«Ecko»
Golpeé, golpeé y nadie atendía.
Mire por la ventana y la cortina estaba subida, seguramente no quería abrirme.
"Rocío abrime, amor"
Grité golpeando otra vez, la puerta se abrió, apareciendo una Rocío con el rimel corrido.
Intenté abrazarla pero se negó, se alejó dejándome pasar por completo, cerró la puerta atrás de mí y caminó hacía el living.
Se sentó, sin mirarme. Hice lo mismo excepto que yo no podía dejar de mirarla, era hermosa pero por qué ya no me producía ese sentimiento que tanto lograba, sólo ella.
-Perdón, por mentirte.- Por fin hablé.
-¿Por qué lo hiciste?
-No lo pensé, siento que te cae mal sin conocerla y si te decía que saldría...
-No, ¿por qué estaban de la mano?- Interrumpió.
-Fue mi culpa, no sabía que hacía.
-Basta me cansé.- Gritó levantándose apresurada. -"No lo pensé", "no sabía que hacía". Lo único que hiciste en esos momentos es no pensar en mí. Me hiciste sentir patética, la cornuda. ¿Se besaron?
-No.- Mentí.
-Matías decime la verdad, por las veces que me mentiste.- Suplicó.
-Sí, nos besamos y fue un error. Rocío sos mi novia, no quiero perderte por una bobada.
-Déjame pensarlo.
-Por favor amor, te necesito.- Me acerqué a ella abrazandola, se quedó inmóvil, no me devolvió el abrazo pero tampoco se negó.
Besé su cabeza.
Acariciaba su cabello, estábamos viendo "destino final", Rocío estaba durmiendo yo también estaba por hacerlo hasta que mi celular sonó.
"¿Está todo bien? ¿Te puedo llamar"
Sonrío, solo ella producía esto en mí, con un solo mensaje.
"Sí, mañana voy a verte. Descansa."
Contesté y ahora si me dispuse a dormir.
Voy a intentar escribir un capítulo para mañana.
No estoy segura.
Les agradezco los votos y comentarios, no dejen de hacerlo así se que les está gustando como va.