30. Legado

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Seth comenzó a acercarse poco a poco al altar, escuchando cada vez mejor la conversación que mantenían Wolfgang y aquel extraño

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Seth comenzó a acercarse poco a poco al altar, escuchando cada vez mejor la conversación que mantenían Wolfgang y aquel extraño. Era un hombre alto y corpulento, con su cabeza tapada por la capucha de su sudadera negra. Lo que podía ver de su cara era una barba frondosa y negra. Aparentaba joven, no más de treinta años.

- Sabéis que no puedo permitirlo.- dijo Wolfgang con su voz llena de serenidad y tranquilidad. Pese a que el extraño tenía una postura y gestos que trataban de intimidar, Wolfgang permanecía tranquilo, sin un ápice de nerviosismo o miedo.

- Lo haremos por las buenas o por las malas.

- Seth ha elegido su camino. Lo habéis perdido. Es un niño libre y él decidirá su futuro.

- Suena muy bonito, enserio. Pero tú, querido Wolfgang, sabes más que nadie que nació con ese fin. Ella me dijo que te perdona el hecho de haberte entrometido hace cuatro años cuando lo adoptaste, pero tengo vía libre para matarte si te opones.

- ¿Matarme? Asumí ese precio el mismo día que le adopte. No te tengo miedo ni a ti, ni a nadie de la Hermandad de Sangre. Me he asegurado de que Seth no se dejara manipular.

El desconocido rió entre dientes.

- ¿Crees que puedes controlar un poder así Wolfgang? Un par de cuentos sobre un hombre que curaba cegueras y cruces colgadas al cuello no pueden detener lo que alberga en su interior.

- Cuando Azel se quedó embarazada con toda esa magia negra y rituales oscuros, no cayó en el detalle en que no estaba creando solo a un monstruo. También es una persona llena de vida, y la muerte jamás decidirá sobre la vida.

Aquel hombre encapuchado resopló y guardó las manos en sus bolsillos.

- ¿Me vas a obligar a tener que matarte? Vete de este pueblucho, olvídate de Seth y sigue viviendo tu aburrida y repetitiva vida. Es la última oportunidad que te voy a dar.

- ¿Ella está aquí, verdad? Puedo sentir que está entre nosotros. Seguro que esta deseando ver como acabas conmigo.

- Sí... seguramente esté aquí. Pero te equivocas con Azel, ella insistió en darte la oportunidad de vivir. Siendo sincero, creo que quiere que vivas para que veas con tus propios ojos como tu intento de contener a Seth es en vano. Pero al fin y al cabo, no quiere matarte si no es necesario y eso deberías apreciarlo.

- Y lo aprecio, creeme que lo aprecio. Pero llevo una vida entera luchando contra los tuyos, la daré si es necesario. Tendrás que pasar por encima mía si quieres llevártelo.

- Si así lo quieres...

Seth iba a salir de su escondite para detener al intruso, pero este sacó rápidamente una navaja de su bolsillo y se la incrustó a Wolfgang en la boca del estómago. Una vez que la cuchilla bailaba en el interior de las tripas del sacerdote, el intruso la retorció todavía más y después la sacó con un tirón seco. Wolfgang apoyó su cabeza en el hombro del desconocido y le dijo al oído:

Está entre nosotros : SCAVENGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora