XXX

355 9 0
                                    

La tormenta surgió, literalmente, de la nada. El mar, aumentó sus envestidas a la par que la flota pirata navegaba a toda vela hacia la Virgen Ahorcada. El Desolación al ser el navío más pesado no tardó en quedarse atrás, mientras que los otros barcos avanzaban dirigidos por la Perla.

Los truenos resonaban en el ambiente, ensordecedores y amenazadores. Alan ordenó que recogiesen la vela de Mesana pues estaba a punto de ser arrancada por el viento. Sonó un cañonazo y el capitán contempló como una explosión surgía desde la cubierta de uno de los bergantines de Jack pero no solo fue la explosión, una potente llamarada surgió y como un río descocado comenzó a rodear todo el barco de llamas. Alan escuchaba, entre los rayos y truenos, los gritos de agonía de los marineros, que ardían vivos.

-¡Ningún cañón podría hacer eso!- Gritó Mary, que luchaba por mantener el barco hacia proa.

Anne asintió.

-¡Es cosa de magia!

Magia...magia...cómo podían ser tan estúpidos ¡Magia! El condenado De La Torre tenía el tesoro que concedía cualquier deseo ¡Y lo estaba usando en la contra de los piratas! Alan informó a sus amigos.

-¡¡¿Y cómo diantre vamos a esquivar esa...magia?!!- Inquirió la irlandesa.

-Pues...¿Esquivando las bolas de cañón?

-¿En serio, Alan? ¡Llevamos el mamotreto de barco más grande de la flota!

-¡Lo sé!- Gritó el joven.

Alan pensó rápido que hacer ¿Cómo debía obrar? Mientras pensaba vio como de los cañones de proa de la Virgen surgía una llamarada que tras una explosión dejó un rastro de humo. La bola de cañón golpeó cerca de la Fulana.

-¡¡Anne, nuestros cañones de proa!! ¡¡Úsalos para destrozar los suyos!!

La pelirroja asintió y salió corriendo bajo cubierta.

-¡¡Mary, trata de mantener esta bañera en línea recta!!

La pirata asintió con esfuerzo, pues el timón oprimía su movilidad con una fuerza brutal. El Desolación comenzó a alinearse paulatinamente con la proa del navío enemigo. Se lo estaban jugando todo a una carta, si los españoles conseguían disparar antes, estaban acabados.

-¡¡ANNE, NO TENEMOS TODO EL DÍA!!- Gritó Alan.

Un trueno sonó y cada vez ambas embarcaciones estaban más alineada, una frente a la otra.

-¡¡ANNE!!

Unos cañonazos sonaron. La proa completa fue arrasada, destrozada y triturada, los marineros españoles gritaron mientras que sus cañones quedaron reducidos a la nada ¡Bendita Anne y sus momentos!

-¡Ahora, Mary!

La pirata asintió y soltó el timón. El aparato comenzó a rodar sin control alguno y el gran peso muerto que era el Desolación se curvó a un lado a la par que sus baterías de babor se iban alineando con la proa del barco español.

Los otros navíos piratas también comprendieron la estrategia, puesto que la Perla y la Fulana viraron en cerrado, cada uno en una dirección distinta pero el otro bergantín no tuvo tanta suerte pues la corriente le arrastró hacia el estribor de la Virgen Ahorcada y de una sola salva de cañones, el barco se hundió.

Faltaba poco, poco...muy poco.

-¡¡AHORA!!- Ordenó Alan.

Hugo, que estaba bajo cubierta escuchó la orden y repitió el mensaje.

-¡¡FUEGO!!

-¡¡FUEGO!!- Repitieron en las bodegas inferiores.

La Perla y la Fulana también obraron y las bolas de cañón de los tres navíos destrozaron por completo ambos laterales del barco enemigo,reduciéndolos a astillas y llamas. Uno de los fogonazos de la Perla impactó contra el palo mayor, haciéndolo caer como un árbol talado. Ese navío estaba completamente destrozado.

Piratas del Caribe: El último pirata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora