Capítulo 41: Escondidas

805 67 14
                                    

Narra Solange.

Aquella noche fue muy vergonzosa, no podía creer que Izzy se prestara para la broma y para seguir con la misma tontería de los gemidos. Si bien era cierto, que él podía ser cohibido y algo "extraño"; eso no se podía afirmar cuando él andaba con los demás chicos. Ya que aquel día había sido la primera grabación del álbum. Ellos estaban demasiado contentos y sobre todo relajados, teniendo una predisposición muy concreta a comenzar a hablar idioteces y a simplemente tener la mirada un tanto perdida. Siendo esto último algo que me sorprendió. Pues, para ese momento, ellos estaban con mucha presión por poder conseguir algo más de dinero. Quizás todos estaban drogados, haciendo que una alarma interior se encendiera. No permitiría que Izzy cayera en la misma tontería.

Lo miré por unos largos minutos tras la ventana de la habitación contigua, donde también se encontraban los productores musicales, y traté de ir verificando si aquella suposición que tenía en la mente era cierta. Izzy me miraba con una sonrisa que él sólo sabía hacer. Tenía la guitarra blanca, y su camisa remangada. Estaban tocando una canción que ya lo tenían pregrabado en un demo. Ellos la hacían llamar Mr. Brownstone.

Y es que en aquel momento en el que me encontraba, y miraba a Izzy y pensaba en su personalidad. Me preguntaba como era que él podía callar tanto y al mismo tiempo, podía  fingir como si no le pasara nada. Él lucía con problemas, sí, pero al parecer no le aquejaba. Eso reflejaba su rostro ¿Sería que a él realmente no le importaba? ¿O sería el efecto de la droga? Mis pensamientos fueron cambiando con el pasar de los minutos y mi idea principal de querer saber si Izzy estaba drogado se fueron desviando, hacia un terreno en el que no me lo esperaba. Mil y un millón de preguntas, vinieron como una bofetada.

¿Cómo iba a lograr que Izzy dejara la droga? ¿Podría llegar a tener tanta influencia en su vida para que él me entendiera? ¿Era que sería tan fácil como lo pensé en un principio, en el que decidí tener una relación con él? Era difícil si quería ser sincera. Él estaba metido en ese mundo. Sus compañeros estaban jodidos. Izzy también lo estaba.

Levanté la mano para saludarlo, siendo un acto tonto. Al parecer le había clavado largo rato la mirada, haciendo que fuese algo intensa y que él se dea cuenta de que mis ojos no se iban de su rostro y de su cuerpo. Izzy seguía ahí, tocando la guitarra y moviéndose algo divertido como lo solía hacer cuando iba a los ensayos. Sería el momento perfecto para actuar con mi plan que ya tenía en mente. Al parecer, Jeffrey y los demás estaban distraídos.

- ¿Disculpe? ¿Dónde queda el baño?- Pregunté a uno de los productores, mientras tomaba la casaca de cuero, que Izzy había dejado en una de las sillas. Esperaba que estuviese ahí lo que tanto iba buscando.

-En la puerta de la izquierda. -Respondió sin mirarme, haciendo una seña con la mano.

- Gracias. -Musité de forma rápida que casi no fue percibido.

Caminé a paso firme y rogué internamente por que Izzy no se haya dado cuenta que me había ido, y en especial, porque me estaba llevando su casaca. Tenía los nervios que me estaban matando. Quizás exageraba, pero para mí no lo era en aquellos instantes. Sentía que todos se preguntaban por mí, y que yo sería la máxima sospechosa. Mi mente estaba comenzando a pasarme malas jugadas.

- ¿Qué dices, Izz?- Susurré muy cerca de él. Estaba comenzando a sospechar de que él dudaba de aquella decisión, pues su silencio, me decía muchas más cosas de lo que sus palabras podrían manifestar.

No podía darle chance a que él lo pensara. Él tenía que ser convencido absolutamente en este instante, así no se daría cuenta de lo que yo sí me había percatado. Era el momento idóneo para desconcentrarlo, y para hacerle aceptar lo más pronto posible. Me armé de valor y dejé por un momento mis nervios tontos que siempre me invadían cuando estaba con él.

- ¡Vamos¡ Mierda, debe estar acá.- Dije ya algo frustrada.

El baño era pequeño, quizás de dos metros cuadrados de área. La sofocación me invadía y los nervios hacían de mí, una completa torpe que no manejaba bien sus reflejos motrices. Busqué en sus bolsillos con mucha rapidez y sutileza ¡Maldita sea! ¿Dónde lo escondes Izzy? No vas a escaparte tan fácil, pensé.

Metí finalmente mi mano dentro de su pantalón y he hice el ademán que dejaba con cuidado aquel papel que tanto odiaba. Esperé simplemente a que él reaccionara y a que respondiera aquella pregunta que tanto ansiaba.   

Tomé una vez más la casaca de un lado y la sacudí, esperando a que algo se soltara. Sabía que estaba ahí. Yo lo había visto y nadie lo negaría. Tenía que caer lo que yo tanto ansiaba, lo que tanto tenía en mente por varios días. ¡Vamos! ¿Dónde estaba?

Sacudí una vez más la casaca contra la pared y cayó. Ahí estaba ¡BINGO! No había sido tan difícil como lo pensé. Bajé la mirada para contar mentalmente cuantos trozos de papeles habían y sí. Eran esos siete que ya los tenía contabilizado. Tenía diez de veintitrés.

.

.

.

Sé que es cortito, pero ya volverá a ser algo más largo como siempre. Se pondrá muy bueno:D Trataré de subir un capítulo más el día de hoy. Muchas gracias a toda la gente que lee. De verdad no tengo palabras para agradecer, este fanfic llegará a 3k y nunca me lo hubiese pensado.

Decisiones Nocturnas |Izzy Stradlin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora