Capítulo 6: Primer Encuentro

1.6K 135 14
                                    

Narra Izzy.

Esta última semana ha sido muy estresante, me he sentido perseguido, y me he sentido observado y sobre todo chantajeado para seguir entregando la "mercancía".

Me he dado cuenta que es difícil salir de un "algo" en el cual estoy muy involucrado. Siento que soy ese perro al que todos desean golpear. Estoy actuando como un mendigo pero en verdad soy ese ladrón que nadie puede ver. La situación se me hace cada vez más insostenible y ya no sé como pararlo. En estos momentos estoy más solo que nunca o es así como yo me siento. La locura de todo esto me está arrastrando. No puedo sentirme tranquilo, no cuando todos están atentos a mis movimientos. Es por eso que estos días me la paso más en mi hilo que en otra cosa.

La heroína es mi calmante y el único refugio de dónde me siento seguro o al menos dónde mis problemas no me consumen.

-¡Viste! Ahora hasta suena mejor. Y tanto que molestabas por esas cuerdas oxidadas.-Comentó Duff a forma de broma, después de aquel incidente que se tuvo hace una semana.

-No molestes. - Bufé, ya algo cansado, mientras iba guardando mi guitarra en su estuche.

Ya era de noche y el ensayo estaba llegando a su fin. Lo único genial es que hoy era día de semana, así que nadie tenía pensado traer alguna prostituta a la casa, por lo que habría silencio y eso me agradaba.

-Izz quiero hablar contigo. -Axl me miró y en acto seguido comenzó a caminar hacia donde era su habitación.

Me preguntaba qué era lo que había hecho mal. Me traía un mal presentimiento. Así que sin más decir, me despedí de Slash, Duff y Steven con una simple frase.

- Chau mierdas. - Me giré sobre mi propio punto y seguí los pasos de mi pelirrojo amigo hasta su habitación, cerrando la puerta tras de mi.- ¿Pasa algo? - Dije con desgano, recostando mi espalda sobre la puerta. Auque esta acción no se concretaba porque el estuche de la guitarra interrumpía.

En tanto iba observando a Axl como caminaba de un lado a otro, como si de un león encerrado se tratase, decidí en prender un cigarrillo, era una manía que ya tenía.

-Estos días te veo extraño. Estás paranoico ¿en qué diablos andas Stradlin? -Odiaba que mi amigo me conociera tan bien.

-En nada.- Respondí una vez más con monotonía, para así poder seguir escondiendo mis sentimientos y todo lo que podía tener dentro de mi. -Sólo es cansancio. Ya te dije.- Boté el humo que tenía contenido en mi boca y reí de medio lado, al ver que Axl había perdido rápidamente la paciencia.

Él se había acercado lo suficientemente a mi a forma de querer acobardarme, y es ahí cuando lo ví a los ojos y entendí que él ya lo sabía.
Sabía que quería golpearme.
Y ahora ya sabía que él sabía mi secreto.

- ¡NO ME MIENTAS! MIRA IZZY, NO QUIERO QUE TUS MIERDAS NOS METAN EN PROBLEMAS ¿ENTENDIDO?- Vi la furia y el temor en él, a lo que solamente vacilé y lo empujé sin tanta fuerza para que se apartara de mi camino.

-Pues "mis mierdas", es lo que nos ha dado para poder seguir sobreviviendo, y para comprar instrumentos. -Lo miré serio y salí de la habitación. En definitiva no había nada más que hablar con aquel sujeto.
.
.
.
Son días difíciles y no lo niego. Durante este corto tiempo, sólo salí de casa para cumplir con las dos tocadas que Slash había consiguido la vez pasada y de ahí no más.

Ahora me encontraba en un parque, donde al menos podía sentir esa paz que no tenía en casa. Además no estaban los gritos de los chicos, algo que usualmente disfrutaba pero que en estos momentos aborrecía.

Recosté mi espalda de mejor manera sobre el tronco viejo de un árbol, y pensé en lo fresco que estaba la tarde.
Tenía las piernas estiradas y mi guitarra en su estuche a un lado, cuando de pronto una pequeña pelota azúl golpeó contra mi pierna. La tomé entre mis manos y alcé la mirada para ver de quien era.

Un cocker de cabellos negros corría a lo loco, lanzándose encima mío. Reí y se lo entregué para que se bajara de mi cuerpo. Al parecer, el perro orejón si que lo alimentaban muy bien.

-¡Cuánto lo siento! Doscky es medio loco. - Dirigí mi mirada de donde venía aquella voz, y con una pequeña sonrisa que quizás no tenía planeado, me sorprendí.

-iTú! Mmm...- entrecerré un poco los ojos y creí atinarle a su nombre.- ¿Solange, cierto? - Mi memoria tuvo unos buenos movimientos en recordarla en ese momento.

Vi que sonrió un poco asustada mientras iba poniéndole la correa a su perro. Creo que es normal su actitud. Un extraño que sepa tu nombre no debe ser cosa de cualquier día.

- Eres el rompecuerdas ¿cierto? - Rió alzando la vista hacia mi, mientras le quitaba la pelota de su hocico.

Decisiones Nocturnas |Izzy Stradlin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora