-¡Que bien! Vamos al burdel, nos lo pasaremos bien y recopilaremos mucha información ¡¿Míranos ahora?!
Alan gritaba alto. Estaba maniatado en una silla a espaldas de Anne que estaba en la misma situación. Ocho mujeres armadas hasta los dientes les vigilaban pero eso no amedrentaba a Anne, ella se mantenía firme y relajada.
-No es mi culpa ¿Cómo podría saber que este burdel estaba regentado por prostitutas piratas armadas, psicópatas y con unos escotes...
-¡Por Dios, para!- Pidió rogando Alan.
-¡¿Qué?! Nunca has estado con una mujer.
-No...¿Tú si?
Anne sonrió, o eso le pareció a Alan puesto que obviamente era incapaz de verla.
-Puede que si, puede que no.
Alan suspiró ¿Cómo podía la pirata ser tan liberal con sus palabras y actos? ¿Recibió entrenamiento o lo hacía de forma espontanea? ¿Un poco de ambas opciones? Al cuerno, lo único que se le daba bien era tocar las narices.
-Solo espero que el viejo siga vivo- Le susurró Anne.
-Oye ¿Cómo una chica de alta cuna como tú acabó enrolada en una tripulación pirata?
Anne trató de mirarlo.
-¿Quién te ha dicho que soy de noble cuna?
-Oh, créeme. Eso se nota.
Anne miró a sus captoras quienes las apuntaban con sus armas mientras jugaban a las cartas o practicaban distraídas otras actividades.
-Si salimos con vida de aquí, te contaré mi historia.
Alan miró a la puerta del fondo de la habitación.
-Veremos si el capitán consigue sobrevivir.
-¡¡No fue mi culpa!!- Se excusó el Gorrión.
-¡¿Qué no fue tu culpa?! Gracias a ti perdí la pierna.
Ella estaba sentada en una silla frente a su escritorio de caoba. Sparrow daba vueltas distraídas por el despacho. Nadie vigilaba, la madame había ordenado a sus chicas que se retirasen, por lo que estaban solos.
Jack miró a la mujer.
-Eso es una mentira...flagrante.
Athénaïs abrió los ojos. Con un rápido movimiento levantó su pierna derecha y la colocó sobre la mesa. La extremidad hizo un ruido sordo al chocar contra la madera.Athénaïs levantó su falda, dejando la extremidad inferior al descubierto.
Jack gimió.
-Oh...marfil.
-Sí, esta belleza me costó más que una flota entera.
Jack soltó una risotada.
-Al menos es más bella que la anterior.
-¡¡¿Decías algo Sparrow?!!- Gritó la madame.
-Es tan bella como su portadora- Sonrió el pirata.
Athénaïs le dirigió una mirada fría y llena de reproche. Jack tembló ¿Todas las pelirrojas eran así? La joven Anne, ésta, debía venir con los genes, sin duda.
-¿Qué haces en Santo Domingo Jack?
-Pues...busco los ojos de Talluah.
La mujer rió.
-Los ojos del indio maldito, el tesoro de la isla dorada ¿En serio sigues con eso?
Jack tomó una silla y se sentó frente a Athénaïs.
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Piratas del Caribe: El último pirata.
Hayran KurguEra la edad de oro de la piratería, el caos y el pillaje reinaban en el Caribe, los mares eran libres...o eso se creía. Los piratas estaban condenados, sus naves arderían, sus puertos serían arrasados y sus vidas arrebatadas. Todo porque Él quería v...