Belén recorría el shopping, esperando por Ecko.
Quién había invitado a la chica a mc donalds, su lugar favorito.
Se sentía culpable por haberse ido así de la casa y no contestarle los mensajes.
¿La chica estaba preocupada?
Claro que sí, Matías nunca se negaba a quedarse con ella.-Pelirroja.
Matías tocó el hombro de Belén, ésta se dió vuelva y sin pensarlo lo abrazó.
Matías pidió la comida, mientras ella guardaba una mesa.
Ninguno hablaba, solo comían y cruzaban miradas.
-Perdón.- La chica lo miró a la cara.
-¿Por qué?
-Por besarte, no tenía que haberlo hecho, tenés novia. Estuve muy mal.
-No te culpes, yo no me negué. Ey, mírame. Está todo bien, ¿Sí?- Asintió.
-Mis amigos quieren conocerte.- Soltó, haciendo que la chica casi se ahogará con una papa. Éste comenzó a reírse.
-No te rías spaghetti.- Le pegó una patada abajo de la mesa. -¿Y eso por qué?
-Capaz les conté de vos y ta.
-¿Qué le dijiste? Que vergüenza.- Tapó su cara con las manos.
-Estás muy preguntona pelirroja.
-Y vos estás poco contestador spaghetti.- Rió haciendo que ella haga lo mismo.
Sus manos se rozaban, caminaban por la plaza, él tomaba un helado de vainilla y dulce de leche, la chica de menta granizada con chocolate.
Movió su mano entrelanzandola con la de la chica, como antes.
Sus manos seguían encajando perfectamente.
Sonrió sin mirarlo, igual lo hizo él.
El teléfono de Ecko vibró en su bolsillo trasero, era un mensaje de su novia.
""Me voy a ver con los pibes", otra mentira."
Soltó la mano rápido, se giró sobre si, buscando a su novia o alguien conocido y nada, no veía a nadie.
La pelirroja lo veía extrañada.
-¿Pasó algo?- Preguntó preocupada.
-Me tengo que ir, chau.- Besó la mejilla de la chica y salió rápido a la casa de su novia.
Se quedó parada ahí, sin ninguna explicación.