Decisiones Nocturnas |Izzy Stradlin|

Capítulo 33: Segundo Encuentro

Narra Solange.

-Nunca lo había visto. -Observé con mucho detalle aquella pequeña mancha un poco más oscura que su piel. Era realmente interesante poder ir conociendo partes que quizás otras personas no lo sabían de Izzy. De cierta forma, eso me hacía sentir especial; provocando que le de una leve caricia que lo sobresaltó de forma graciosa.

- Es un marca de nacimiento. - Bajó la mirada para observarla y sin decir más, le quitó importancia.- Ahora baja la mano bonita, que quiero ir al bar.

-¿De verdad quieres ir al bar? - Dije divertida, alzando una ceja. Acto que hizo ponerlo aún más nervioso, pues mis manos se habían quedado a la altura de su pecho, jugando con alguno de sus collares.- A mi me parece que te pongo nervioso.

- ¿Nervioso? - Dijo con una sonrisa soberbia. Él sabía perfectamente como hacerme suspirar con solo una sonrisa por más innecesaria que sea.

- Claro ¿Qué te haces? -Volví a caer en la misma ironía de la conversación que él estaba proponiendo con el tono de su voz.

- Hace días te pasas jugando con fuego Sol. Solo sé, que a la otra no responderé.- Tomó mi mano para que lo quitara de ahí y seguido de ello la entrelazó con la mía. - Iremos a un bar del Sunset Strip para celebrar ¿Vamos?

-Si, Izz.- Ignoré lo último que dijo antes de su invitación y sin seguirle con la conversación, nos decidimos por apresurar el paso, pues los demás chicos nos llevaban una leve ventaja, ya que ellos habían emprendido desde antes la caminata para llegar al bar, cuando aún nosotros seguíamos conversando.

Me parecía divertido jugar con Izzy y tratar de retarlo para ver hasta que punto era capaz de poderse a si mismo controlar. Sabía que él estaba haciendo un gran esfuerzo por estar conmigo en un relación, ya que muchos de sus vicios estaban siendo frenados por él mismo y por su propia voluntad. Pues él sabía que yo no compartía su misma forma de divertirse y que realmente habían buenas cosas en las que preocuparse, como para seguir haciéndose daño a él mismo. Sus vicios tenían que ser poco a poco vencidos. Las drogas y las mujeres tenían que pasar a segundo plano y si era por mi, a un baúl donde nunca más saliese toda esa mierda que sólo llegaba atormentarlo.

El recorrido que estábamos haciendo aproximadamente ya de media noche fue muy largo, ya que caminar, quizás no haya sido una buena idea. En especial porque todos íbamos en un grupo, como si fuésemos alguna especie de secta, y que al parecer la gente huía de nosotros, porque nos esquivaban cuando acaparábamos toda la acera. No entendía muy bien eso ¿A caso creía que les íbamos a robar? ¿o qué?

Finalmente, después de cuarenta minutos de caminata, esperando que en algún maldito momento, parara los vientos y que todos dejaran de sacar pequeñas botellas con alcohol, que al parecer lo tenían escondido en sus casacas o bolsillos de pantalón; incluido Izzy, llegamos al bendito bar que tenía por nombre "Casa Blanca".

- ¡Abran la maldita puerta!- Pateó Slash, frente a la entrada del bar. Sí, para ese momento, la gran mayoría estaba ebrio.

- No sé, pero creo que...- Se tomó por el cabello Steven, mientras veía como reaccionaba Slash de forma graciosa.- Es una mierda, si no van abrir para que ponen una puerta.

-¿Sabes que esa puerta que estás pateando es de servicio?- Rió Duff, siendo quizás, uno de los menos ebrios junto a Axl.

- Es que... ¿¡Ustedes son idiotas o qué!?- El pelirrojo dió unos pasos más y con la poca paciencia que él tenía y que era característico de él, abrió la puerta principal que dirigía al bar en sí.

- No sé por qué, pero ya no me sorprende sus actitudes.- Reí mientras entraba junto con ellos para escoger una mesa que estuviese un poco más alejada de la parte céntrica.