«Ecko»
-Linda.- Me puse atrás de Rocío.
-Bebé, ¿Dónde estabas?
-En el baño.- Mentí. -Bajemos.
Tomé su mano y bajamos.
La llevé hacía la improvisada pista y comenzamos a bailar.
Mis manos se encontraban en su cadera y de vez en cuando bajaba.
Vi como Belén bajaba las escaleras, habló algo con Marcos y luego la perdí de vista.
Intenté buscarla pero no la vi.
-Voy a buscar algo para tomar.- Besé sus labios y fui a donde se encontraba Marcos.
-Wacho, ¿no viste a Belén?- Pregunté cuando estaba a su lado.
-Se fue, no estaba bien.
-¿Dejaste que se fuera sola? Con lo peligroso que está la calle.- Grité.
-Se iba a tomar un taxi, no me dejo acompañarla. Pero vos no te hubieras ido con tu novia. Te pensas que nadie se dió cuenta que los dos bajaron al poco tiempo. Seguramente estaba mal por tu culpa y si se fue también es tuya. Así que no me culpes porque vos la dejaste irse.- Gritó lo último.
-No fue todo mi culpa, estoy confundido.- Me puse las manos en la cara.
-Pero gracias a tu confusión estás lastimando a tres personas. Uno, Rocío a la cual es tu novia y le estás metiendo los cuernos y, no digas lo contrario. Dos, Belén la estás ilusionando, venís y la dejas cuando queres.- Enumeró. -Tres, vos, no te estás dando cuenta que te estás lastimando. Sé que querés a ambas pero tomate un tiempo y pensalo bien.- Palmeo mi espalda y se fue.
Tenía razón, debía arreglar el mambo de mi cabeza.
Rocío venía hacía mi, tenía su campera ya puesta.
-¿Vamos?- Preguntó abrazándome.
-Vamos.
Saludé algunos pibes en el trayecto hacía la salida.
Tomaba su mano y no era lo mismo, ya no sentía esa electricidad de antes.
La que me daba seguridad, miedo a perderla, fallarle.
Abrí la puerta, el camino había sido en completo silencio.
Rocío se sentó en la cama, se sacó las plataformas, su ropa quedando en ropa interior y se recostó.
Me senté en la cama.
-Hay que hablar.- Se sentó recostándose a la cabecera.
-Sí.- Contesté. -Seré breve quiero que termines, por un tiempo.
-Es por esa ¿no?
-Rocío estoy confundido, yo te amo sos importante para mí. Ella también lo es. Necesito un tiempo para arreglar mis mambos y no lastimarlas a ninguna.
-Matías.- Comenzó a llorar. -No se si seguiré acá cuando hayas arreglados tus mambos.
-No te estoy pidiendo que me esperes. No sería justo para vos.
-Te amo, se que ya no era lo mismo. Yo ya no era lo principal en tu vida. Yo ya no era la única que te besaba, acariciaba.
La abracé, oía como lloraba y me rompía el corazón.
Ella estuvo cuando nadie lo estaba, me banco, apoyo, amo en todo.
Me había enamorado de Rocío pero no sé si lo sigo haciendo.