario exigirse el cumplir con ellas. No podía perder más tiempo ahí acostado o su trabajo correría peligro, así se levantó, tomó una ducha, medio desayuno y salió de aquél departamento rumbo a su estación de trabajo. Las horas pasaron y Bodoque había logrado investigar todo lo necesario para su nota, las entrevistas, el video, sus teorías, todo, inclusive le había quedado el tiempo necesario para descansar en ese pequeño espacio que había acondicionado como su oficina, por fin podía estar en paz, o eso pensaba hasta que esa persona que le atormentaba tocó su puerta y cruzó sin permiso alguno.
ESTÁS LEYENDO
❛qυerιdo aмιgo❜
Hayran Kurgu¿Alguna vez se han enamorado de alguien que no pueden tener? ¿De alguien que saben por más que lo intenten las cosas nunca funcionarán? Ésta es la historia de Juan Carlos Bodoque, quién ciego se enamoró de su mejor amigo.