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*CAPÍTULO EDITADO*

Tener un compañero de casa es una desición difícil, ya que estás trayendo a alguien a vivir contigo y estará día y noche junto a tí en el mismo espacio. Solo espero no haber tomado una desición muy precipitada, me gustaría llevarme bien con él. No pierdo nada, mal que bien puedo ganarme un amigo.

Luce bien hasta el momento, aunque por alguna razón no se ha quitado los lentes oscuros desde que entró.

—Soy Jung HoSeok, un gusto conocerte— me extendió la mano para que la estrechara.

—Kim Taehyung, el placer es mío—  sonreí.— Bueno, esta es tu casa ahora, así que puedes ponerte cómodo y dejar tus cosas en el cuarto que está libre.

—Claro, muchas gracias— me respondió con amabilidad. Tiene un aura de luz, como si iluminara el espacio. Creo que me estoy juntando mucho con SeokJin, se me están pegando sus cosas de hippie.

Fue a dejar sus maletas a la otra habitación y regresó a la sala de estar. Aún no se quita los lentes, que extraño.

—Y tú en qué trabajas?- le pregunté tratando de crear conversación.

—Soy maestro de danza en una academia de artes. Solía vivir en Gwangju, pero me mudé a Seúl por este trabajo.

—Ya veo, yo soy arquitecto. Trabajo en una empresa grande de Seúl— comenté.— Soy de Daegu, pero me mudé para estudiar aquí y terminé quedándome. ¿Qué edad tienes?

—Tengo 23 ¿y tú?

-21, el 30 de Diciembre cumpliré 22.

—¡Qué bien! Te desearé un feliz cumpleaños— me sonrió y yo reí. Creo que definitivamente empieza a agradarme.

—Me gusta mucho tu ropa– solté.

— ¡Oh, gracias! Me gusta este tipo de ropa, es cómoda. Suelo vestirme así por las prácticas de baila, pero con el tiempo se ha convertido en mi estilo.

—Bueno, quiero conocer un poco de tu rutina, ya sabes, para poder adaptarnos— cambié el tema.

—Mi día empieza a las 6:30, Salgo a trabajar las 8:00 a.m, ya que mis clases inician a las 9:00. Antes de irme tomo desayuno, pero por eso no te preocupes, yo mismo lo preparo y si gustas puedo preparar el tuyo también— ofreció con demasiada amabilidad.

—Ay, no para nada, no te molestes—  dije algo apenado

—No, para nada, no es ninguna molestia. Me gusta cocinar— mencionó.

—Bien bien, entonces si no te molesta, supongo que tendré que decir que sí— le dediqué una sonrisa. Vamos ¿A quién no le gusta que le cocinen?— Yo salgo a eso de las 7:30— hablé retomando el tema.

—Todo bien hasta ahora.

—Excelente.

Más tarde, mi compañero ya había terminado de acomodar sus cosas en la habitación y salió a la sala, donde yo lo estaba esperando con comida que había comprado para ambos.

—Siéntate, traje comida para los dos— le señalé su plato.

—Oh gracias, no debiste— me sonrió nuevamente. De este chicos salen muchas sonrisas, y no me quejo, sonríe muy bonito.

Me agrada, es amable y muy tranquilo. Lo único que sigue intrigandome, es el hecho de que no se ha quitado los lentes oscuros.

—Creo que nos vamos a llevar muy bien— solté mientras comía.

—- Yo también Tae—rió.— Taehyung, tú también me agradas, tenía mucho de no escuchar a una persona decir eso de mi...—agachó su cabeza ligeramente.

—¿Qué? ¿Por qué?— pregunté algo extrañado ¿Por qué él no le agradaría a alguien? Es muy amable.

—No es nada... olvídalo— me lanzó una media sonrisa restándole importancia.

—Y otra pregunta— lo miré.— ¿Por qué no te has sacado los lentes?

—¿Los lentes?— tocó el objeto.— Ah... yo... lo olvidé... no recordaba que los traía... me los quito luego.

Había un tono de preocupación y nerviosismo en su voz. No sé cómo describir su reacción, parece no haber estado seguro de lo que dijo. Pero está bien, cada quién con su tema.

Luego de cenar, fuimos cada uno a la recámara para prepararnos para dormir. Al encontrarme preparando mi conjunto del día siguiente, noté que el par de zapatos que buscaba no estaba por ninguna parte. Debí haberlos dejado en la otra pieza, donde ahora se encontraba mi nuevo compañero.

No me quedaba de otra que ir por ellos, así que salí y toqué la puerta de su cuarto.

—Si pasa— respondió.

—Disculpa la molestia, creo que dejé mis zapatos aquí— hablé mientras trataba de encontrarlos, pero la oscuridad no me dejaba ver nada y tratar de palpar mis alrededores, no estaba funcionando.—¿Te molesta si enciendo la luz?

—¿La luz? Claro, enciéndela— habló con un tono de inseguridad, como si no quisiera que yo realizara la acción, pero no le quedaba de otra que dejarme hacerlo.

Pese a eso, prendí la luz y lo primero que hice fue buscar bajo de la cama.

Bingo. Ahí están.

—Los tengo— me levanté del suelo alzando el par de zapatos en mi mano. Ví a Hoseok sentado en su cama, haciendo como si se restregara el ojo izquierdo, pero más bien parecía estar tratando de taparlo.

—¿Tienes algo en el ojo?— cuestioné viendo sus movimientos.

—N-no, no es nada, solo... me picaba. Sí, eso.

No le dí importancia, solo le desee las buenas noches con una ligera reverencia, y me fui directo a mi pieza.

Your eyes; vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora