Dura realidad.

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Los días fueron pasando y con eso las vacaciones de verano, nos teníamos que devolver para nuestra casa nuevamente y yo no me quería ir. Quería que lloviera, que no quisieran irse pues no quería dejar de verte. Eso se me hizo difícil pues me tenias encantada contigo a pesar de que no habíamos hablado ni siquiera echo una amistad, ya me importabas. Me importaba verte pues no importa cuantas veces lo hiciera siempre me dejabas hechizada y eso me encantaba. La buena noticia era que mi madre decidió que me fuera a estudiar a la ciudad en donde vivía mi tía y que me mudaría con ella, por eso me quede tranquila, porque sabia que no seria la ultima vez que te vería y eso me llenaba de ilusión. Fue entonces que pasaron meses y yo estaba por terminar mis estudios de secundaria, aun te recordaba, pero ahora eran recuerdos triste ya no era felicidad, pues caí en cuenta que quizás tu nunca te fijarías en mi, me empezaba a acomplejar y me decía a mi misma: "mirate! Quien se fijaría en ti? Eres gorda (en realidad soy delgada), tu cara esta llena de granos, tus dientes no son perfectos, tu cabello esta descuidado, no tienes un buen trasero, tus pechos no son tan grandes, tu estatura es de una niña de 14 años y tu mente aun es infantil." cosas como esa hacían que me deprimiera hasta mas no poder y llegaba a hacerme daño físico como cortarme, también bebía mucho alcohol, fumaba cigarrillos y consumía algunas drogas, todo por mi inseguridad y mi Complejidad, pero que podía hacer? Toda la vida había sido de ese modo y por eso siempre me quedaba sola.

Pasaron los meses y yo por fin había terminado la secundaria e iría a la universidad, mis notas no eran las mejores pero tampoco las peores, en realidad soy una vaga y me daba mucha flojera estudiar pero siempre fui algo inteligente, no voy a decir que era una asocial porque tenia muchos amigos, en mi ultimo año conocí a una de mis mejores amigas y eso fue lo que me salvo de la depresión y mis malas notas, porque ella era una persona muy inteligente y me ayudaba mucho, me daba consejos e incluso me celaba porque decía que solo la tenia que amar a ella. Era muy graciosa y querida por todos, toda la clase la quería y respetaba, nadie se metía con ella porque por favor... era ella, y alguien tenia que tener un serio problema para hacerlo, pues ella no le hacia daño a nadie y ayudaba a todos. Claro siempre me acordaba de él, pero para entonces mi mente estaba revuelta pues con la graduación de secundaria y los preparativos, nos tenia a todos muy estresados como para pensar en otras cosas, luego de la graduación pude disfrutar de unas vacaciones bien merecidas y siempre hablaba con mis amigos. Ya se me había olvidado que viviría con mi tía pues estaba emocionada por salir a divertirme con mis amigos, cuando llego el día en que me iría sinceramente no quería hacerlo, pues me daba mucha melancolía irme y dejar todo lo que había construido en ese lugar ya que mi tía vive muy lejos de lo que antes era mi hogar, como a 4 horas aproximadamente y allí me sentiría como pez fuera del agua, sin conocimiento de esa ciudad, sin amigos, totalmente pérdida, estaba tan acostumbrada a mi vida que me costaba dejar todo eso atrás y empezar de cero.

~Luna

Mi querido Crush ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora