-¿A dónde fuiste anoche?- Rocío comió de su tostada, mientras Matías tomaba su café, la pregunta lo había agarrado desprevenido pensó que su novia no estaba despierta a la hora que llegó.
-Dam precisaba algo.- Mintió, su novia lo miró con una ceja alzada.
-No sabía que Dam se hizo pelirroja.
-Leíste mis mensajes.- Ecko se acomodó en su asiento.
-Entonces si viste a una pelirroja anoche.
-No contestaste mi pregunta.
-Vos tampoco la mía.- Ambos se desafiaban con la mirada.
Rocío esperaba que su novio le dijera con quien se vió ayer a las 2 de la mañana. ¿La había engañado?
-Es una amiga de la infancia. Volvió de España hace unos días.- Su novia no decía nada, no le creía nada a Ecko. -Me pidió si nos podíamos ver y ta eso.
-¿Por qué no me contaste nada?
-Porque no se dió la oportunidad. Pronto te la presentaré.- Ella asintió.
¿Sería una buena idea, juntar a su novia, sabiendo que no siempre es simpática, puede llegar a ser insoportable y superficial, con su amiga, ex novia, que es la persona más sincera y más sarcástica que ha conocido?
No, nada saldría bueno de eso.
(...)
Belén ordenaba su ropero, toda la ropa le había llegado hace unos días.
Escuchaba a Ecko desde la computadora, siempre estuvo pendiente de sus temas y la verdad era que le encantaban, igual que él lo hacía.
También admiraba sus batallas.
-Hija baja a comer.- Su papá la llamó desde el comedor, su madre había preparado una rica pasta.
Salió de la habitación, con su celular en mano.
-¿Ya viste a Matías?- La familia Rodríguez conocían a Ecko desde que tenía unos 5 años, lo conocieron como mejor amigo de la chica, pero ellos sabían que tuvieron algo. Lo notaban en las miradas de la cena, los besos que se daban en la cocina pensando que nadie los veía.
-Sí, ayer.- La sonrisa que tenía en su rostro solo la producía él, Ecko.
-¿Cuándo lo vas a invitar a comer? Haré su comida preferida.- La señora Rodríguez, Valeria, se mostraba emocionada.
-Ahora en un rato le mando un audio.- La chica probó la comida de su madre, riquísima.
-Mándale ahora.- Dijo Pablo, su padre.
La chica sacó su celular, buscó el contacto de Ecko y presionó el micrófono.
"Mati, estoy con mis papas que te quieren saludar y hacer una invitación. Hijo soy Valeria, te extrañamos con Pablo, nos gustaría que vinieras a comer, haré tu comida preferida."
Mandó el audio, el cual en seguida fue escuchado por Ecko.
"Yo también. Eso suena tentador, pronto iré. Adiós, cuídense."
Su voz era la más perfecta que había escuchado. Ella sonreía.
Sus padres la veían, se tiraban miradas picaras, su hija seguía enamorada de Ecko.