Your eyes; vhope

U

—No puedes dejar de verlos porque son raros, y lo raro llama la atención.

Luego de esa frase pude salir un poco de mi trance y comprender aunque sea un poco lo que mi compañero sentía.

—No digas raros, suena feo, diferentes suena mejor— intenté animarlo.

—Es lo mismo. Llama la atención, odio mis ojos son feos— repitió sentándose y cubriendo su rostro.

—Diferente no es sinónimo de feo, es sinónimo de único.

Siempre me dijeron mi personalidad era totalmente única. Mi madre decía que todos somos diferentes y especiales, cada quien tiene una chispa que lo hace único, en el caso de Hoseok, además de su brillante forma de ser, sus hermosos ojos.

—¿Y para ti que significa único? Porque para mi, significa ser un fenómeno, que todos te vean raro, que te pregunten por qué eres así...—se notaba que estaba conteniendo las lágrimas.

—Para mi, único es algo que es muy especial, algo que no se encuentra en todos lados, algo que cuando encuentras o tienes debes sentirte muy orgulloso de ello. De no ser como los demás— sonreí leve y me agaché para quedar frente a él.

—¿Eso crees?— asentí.— Parece que eres el único que lo piensa, porque si salgo sin lentes, si ven mis ojos en la calle, todos me ven raro. Murmuran cosas como ¿viste sus ojos? que raros.

-¿Sabes que? Yo diría 'que ojos tan bonitos'.

—Gracias por tratar de animarme— esbozó una sonrisa, aunque algo triste aún.

—Todo lo que dije es verdad, ser diferente es de lo mejor, siempre me dicen que mi personalidad es única, y yo me siento muy bien con eso. Así que diré que tus ojos son únicos y debes sentirte feliz por ello también— le sonreí nuevamente.

—¿Y ahora cómo voy a ir a trabajar?— habló preocupado.

—Así, sin cubrirte de nada.

—No puedo. Me observarán y eso no me gusta, no puedo ir así, nunca han visto mis ojos y-

—Y siempre hay una primera vez para todo— lo interrumpí colocando mi mano en su hombro.—Y no es que no puedas. Es que no quieres salir, no quieres mostrarte tal y como eres.

—Pues... si, no quiero Tae, tengo... miedo de lo que digan...

—Bueno, tenemos poco de conocernos pero... si voy contigo ¿te sentirías mejor?— toqué mi cabello.—Sé que sería un poco raro, porque nos acabamos de conocer pero si te ayuda...

—Pero ¿No tienes que ir a trabajar?

—Nah, digo que estoy enfermo y ya. Soy parte importante de la empresa, no pueden decirme que no— me encogí de hombros y tomé el teléfono para llamar.

Dije que me había comido una lata de atún que ya había caducado y que me había dado diarrea impulsiva o algo así y no quería entrar en detalles porque era muy asqueroso. Todo esto hizo reír a mi amigo pelirrojo.

—Bueno ¿Nos vamos?- tomé las llaves de mi auto.— Te llevo.

Llegamos a la Academia de Artes. Se veía muy bonita por fuera.

—¿Listo?

—La verdad no, pero hagamoslo.